Así es la vida secreta (y lujosa) de Putin mientras miles de soldados mueren en el frente de batalla
Una mansión con parque infantil, lujo y mucho amor. A Putin parece no faltarle de nada en su intimidad durante la guerra
Mientras Vladimir Putin acusa a Ucrania de cometer un «ataque terrorista» en la región rusa de Briansk, el resto del mundo asiste preocupado e incrédulo ante una guerra que parece no tener fin. El presidente ruso no parece estar demasiado preocupado por la barbarie, más bien todo lo contrario. Recientemente, el medio local Proekt ha filtrado detalles acerca de su vida privada que no hacen más que aumentar la crispación social existente.
Que se haya sabido, Putin contempla el desarrollo de la invasión en una lujosa mansión ubicada en Valdai, a 250 kilómetros al noroeste de Moscú junto a su supuesta amante, la exgimnasta Alina Kabaeva. Desde allí da órdenes para que cientos de soldados vayan al frente para combatir y, en muchos casos, perder la vida. Se calcula que más de 180.000 soldados rusos han muerto o resultado heridos durante el transcurso del conflicto.
Ni el mandatario ruso ni la exdeportista han hecho público nunca un amor del que se dice podrían haber nacido cuatro hijos en común. La prensa del país invasor ha informado recientemente de que Putin habría comprado a su amante un imperio inmobiliario valorado en 120 millones de dólares a través de un fondo para sobornos en Chipre.
Un búnker de amor
Todo un ‘regalazo’ del inquilino del Kremlin a su amante y a la que no le faltaba de nada. La residencia disponía de casi 4.000 metros cuadrados y se construyó en madera al estilo de una típica dacha rusa. El promotor de obra fue Yuri Kovalchuk, un empresario ruso al que se le conoce como el ‘banquero de Putin’.
La vivienda donde Putin y Kabaeva estarían ‘bunkerizados’ estaría fuertemente vigilada y cuenta con varias mansiones palaciegas y un parque infantil donde juegan los presuntos hijos de la pareja. Así lo cuentan fuentes muy cercanas a ellos: «Hay un enorme completo de spa con solárium, una cámara criogénica, una piscina de 25 metros, un Hamman, una sauna, un baño de barro, baños de masaje, áreas de cosmetología y odontología».
La prensa británica también ha hecho sus averiguaciones y The Telegraph sostiene que hay fotografías de esta casa, filtradas por un ejecutivo que estuvo trabajando allí. En ellas se muestran lujosos interiores inspirados en el amor de Putin por su ciudad natal, San Petersburgo, y su Museo del Hermitage del siglo XVIII. Nada es casualidad.
En medio del conflicto bélico, Vladimir Putin dirige todo junto a su amada desde la mencionada casa, ubicada 800 metros de la ‘Casa Dorada’, la residencia privada y mejor vigilada del presidente.
Un día triste para Putin
Los detalles acerca de la vida privada de Putin han trascendido a la opinión pública casi de manera simultánea que una mala noticia para él. Natalia Thiebaud Kondratieva ha muerto por causas desconocidas. Un deceso que se produjo solo cuatro días antes de que fuera revelada como la médica que ayudó a dar a luz a los niños «secretos» del ruso y Kabaeva.
No resulta fácil conocer aspectos íntimos del político y abogado porque siempre ha querido mantenerse hermético. No obstante, durante los años que lleva al frente de su país sí que se ha dado buena cuenta de su agitada vida sentimental, convertida en toda una montaña rusa, nunca mejor dicho.
Su primer gran amor lo disfrutó durante la década de los 80. Se trataba de Lyudmila Putina, una azafata de vuelo por la que se volvió ‘loco’. «Comprendí que, si no me casaba en dos o tres años, nunca lo haría. Aunque, por supuesto, había adquirido la costumbre de llevar una vida de soltero. Lyudmila me cambió», decía en su biografía. En 1983 se casaron y tuvieron dos hijas, siendo la mayor es una importantísima científica de Moscú, y la pequeña una reputada matemática.