Andrés de Inglaterra contraataca y solicita ser juzgado por un jurado popular
El duque continúa negando las acusaciones por supuestos abusos sexuales
Andrés de Inglaterra ha movido ficha. Y lo ha hecho en contra lo que se venía rumoreando en Reino Unido. La opinión pública especulaba con que el hijo de la reina Isabel II llegaría a un acuerdo extrajudicial con Virginia Giuffre, quien le acusa de haber abusado sexualmente de ella. Pero el duque de York ha sorprendido a todos con su última decisión: someterse a un juicio con un jurado popular.
Hasta el momento, el hermano de Carlos de Inglaterra no había respondido de manera oficial a la demanda civil interpuesta por Giuffre. Los abogados de Andrés habían solicitado que se desestimara dicha demanda, pero el juez americano fue claro en su decisión y la aceptó. De nada sirvieron las argumentaciones de los representantes legales del duque. De ahí que haya tenido que responder, de manera formal, a las acusaciones vertidas contra él.
Son 11 los puntos que argumentan en su defensa. Entre ellos, se indica que la demandante ha obrado de manera poco limpia, además de esgrimir contra ella «su propia conducta ilícita». Sí admite el exmarido de Sarah Ferguson haber estado paseando con Epstein por Central Park en el año 2010. También confirma de haber estado instalado en la mansión del productor en Manhattan. Pero niega, de manera rotunda, haber abusado de Virginia Giuffre (Virginia Roberts, desde que está casada).
Del mismo modo, niega ser amigo cercano de Ghislaine Maxwell, pareja de Epstein. Ha sido condenada por ser una pieza clave en la red de prostitución y está a la espera de conocer su condena -que podría ser de hasta 65 años-. Los argumentos de defensa de Andrés caen por su propio peso. Invitó a Epstein al 18 cumpleaños de su hija Beatriz, escribió a Ghislaine pidiéndole información sobre Virginia Giuffre y además se ha dejado ver junto a ellos en distintos actos sociales.
Andrés de Inglaterra, contra todos
Los tabloides británicos apostaban por un acuerdo extrajudicial, basándose en el entorno de la familia real, incluso empleando la palabra «desesperación». Todo porque al parecer quieren evitar por todos los medios verse envueltos en un juicio en Estados Unidos. Es un año crucial para la Corona y sobre todo para la reina, que celebra su Jubileo de Platino. Pero no hay fechas señaladas que no se vean empañadas por escándalos protagonizados por algunos de sus miembros.
A pesar de lo que ha dicho la prensa inglesa, Virginia Giuffre ya dejó claro hace unas semanas que no aceptaría un acuerdo económico. Su abogado así lo confirmó a la BBC: «Quiere resolver este asunto de tal manera que le sirva para defenderse y defender a las demás víctimas».
Una fuente del Daily Mail afirma que la petición de Andrés de ser juzgado por un jurado popular se da de bruces con Palacio. Hilando fino, indican que quizá este giro de tuerca podría ser la respuesta del duque a su madre tras el último movimiento que hizo la soberana al conocer el fallo judicial.
Fue el pasado 13 de enero cuando Buckingham publicó un comunicado en el que anunciaba que la reina había obligado a su hijo a renunciar a sus honores militares, a los patronazgos relacionados con ella, así como al tratamiento de Alteza Real. Asimismo, se explicaba que el duque de York -título que sí mantiene- tendría que defenderse en los tribunales como un ciudadano privado, sin contar con el respaldo de su familia.
La reina no gana para disgustos
Se habló del 2021 como el ‘annus horribilis’ de Isabel II. Pero viendo cómo ha empezado este 2022 parece que los doce meses anteriores no va a tener parangón. Perder a su compañero de vida fue un auténtico varapalo para ella, pero en un momento tan especial para ella como es el de la celebración de sus 70 años en el trono, los disgustos se le acumulan.
Todo lo que está ocurriendo con el príncipe Andrés está dejando tocada a la reina y a la institución, pero es que el príncipe Harry no se queda atrás. Salvando las distancias con su tío, las últimas informaciones no es que le dejen precisamente en un buen lugar. Ni a él ni a su mujer Meghan Markle, por quien lo dejó todo y se trasladó a Estados Unidos.
Harry se suma a la polémica
En la última semana se ha sabido la exigencia del hijo pequeño de Carlos de Inglaterra en lo referente a su seguridad y a la de su familia, cuando estén en Reino Unido. Tras el ‘Megxit’ se le retiró la escolta, en Estados Unidos es la pareja la que paga de su bolsillo a su equipo de seguridad, pero estos no tienen jurisdicción en Inglaterra. Así que a Harry no se le ha ocurrido otra cosa que pedir al Gobierno protección para ellos de cara a su posible regreso a su país natal.
Días después de conocerse esta información, el Daily Mail informó de la creación de 11 empresas en un paraíso fiscal. Estas se encargaban de gestionar, entre otros, los derechos de imagen de los duques de Sussex. Los datos son escandalosos. Harry y Meghan residen en Los Ángeles, pero es en Delaware, considerado el paraíso fiscal americano por antonomasia, donde tienen ubicados estos negocios.
Todo por los beneficios fiscales que rigen en esta pequeña ciudad cercana a Nueva York. Allí no se impone el impuesto de sucesiones, no hay necesidad de que los accionistas que no vivan allí paguen impuestos sobre sus empresas, y además las tasas sobre la renta personal son insignificantes.