Kim Kardashian rompió el vestido de Marilyn Monroe (en el que nunca cupo de verdad)
El vestido de Marilyn que Kim Kardashian lució en la gala MET sigue trayendo cola. Ahora el dueño muestra los desperfectos que tiene la prenda
La imagen pública de Kim Kardashian está quedando muy dañada tras enfundarse en el vestido con el que Marilyn Monroe le cantó aquel Happy birthday Mr. President a John F. Kennedy en 1962. La celebrity lució la prenda, firmada por Bob Mackie, en la pasada gala del MET.
Para entrar en el diseño, ella misma dijo que había adelgazado 7 kilos, pero lo cierto es que nunca cupo realmente en el vestido, tal y como te contamos en THE OBJECTIVE.
Sus asistentes tuvieron que hacerle un apaño para poder cerrar por la cintura la prenda, tal y como se ve en el siguiente vídeo.
Para ocultar todo ello, Kim Kardashian lució un abrigo blanco en la gala, y por eso no nos dimos cuenta de que nunca cupo en el vestido.
Rompió el vestido (aun sin caber en él)
El empeño de Kim Kardashian por entrar en el vestido de Marilyn Monroe –aun sin caber en él ni siquiera haciendo dieta– provocó daños en la prenda que ahora han sido denunciados públicamente por Scott Fortney, el coleccionista especializado en propiedades de Marilyn y dueño original de la pieza.
Fortney ha publicado en su cuenta de Instagram dos imágenes del vestido: una del antes (2016) y otra del después de la gala. En las instantáneas se pueden observar perfectamente los «daños significativos» que Kim Kardashian hizo en la pieza.
El dueño del vestido duda si valió la pena dejárselo a Kim Kardashian
«Muy comprometidos con mantener ‘la integridad del vestido y su preservación’, pero… ¿mereció la pena?», escribe Fortney, que denuncia tanto rotos en el tejido como la desaparición de varios cristales y lentejuelas.
Tras la polémica, el Consejo Internacional de Museos ha prohibido usar prendas con valor histórico a cualquier famosa, no vaya a ser que suceda lo mismo… Kim Kardashian, por cierto, aún no se ha pronunciado.
Intentó adelgazar mucho más
Cabe destacar que Kim Kardashian se puso el vestido de Marilyn únicamente en la gala. Para la cena utilizó una réplica, esta vez sí de su talla.
Suponemos que este desenlace no es que quería la celebrity, que intentó con ahínco adelgazar lo máximo posible para poder caber en la prenda del icono rubio, aunque al final sólo perdió 7 kilos –que, ojo, es mucho, pero no tanto como para entrar en el vestido sin romperlo–.
A pesar de eso, lo intentó. Kim echó mano de la sudoración, como Rosalía. En su caso, en vez de envolverse en papel film, utilizó un traje sauna, que al final cumple la misma función: sudar en exceso con el objetivo de eliminar líquidos y toxinas.
Además del traje sauna, que ya utilizaba ella previamente para sus entrenamientos, se sometió a una dieta extrema en la que quedaron prohibidos los hidratos de carbono y azúcares. Durante tres semanas, Kim sólo comió verduras y proteínas, lo que le ha permitido poder lucir esta figura en tiempo récord:
