Adriana Ugarte confiesa que estuvo a punto de ser captada por una red de prostitución de lujo
La actriz, una de las intérpretes del momento, explicó esta anécdota durante su participación en ‘La noche D’
Adriana Ugarte ha sorprendido a todos con la confesión que ha hecho durante su participación en el programa La noche D que presenta Eva Soriano en Televisión Española. El programa de esta semana trataba sobre la fama en el mundo de la interpretación y allí estuvo la actriz junto a otros compañeros de profesión, como Rubén Cortada o Dani Guzmán. Como suele ocurrir en estos espacios, el invitado suele disfrutar de la atmósfera que se respira en el plató. Y se relaja hasta tal punto que termina contando secretos inconfesables (al menos hasta ese momento).
Este ha sido el caso de Adriana Ugarte, que, a lo largo de su intervención, contó una controvertida anécdota de sus años de estudiante. Una historia que bien podría haber llevado el título de la exitosa película protagonizada por Demi Moore y Robert Redford, Una proposición indecente.
Desvela que intentaron captarla para una red de prostitución
La protagonista de El tiempo entre costuras desveló cómo intentó captarla una red de prostitución durante un trayecto en el metro de Madrid. Algo que se quedo en una mera anécdota, pero que a Ugarte le hizo investigar y terminó averiguando todo lo relacionado con la prostitución de lujo.
«Me lo dijeron ellos: ‘Prostitución, Adriana, de lujo, de jovencitas y estudiantes’»
La intérprete explicó que solo tenia 19 años cuando ocurrió todo. Estaba estudiando en la Universidad la carrera de Filología Inglesa y uno de los días que asistía a clase entabló conversación con otra chica en el metro de Madrid. «Me pasa mucho, que me pongo a hablar con gente que no conozco. Nos sentamos en el andén del metro y era muy maja», empezó diciendo.
Cuando llegó el suburbano, las dos accedieron al mismo vagón y esta persona se sentó al lado de la actriz. En ese momento comenzó una ronda de preguntas que a Adriana le puso en una posición muy incómoda. «Me preguntó qué edad tenía, si estudiaba y si tenía novio, y le dije que no. Entonces me dijo que conocía a un chico muy majo y que le gustaría mucho ir a cenar una vez a la semana y que nos fuéramos de fin de semana rural, como tres días».
La protagonista de La señora dejó claro a sus compañeros del programa que no entendía lo que le estaban proponiendo: «Estaba el plan de rodaje como muy armado». No le dio mucha importancia, hasta que al llegar a su casa les contó a sus padres -un magistrado y una escritora- lo que había vivido. Su respuesta fue clara y concisa: «Me lo dijeron ellos: ‘Prostitución, Adriana, de lujo, de jovencitas y estudiantes’».
Su investigación y su papel de meretriz en ‘Hache’
La contestación que obtuvo de sus progenitores la dejaron impactada. Hasta el punto de que la curiosidad le llevó a buscar más información sobre el tema e investigar acerca de cómo se llevan a cabo estas captaciones. El resultado fue que Adriana Ugarte se quedó sorprendida al averiguar que estas prácticas son más habituales de lo que pensaba.
E incluso supo de otras universitarias que habían decidido ejercer la prostitución para así tener una economía desahogada con tal de poder comprar artículos de lujo, comer en exclusivos restaurantes y tener independencia económica.
Años después Adriana Ugarte dio vida a una prostituta en la serie Hache. Fue un papel que le marcó sobremanera y que le llevó a colaborar con una asociación que ayuda a mujeres que ejercen la prostitución. «Me permitieron conocer la prostitución desde un lado menos apocado y menos compasivo, de una forma más campechana», reconoció en una entrevista en El País en la que añadió que «son mujeres que buscan la integración social, estar protegidas y ser unas ciudadanas que cotizan».
A colación de este controvertido papel y de su experiencia en la ONG, Adriana declaró: «Cuando hay explotación, abuso o menores de edad sí es sórdido porque hay manipulación y dolor, pero si está ejercida con libertad… No es un trabajo agradable, se acuestan con tíos que no siempre las tratan bien, pero mi personaje no se siente sucia, culpable o menos digna por ejercer la prostitución. No hay victimismo y eso me mola mucho de ella».