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Los sorprendentes secretos de belleza de Sissi, la inolvidable y controvertida emperatriz

Isabel de Baviera se caracterizó por ser una mujer adelantada a su época en varios aspectos y cuidó de su imagen hasta límites que rozaban lo maniático

Los sorprendentes secretos de belleza de Sissi, la inolvidable y controvertida emperatriz

La emperatriz Sissi | Gtres

Podría resultar sorprendente afirmar que Sissi siga siendo un personaje cargado de relevancia porque ya han pasado 125 años de su muerte. La princesa bávara vivió durante el siglo XIX (1837-1898), pero la huella que dejó ha sido imborrable. Buena prueba de ello es que su vida sigue interesando mucho y tanto plataformas de streaming como cadenas de televisión apuestan por comprar series y películas basadas en su figura.  

Quizá por ello nunca está de más echar la vista hacia atrás y recordar cómo esta mujer de fuerte carácter llegó a convertirse en un icono de estilo adelantado a su época, hasta el punto de ser etiquetada como la Lady Di de su siglo. Sissi fue una mujer amante de la libertad, pero con una personalidad ciertamente atormentada que le valió ser considerada extravagante o irresponsable por sus ideales.

La emperatriz Sissi
La emperatriz Sissi. Gtres

Bajo el nombre de pila de Isabel Amalia Eugenia se encontraba una belleza absolutamente legendaria. Claro que, no bastaba con ser poseedora de esta virtud, sino que también había que mantenerla. Sissi fue pionera en cuidar al extremo su figura y rostro, dentro de una sociedad en la que no estaba extendido esta práctica entre las mujeres, lejos de tener un papel preponderante.

Dietas estrictas y ejercicios militares

La alemana llegó a obsesionarse hasta la manía por lucir radiante. Para conseguir el cuerpo que deseaba, seguía planes nutricionales muy restrictivos y en ocasiones sin ningún tipo de sentido. Los pilares de la alimentación de la esposa de Francisco José I de Austria eran naranjas y leche. Del mismo modo, se hizo famosa su dieta de zumos exclusivamente de carne o una mezcla de claras de huevo con sal. Sin olvidar su gusto excesivo por los laxantes que compraba en la farmacia de la Corte.

En cuanto al deporte, Sissi hacía gimnasia a diario. En todos sus palacios mandó instalar material para poder realizar su rutina fitness. Sissi utilizaba anillas colgadas en el portal, barras horizontales y espalderas para entrenar con su propio peso. Una práctica que podría asemejarse a las dominadas de hoy en día.

Gracias a la combinación de las anteriores logró esculpirse una silueta atlética. Su peso medio era de 50 kilos, aunque llegó a marcar 43,5 en algunos momentos de su vida. En el siglo XIX no se reconocía la anorexia nerviosa como trastorno, pero son muchas las teorías escritas que apuntan que la germana la padeció. De igual manera que sufría habitualmente de reúma, neuritis y edemas por todo el cuerpo, así como dolores de ciática y acumulación de líquido en las piernas.

El sorprendente truco de Sissi para su pelo

Uno de los rasgos de belleza más identificativos de la emperatriz de Austria era su frondosa melena. ¿Cómo la cuidaba? La persona de máxima confianza y encargada de tal fin era su peluquera, Fanny Angerer. La estilista dedicaba al menos dos horas cada día a lavarla con una mezcla de huevo y coñac.

Sissi de Austria fue pionera también en lucir el famoso peinado en el que las trenzas se colocaban sobre la cabeza a modo de tiara. Un look por el que han optado en el siglo XXI celebrities de la talla de Katy Perry o Emily Blunt, por citar algunas.

La emperatriz Sissi
La emperatriz Sissi. Gtres

En el caso de la princesa, lo que se buscaba era mantener sujeto su cabello mientras practicaba la equitación, una de sus aficiones favoritas. Era extraño verla con el pelo suelto porque le llegaba a los tobillos y le generaba fuertes dolores de cabeza. Las famosas pinturas de ella con una túnica y melena al viento estaban destinadas a las habitaciones privadas de su consorte, Francisco José, y no a la vista del público.

El secreto de su piel radiante

Era muy sorprendente en su época que una mujer se preocupase tan concienzudamente de su higiene personal. Sissi lo hacía y un buen ejemplo es que mandó construir un baño cuando llegó al Palacio de Hofburg. En su bañera se tomaba duchas con aceite de oliva tibio o leche de burra, que contribuían a mantener su piel suave y firme.

Para la tez facial, Isabel de Baviera utilizaba mascarillas de fresas, pétalos de rosa, ingredientes herbales y (atención) de ternera cruda. Estos rudimentarios tratamientos surtieron efecto y le dotaron de una gran belleza que ella quiso mantener hasta el final. Como ojos que no ven, corazón que no siente, solicitó no volver a ser fotografiada una vez cumplió 40 años.

La emperatriz Sissi
La emperatriz Sissi. Gtres

A los 60 años de edad, Sissi fue asesinada mientras paseaba a manos de un anarquista italiano llamado Luigi Lucheni. Fingiendo tropezarse, le clavó un estilete muy cerca del corazón para terminar con su vida, que no con su imborrable legado.

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