Nacho Palau, a ‘Supervivientes’ (a Miguel Bosé se le complican más las cosas...)
El escultor sale definitivamente del anonimato para participar en su primer reality
Ya está todo preparado para la nueva edición de Supervivientes. Jorge Javier Vázquez estará al frente del concurso junto con Carlos Sobera, Lara Álvarez y Ion Aramendi, que regresa a la cadena que fue su casa durante años. Mientras Telecinco finiquita Secret Story con anónimos, el reality de supervivencia comienza a desvelar el nombre de sus participantes de manera oficial. Y el primero ha sido toda una sorpresa: Nacho Palau.
Se lleva especulando con algunos de los posibles supervivientes desde hace semanas. Se ha hablado de Makoke, de Kiko Matamoros, de Julia Janeiro, de Agustín Pantoja, de su sobrina Anabel y hasta de Vicky Martín Berrocal, pero el primer nombre confirmado ha sido el del ex de Miguel Bosé.
Así, Nacho rompe del todo su anonimato y da un paso al frente para darse a conocer en este formato extremo en el que ya han estado otros miembros de su familia política como Palito Dominguín, su inmediata predecesora. De hecho, él mismo estuvo siguiendo su concurso y brindándole su apoyo desde sus redes sociales.
Esta no es la primera vez que el valenciano suena como posible concursante. Desde su sonada ruptura con el intérprete de Los chicos no lloran, su nombre ha aparecido en las quinielas en las ediciones anteriores. Pero no se ha decidido a dar el salto hasta ahora. «Tengo muchas ganas de llegar al concurso», ha dicho tras confirmarse la noticia.
Nacho Palau se presenta
«Hola a todos. Soy Nacho Palau, soy concursante de Superviviente 2022 y tengo muchas ganas de ir al concurso. Os mando un beso fuerte a todos, nos vemos pronto». Así se muestra el escultor en su escueto vídeo de presentación. Está ilusionado ante este reto que le va a servir no solo como ayuda económica, sino también para saltar la barrera del anonimato en la que siempre se ha movido, aún después de conocerse su relación con Miguel.
Contrato firmado, vídeo de presentación emitido y fotos oficiales aún por desvelarse, el de Chelva ya lo tiene casi todo preparado para su estancia en Honduras. Hasta el punto de incluso haberse sometido recientemente a un retoque estético. Porque estar en la tele en un formato de supervivencia no está reñido con la coquetería.
Recordemos que la edición pasada, Olga Moreno otrora mujer de Antonio David Flores, se pasó los tres meses en la isla luciendo un ‘maquillaje perfecto’. La empresaria sevillana no quiso renunciar a un look buena cara, aunque las condiciones no fueran las mejores. Así que pasó por un centro de estética para tatuarse el eyeliner y los labios. Terminó así con la ‘tradición’ de hacerse mejoras tras finalizar el programa a consecuencia de la pérdida de peso.
Ultima los preparativos para su estancia en Honduras
Parece que la ganadora de la edición de 2021 y ahora ya exmujer del padre de Ro Flores creó escuela. Porque Nacho Palau ha seguido sus pasos, salvando las distancias. Él mismo compartió hace unos días en su perfil de Instagram que se había sometido a un tratamiento antiaging. Un cocktail de vitaminas para rejuvenecer el cutis. Sus seguidores no solo fueron testigos de la aplicación del tratamiento, sino que pudieron comprobar el cambio con el antes y el después.
La expareja del cantante de Amante bandido quiere estar radiante, pero sobre todo quiere llevar la piel totalmente preparada para las inclemencias medioambientales. Así que, gracias a su clínica de confianza, se ha puesto ácido hialurónico para aportar luminosidad al rostro, así como para añadir elasticidad y firmeza. Un tratamiento para todas las edades, pero especialmente para aquellos usuarios con la piel con notables signos del paso del tiempo que quieren revitalizarla y prevenir la flacidez.
Se trata de uno de los tratamientos más económicos que existen, ya que cada pinchazo cuesta unos 250 euros. Como siempre, el precio varía según el estado de la piel de cada persona y también del retoque que se quiera hacer. Eso sí, no es algo definitivo, por lo que si se quiere mantener en el tiempo habrá que repetirlo con la regularidad que recomienden los especialistas.
¿Quién es Nacho Palau?
Siempre ha estado en la sombra, en un segundo plano como uno más del séquito de Miguel Bosé hasta que todo saltó por los aires. A finales de 2018 se conoció que el cantante había mantenido una relación sentimental durante más de 25 años. Una historia de amor que tenía otro protagonista y con el que formó una familia que incluía a cuatro niños. Dos pares de mellizos nacidos que tenían un padre biológico diferente, y que nacieron por gestación subrogada.
La identidad de la persona con la que Miguel mantuvo esta discretísima relación, conocida únicamente por su círculo más íntimo, era Nacho Palau. Tras su ruptura este se marchó a vivir a su localidad natal junto a su madre y sus dos hijos biológicos, Ivo y Telmo. Los otros dos, Diego y Tadeo, se fueron a vivir a México con el cantante. El valenciano interpuso una demanda para que un juez reconociera la filiación de los cuatro hermanos, que por el momento solo pasan juntos vacaciones y los días acordados por la expareja.
Escultor de profesión, Nacho es un amante de la familia, la música, la naturaleza y los animales como él mismo muestra en sus redes sociales. Lo dejó todo por seguir al artista y, a su regreso a Chelva, ha tenido distintos trabajos que nada tenían que ver con la escultura. Pero no se le han caído los anillos y, a pesar de la pandemia y de las estrecheces económicas, no quiso abandonar el anonimato bajo el que siempre quiso vivir. Hasta ahora.
Rompió su silencio hace tres meses
El pasado mes de enero Nacho decidió hablar. A través de la revista Diez Minutos repasó cómo había sido su vida junto a Miguel Bosé, cómo se planteaba el presente y cómo veía el futuro. Ni palabra de la posibilidad de dar el paso que ha dado ahora. El valenciano, ahora ya concursante oficial de Supervivientes 2022, resumió su relación con el cantante en una frase: «Empezó como un cuento precioso y terminó como una historia de terror».
Según él «fue un flechazo para los dos». Nacho tenía 19 años y no fue hasta poco más de un mes después cuando tuvieron su primera cita. De ahí se mudó a Madrid para luego terminar viviendo en una finca que compró Miguel en Extremadura, donde estuvieron «ocho o nueve años». Durante aquellos años estuvo en nómina en la empresa del artista, que le contrató para supervisar el trabajo de la finca.
En 2016 se marcharon a vivir a Panamá donde terminó todo. Rompieron y firmaron un convenio privado del que explicó los pormenores: «No se me da nada, solo se detallan las condiciones que yo tenía allí: el dinero que yo percibía al mes, 3.000 dólares, además de una nómina de la que ya disponía, un coche a mi disposición y un apartamento a 50 metros de la vivienda de Miguel para vivir yo solo y evitar conflictos en casa».
Firmó el documento, porque siempre había rubricado lo que Miguel le había puesto delante sin asesoramiento alguno. Así lo confesó en la publicación antes mencionada en la que le dio la estocada definitiva a su expareja: «Cuando es bueno es muy bueno y cuando es malo es el peor».
A Miguel Bosé se le complican las cosas
Miguel no levanta cabeza. A sus problemas económicos y de imagen debido a sus declaraciones antivacunas, se suma el hecho de tener que ver a Nacho Palau en un reality. Poco amigo de hablar de su vida privada, su ruptura hizo que se conocieran muchos detalles de su intimidad que no le hicieron ninguna gracia. A los problemas judiciales con Palau por la filiación de sus hijos, se le suma su discurso negacionista sobre el covid y también las deudas que mantiene con Hacienda. Aunque en el 2018 apareció en la lista de morosos con una deuda de 1,86 millones de euros, parece que saldó gran parte de esa cantidad en los años venideros.
El pasado mes de febrero se publicó la decisión que había tomado el artista: ‘hipotecar’ la impresionante vivienda que posee en la exclusiva urbanización madrileña de Somosaguas. Una casa de 1.000 metros cuadrados construidos y 10.000 de parcela que cuenta con estudio de grabación, cuatro habitaciones, comedor, gimnasio, sauna, sala de juegos y hasta un taller de cerámica.
Miguel presentó el inmueble como garantía a través de una hipoteca «unilateral a favor de la Agencia Tributaria». Propuesta que se aceptó en 2021 y que, a pesar de lo inusual, suele utilizarse cuando los deudores no gozan de liquidez suficiente para afrontar el gasto, pero sí tienen propiedades. Una práctica que al parecer se ha vuelto más habitual en los últimos años.