Anna Ruiz, mujer de Alberto Garzón, salió a la palestra a comienzos de esta semana después de que algunos medios y diferentes programas de televisión, como Ya es mediodía, publicasen lo que ella misma subía a su Instagram personal. Lo cierto es que, aunque las formas no siempre fueron correctas, llama la atención que la pareja de un ministro –en este caso, de Consumo– comparta tanta información personal y privada, pues no es lo habitual.
Anna antes no era así. Cuando en agosto de 2017 se casó con Alberto, era muy discreta y apenas se sabía nada de ella. Pero ahora, cuatro años después de la boda y tras el nacimiento de las dos hijas de ambos –Olivia y Chloe, de 3 y 1 añito– todo ha cambiado. Anna, de 31 años, se ha convertido en una especie de micro-influencer de la salud mental y la maternidad.
En su perfil, que tiene más de 18.000 seguidores, la mujer de Garzón –que trabajaba, antes de cogerse la excedencia, como especialista en Medicina familiar y comunitaria del Hospital de La Princesa de Madrid– cuenta cosas como qué fue lo que le enamoró del ministro, que él respetó que ella no quisiera sexo tras parir, y que se daba atracones de comida y se provocaba el vómito en un periodo de su vida.
Son asuntos muy personales, y es extraño que siendo la mujer de un ministro se abra tanto en redes sociales. A la información personal, se acompañan, obviamente, fotos de lo más privadas, como estas:
Pues bien, tras convertirse en el foco de la noticia y ser «ridiculizada» en varios medios de comunicación, Anna Ruiz ha estallado por el trato recibido y ha decidido escribir un texto público. Te lo contamos.
La mujer de Alberto Garzón denuncia que es víctima de acoso
A través de sus stories de Instagram, la mujer de Garzón ha contado lo mal que lo está pasando, señalando que está siendo víctima de acoso: «Llevo tres días sufriendo un acoso muy desagradable debido a que algunos medios han decidido usar mi cuenta para hacer varios artículos, muy en su línea, donde tergiversan cosas que digo y, básicamente, me insultan a mí y a mi pareja. Artículos en los que se me desprecia y ridiculiza por hablar de temas psicológicos, de las contradicciones y luchas internas que se nos generan por nuestro aspecto físico y por poner palabras y testimonios a realidades que viven muchas personas».
«Al parecer, a estas personas les parece que estoy mal por hablar de esto, por compartiros esa parte de mi vida y mi persona, para que, si lo vivís, no os sintáis solos o solas. ‘Tengo trastornos emocionales y, básicamente, problemas mentales’, esa es la imagen que quieren crear. Y, la verdad, vergüenza; vergüenza les debería dar a quienes han escrito esos artículos (que eso no es ser periodista, ya os lo digo yo). De menospreciar la salud mental de las personas. Luego, cuando alguien se suicida todos somos muy comprensivos, pero aquí el acosar e insultar es deporte para algunos y algunas», sigue.
«Y que no me arrepiento de nada de lo que he escrito. Si, con mi experiencia y mis vivencias, una persona ha conseguido sentirse más acompañada y comprendida, me ha merecido la pena y esto tiene sentido. Supongo que si me dedicase a vender cosas y ya está pues no me criticarían… pero entonces no sería yo. Y he luchado mucho para quererme y sentirme orgullosa de lo que hago para que una mindundi venga ahora a hacerme sentir mal», añade.
«Y, dicho esto, tengo muchísimos seguidores nuevos. Si habéis venido porque os resuena y os gusta lo que publico, bienvenidas y bienvenidos. Y si habéis venido a insultar, a mí sí que me preocuparía tener que invertir mi tiempo en eso para sentirme bien. Un abrazo», finaliza, visiblemente molesta.
El contenido personal que comparte en su Instagram
Como ya te hemos avanzado, Anna Ruiz comparte mucha información personal, como el momento en que conoció a Alberto Garzón (36): «Recuerdo la primera vez que te vi. En un curso de verano, en Ronda, me perdí una revisión de examen por ir a verte. Ya no recuerdo la nota que saqué en ese examen de trauma que quería revisar. Pero sí recuerdo, perfectamente, el terremoto que sentí cuando nos miramos. Y recuerdo con nitidez, pensar ‘madre mía de mi vida, ya nunca voy a poder mirar a otro hombre sin compararlo con él’. Desde ese día han pasado muchas, muchísimas historias. Pero tú, sigues siendo incomparable a nadie».
Recuerdo la primera vez que te vi [a Garzón]. En un curso de verano, en Ronda. Recuerdo, perfectamente, el terremoto que sentí cuando nos miramos
En otra ocasión, reflexionó sobre cómo cambia una pareja tras tener hijos: «Me hace gracia cuando me dicen que ‘lo más importante debe ser la pareja y no debe cambiar nada con la llegada de las criaturas’. Y me hace gracia porque es absolutamente falso, creo que sería un problema si todo permaneciese exactamente igual. Así que doy las gracias por tener un compañero que ha sabido adaptarse a este gran cambio tanto como yo, con sus meses de no querer sexo, sus días de agotamiento total, sus momentos de rabia por necesidades no atendidas… hemos evolucionado y cada día te quiero más y más».
Doy las gracias por tener un compañero que ha sabido adaptarse a este gran cambio tanto como yo, con sus meses de no querer sexo…
También compartió sus problemas de alimentación y de familia: «Hice mi primera sesión de psicoterapia con 16 años, por problemas de alimentación y familiares. Lo dejé al poquito y fui arrastrando atracones de comida y vómitos, junto con una dependencia emocional brutal por cualquiera que me mostrara un mínimo amor. Y una necesidad constante de validación. Hace unos años decidí volver a empezar terapia. Antes de eso pensaba que yo podía con todo. Enterraba mis mierdas y seguía hacia delante sin darme cuenta que me estaba ahogando. Mis psicólogas me han literalmente salvado la vida». Asimismo, llegó a confesar que odiaba sus pechos.
https://www.instagram.com/p/CDetB75j1Kc/
En fin, asuntos personales que ahora sabemos de Alberto Garzón gracias a su mujer. ¿Crees, lector, que debería ser más comedida? Ella, desde luego, piensa que no. No sabemos qué pensará de todo esto el ministro de Consumo.