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Los 3 "deseos de año nuevo" de la Unión Europea con respecto al Brexit

Relaciones internacionales positivas, seguridad y un acuerdo de libre comercio justo y equitativo

Los 3 «deseos de año nuevo» de la Unión Europea con respecto al Brexit

Reuters

La Unión Europea se ha marcado tres objetivos de cara a finales de de 2020, fecha límite para pactar las futuras relaciones con Reino Unido tras la salida británica de la UE, según ha indicado el negociador europeo Michel Barnier, a cargo de las negociaciones post-Brexit[contexto id=»381725″].

Ponerse de acuerdo y ratificar un nuevo pacto post-Brexit antes de finales de 2020, como lo exige legalmente el primer ministro británico, Boris Johnson, «representará un inmenso desafío, pero haremos todo lo posible, aunque no logremos todos nuestros objetivos», ha asegurado Barnier en una tribuna en la web Project Syndicate, especializada en análisis de información internacional.

Bruselas y Londres dispondrán de once meses para alcanzar un segundo acuerdo después de que el 31 de enero se certifique el Brexit. Con ello en mente, Barnier ha establecido tres objetivos para las nuevas negociaciones que presentó como «deseos de Año Nuevo».

El primero de ellos se enmarca en las cuestiones internacionales en las que la UE «seguirá manteniendo relaciones positivas con Reino Unido, tanto a nivel bilateral como en cumbres internacionales».

El segundo está relacionado con la seguridad y resultará más difícil de cumplir, ya que no es posible lograr «los mismos niveles de cooperación en el intercambio de datos con un país que no forma parte del espacio Schengen«, advirtió Barnier.

El tercero es que «cualquier acuerdo de libre comercio debe respetar unas reglas equitativas en normas, ayudas estatales y cuestiones fiscales», explicó Barnier.

Este último resultará el más difícil de alcanzar, dado que Johnson insiste en conseguir un acuerdo comercial «ambicioso (…) sin alineamiento con las reglas de la UE, sino con un control de nuestras propias leyes y relaciones estrechas y amistosas. La ambición del líder conservador hace temer a Bruselas que el Reino Unido se convierta en un nuevo Singapur: que intente vender mercancías más baratas en el mercado común europeo bajando el nivel de las normas que protegen a los trabajadores, los consumidores y el medio ambiente.

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