De Tom Cruise a Heidi Klum: las excentricidades más raras de los famosos
Deportistas, actores, cantantes… no hay quien se libre de tener esos tips que les diferencian del resto, ni siquiera los royals
Quien más y quien menos tiene manías, excentricidades y hasta supersticiones. Esos gestos recurrentes que nos hacen sentir bien y que, de no llevarlas a cabo, pueden trastocar nuestro día. El orden y la limpieza son algunas de las más comunes. Eso sí, mientras estas manías no pongan patas arriba nuestra vida, no habrá de qué preocuparse.
Portar un amuleto de la suerte también es algo común, igual que llevar a cabo rituales de manera esporádica, con la que tranquilizarse, por ejemplo, antes de un viaje o de una prueba importante. Hay quien se santigua, quien piensa que por acceder a una habitación con el pie derecho va a tener un día redondo, supersticiones que también pueden convertirse en una obsesión.
También hay excentricidades de las que suelen dar buena cuenta las celebrities de aquí y de allí. Algunas son leyendas urbanas, pero las hay que elevan a esos famosos a auténticas estrellas. Y es que algunos rozan lo surrealista con sus manías o sus peticiones cuando se encuentran de gira, o viajando por el mundo. Ya se sabe: el cliente siempre tiene la razón, y más cuando uno atesora Oscars, Globos de Oro, discos de platino y hasta lleva corona.
Recientemente se conocía el carácter desconocido de Tom Cruise. Su primera representante, Eileen Berlin lo contó en el Daily Mail, desvelando no solo el mal humor que suele gastar el intérprete, sino también algunas de sus manías a la hora de llevar a cabo un trabajo, ya sea preparando un papel o realizando una sesión de fotos.
Y una de esas excentricidades del protagonista de Top Gun es la que habla de la prohibición que hizo a todo el equipo técnico para que no le mirasen directamente a los ojos durante el rodaje de El último samurai. Una manía que también ha impuesto en las grabaciones de las diferentes entregas de la saga de Misión Imposible. Pero Cruise no es el único, este tipo de curiosidades son comunes a otros compañeros de profesión, así como a cantantes, modelos, y hasta miembros de la realeza.
Manías dignas de Oscar
Quien crea que las excentricidades son más típicas de las nuevas generaciones está equivocado. El gran Marlon Brando ya pecaba de estas acciones, destacando la de utilizar su Oscar como tope para una de las puertas de la mansión en la que residió. Esta no era la única, también se dice que llegó a utilizar los guiones que le llegaban y que no le gustaban, como blanco para hacer prácticas de tiro con una escopeta.
Julia Roberts no se libra de las excentricidades, y la suya pasa por disfrutar de un baño con agua mineral. No sé sabe si esta era la que llenó la bañera de la mítica escena de Pretty Woman en la que aparece dándose un relajante baño mientras canta una canción de Prince. Pero lo cierto es que, según afirman los mentideros de Hollywood, ‘la novia de América’ ha llegado a amenazar con abandonar un rodaje porque no se habían adaptado las cañerías del set a su gusto.
Excentricidades para dar la nota
Esta manía de la intérprete de Novia a la fuga es algo que comparte con la cantante Mariah Carey, aunque la artista afina más y solicita que la suya sea agua mineral francesa. Eso siempre que acude a un hotel donde suele ponerlo todo patas arriba. Empezando porque reserva todas las suites para el personal que le acompaña y pide además instalar un gimnasio en la habitación contigua a la suya en la que, además, debe sonar su propia música.
Madonna tampoco se queda atrás. Es una estrella desde hace más de cuatro décadas y eso se nota. De ahí que sus excentricidades sean de lo más variadas y llamativas. Histórica es la que habla de su pasión por sentirse como en casa cada vez que está de gira. Por eso suele llevarse sus propios muebles allá donde va. Además de pedir que se vacíe el mobiliario de la suite en la que se va a alojar, siempre pide que esté adornada con rosas blancas cortadas a una medida concreta.
Y si pensábamos que con ‘la reina del pop’ estaba todo dicho, otra diva, Jennifer Lopez, sube la apuesta. En su caso puede que se haya convertido en la huésped menos deseada por los hoteles de medio mundo. Razones no faltarían, ya que la cantante del Bronx además de llevarse sus propias sábanas suele pedir que se cambie la iluminación de la habitación, además de que todo el mobiliario y los complementos sean de color blanco. La lista no acaba ahí. La polifacética cantante y actriz también solicita un sillón especial para maquillarse, grifería de oro, maquinaria para practicar deporte y tiene terminantemente prohibido que haya alimentos ‘tentadores’ como bombones o dulces. Así le luce.
Manías de pasarela
En el mundo de la moda no sobran las manías o las excentricidades. Una de las tops, que además acaba de convertirse en mamá, y es una auténtica maniática de la limpieza es Naomi Campbell. Al parecer, ‘la diosa de ébano’ ya utilizaba los guantes y la mascarilla antes de la llegada del coronavirus. La modelo solía utilizarlos para desinfectar a conciencia el asiento asignado en el avión. Un procedimiento que duraba largos minutos, al menos para el resto del pasaje.
Para curiosa la superstición de la modelo Heidi Klum. La alemana tiene la seguridad de que llama a la buena suerte portando siempre consigo una bolsita en la que guarda sus dientes de leche. Y parece que funciona a juzgar por su extenso currículum. La maniquí reconvertida en presentadora de televisión convierte en oro todo lo que toca. Sigue triunfando en el mundo de la moda, es feliz con su actual marido y sus hijos y, además, continúa siendo la más esperada en la noche de Halloween gracias a sus impresionantes disfraces.
No se libran ni los ‘royals’
A pesar de formar parte de la realeza, no se libran de las excentricidades o más bien de las manías. Una de las parejas favoritas de los tabloides ingleses es la que forman el príncipe Harry y Meghan Markle. A pesar de pertenecer a mundos distintos, los dos son caldo de cultivo de manías. El primero ya reconoció en una entrevista que sigue los pasos de su padre, el príncipe Carlos, en cuanto a ahorro de energía se refiere. Al parecer, el heredero al trono británico suele ir apagando las luces de las estancias que va abandonando. Y es algo que su hijo pequeño también hace y, por cierto, saca de sus casillas a su mujer.
La duquesa de Sussex tampoco se queda atrás en cuanto a manías. Pero las suyas se remontan a sus tiempos de actriz. Un compañero del equipo de la serie Suits desveló en su día que la cuñada de Guillermo de Inglaterra exigía que en su camerino siempre tenía que haber champán y flores a su gusto, y además no quería que le grabaran los pies de ninguna manera. De hecho, según este testimonio, la intérprete no dudaba en recordar esta premisa las veces que hicieran falta para evitar que se enfocara esa parte de su anatomía.