General

Más de 620.000 personas han seguido la emisión en vivo del nacimiento del hijo de Ai Bang. En sus primeros días, el panda es rosa, ciego y sin dientes. Un mes después ya tendrá su color desarrollado. Entre 70 y 80 días después comenzará a gatear y jugar con su madre y con otros animales. Los cachorros son muy excepcionales ya que las hembras solo están en celo dos o tres días al año. En cautividad, su deseo sexual es menor aún, lo que obligando a los científicos a probar métodos artificiales.

El director de Seguridad de la NSA admitió el 28 de abril que habían encontrado pornografía infantil en los sistemas de la agencia. Un periodista de The Daily Beast que ha solicitado información a la agencia sobre el caso asegura que la NSA “es incapaz” de responder a “cuántos” hay implicados o “con qué frecuencia” se han detectado. En una declaración oficial la NSA defiende a sus trabajadores por su “alto nivel profesional” y asegura que cualquier ilegalidad será investigada.

Los operadores de la atracción tuvieron que detenerla justo antes de su caída principal cuando se percataron que un hombre había sacado un palo-selfie para hacerse una foto. Los visitantes fueron evacuados de la montaña rusa cuyas actividades fueron reanudadas una vez confiscado el selfie stick. Desde mayo de 2015 todos los parques temáticos Disney prohibieron los palo-selfie al ser considerados un objeto peligroso tanto para los visitantes como para el staff.

De momento, las ‘cunas’, que activan un sistema de calefacción y alertan al personal de bomberos al detectar el cuerpo del bebé, se han instalado en la pared exterior del edificio del Departamento de Bomberos Voluntarios de Woodburn. Mónica Kelsey, fundadora de estos ‘buzones’, asegura que es algo «totalmente legal que evita abortos y abandonos peligrosos».  Sus críticos, por el contrario, creen que puede encubrir casos de abusos de proxenetas. En Europa hay alrededor de 200 instalaciones de este tipo.

 También hay hombres de negocios guardando su riqueza en paraísos de alta mar, por miedo a que se la confisquen los gobernantes. Muchos de estos evasores utilizan empresas ficticias para almacenar riqueza en activos improductivos, compran casas frente al mar en Honolulu, Malibú o Miami o enormes yates amarrados en Mónaco. Que el dinero no se quede en las naciones más pobres explica porque muchos de sus ciudadanos viven en la miseria incluso cuando la actividad per cápita supera la media mundial.