ACNUR pide a Israel que detenga su política de reubicación forzosa de refugiados
La Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) ha pedido este martes a Israel el cese de su política de reubicación forzosa de refugiados eritreos y sudaneses hacia países del África subsahariana.
La Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) ha pedido este martes a Israel el cese de su política de reubicación forzosa de refugiados eritreos y sudaneses hacia países del África subsahariana.
El portavoz de ACNUR William Spindler ha resaltado la preocupación de su organismo tras el anuncio efectuado por Israel a principios de este mes sobre sus planes de reubicar de forma forzosa eritreos y sudaneses a otros países de África, o de detenerles indefinidamente.
«En un momento en el que ACNUR y sus socios de la comunidad internacional están comprometidos con las evacuaciones de emergencia en Libia, el reasentamiento forzoso a otros países que no ofrecen protección efectiva y el consecuente movimiento de estas personas hacia Libia y Europa es particularmente preocupante», ha dicho Spindler.
En la actualidad, hay 27.000 eritreos y 7.700 sudaneses en Israel, pero desde 2009, únicamente 10 eritreos y un sudanés han sido reconocidos como asilados, según ACNUR. Por otra parte, Israel no ha recibido ningún refugiado sudanés o eritreo desde mayo de 2016.
We are again appealing to Israel to halt its policy of relocating Eritreans and Sudanese to sub-Saharan Africa. https://t.co/5Jb9ABw97O
— UN Refugee Agency (@Refugees) 9 de enero de 2018
La Agencia ha identificado 80 casos en Italia de personas que, tras ser reubicadas por Israel a un país africano, «arriesgaron sus vidas en un peligroso viaje hacia Europa a través de Libia». ACNUR entrevistó a estas personas entre noviembre de 2015 y diciembre de 2017, todas ellas refugiados eritreos o solicitantes de asilo, que contaron que «viajaron centenares de kilómetros a través de zonas de conflicto en Sudán del Sur, Sudán y Libia».
Además, todos ellos aseguraron haber sufrido tortura, malos tratos y extorsión, antes de su entrada en Israel a través del Sinaí.
La mayoría de ellos explicaron que habían sido transportados desde Israel hacia otros países africanos con una cantidad de 3.500 dólares y que se sintieron inseguros porque se sabía que llevaban ese dinero, informa Spindler.
Ante el peligro que padecen muchos de los reubicados, Spindler ha recomendado a Israel que adopte a estos refugiados en su territorio, aunque, a la vez, ha matizado que «las perspectivas de integración en Israel para personas con determinados perfiles podrían ser complicadas». Por ello, ha anunciado la posibilidad de que estos refugiados sean reasentados con todas las garantías en terceros países, en lugar de ser expulsados.
«Pedimos a Israel que busque alternativas legales para la reubicación de estas personas en otros países», concluyó Spindler.