Boda de Tamara Falcó e Íñigo Onieva: salen a la luz nuevos datos y fotos del enlace del año
Un guiño a Carlos Falcó, un espectáculo de drones y la sinceridad del empresario fueron los grandes protagonistas
Tamara Falcó e Íñigo Onieva ya están casado. El 8 de julio de 2023, se dieron el sí quiero en el palacio El Rincón.
Una boda de la que este lunes tenemos más detalles gracias a un nueva edición de la revista ¡Hola!, que publica nuevas imágenes y datos del enlace.
Miguel y Mateo, los hijos de Ana Boyer y Fernando Verdasco, se encargaron de llevar las arras hasta el altar; Chábeli Iglesias se emocionó hasta las lágrimas; y Onieva siguió el legado de Carlos Falcó coronándose como el nuevo marqués de Griñón.
«Es algo que no lo tengo interiorizado. Ni creo que lo haga a corto plazo. Es un título que ha llevado su familia por muchas generaciones y no te conviertes en marqués de Griñón por simplemente el hecho de casarte con la marquesa de Griñón», ha confesado para las páginas de la publicación.
Un guiño a Carlos Falcó
Fue un enlace de lo más especial que reunió a 400 invitados y que no se dejó ni un solo detalle en el tintero. Tal y como ha informado ¡Hola!, Tamara quiso hacer una alegoría al campo que tanto amaba su padre, y así fue.
La naturaleza fue la gran protagonista con un mobiliario exterior de tipo colonial y conservando el estilo vintage del palacio. El cóctel se celebró en las praderas de Júpiter y la cena en unas carpas instaladas en la propiedad familiar.
Todos los detalles
Las mesas redondas estuvieron decoradas con los menús caligrafiados por El Tintero, las servilletas bordadas con la ‘G’ y la corona del marquesado de Griñón -obra de Aida Home Living-, y la cubertería de plata a juego con la vajilla de Limoges.
Según ha informado la revista, en la cena sonaron canciones como If I Ain’t Got You, de Alicia Keys, o Shallow, de Lady Gaga. Además, se combinaron los cócteles de The Bar Edition con el arte gastronómico de Eneko Atxa.
Romper con la tradición
Y, aunque el vestido nupcial fue el detalle que más expectación causó, el baile de los novios no se quedó atrás. En tiempo récord, Íñigo y Tamara tuvieron que ensayar este momento tan especial de la mano de la coreógrafa Lola González.
Dejando a un lado el tradicional vals, los ya marqueses de Griñón sorprendieron con un estilo más moderno y unas dotes en la pista desconocidas hasta la fecha al ritmo de Love, una canción de Nat King Cole que mezcla el jazz y el swing.
El regalo de Onieva
Como era de esperar, en este día tan especial, el empresario quiso sorprender a la hija de Isabel Preysler con un espectáculo de 200 drones. Un show personalizado de la empresa UMILES Drone Light Show que dibujó en el cielo Love is in the air.
Una boda ‘gafada’
Han sido meses de mucha tensión en los que ha llamado especialmente la atención los reveses que han protagonizado el camino al altar. Una infidelidad, un esguince, un portazo de Sophie et voilà, un robo… pero nada ha impedido que la hija de Isabel Preysler y el empresario hayan puesto el broche de oro a su historia de amor.
Sin embargo, no ha sido fácil llegar hasta aquí, sobre todo después de salir a la luz el beso del Burning man que puso en jaque el compromiso. «Me di cuenta de que Tamara era mi prioridad, que no iba a anteponer nada a Tamara y que ella se convertía en el centro de mi vida», ha sido sincero para la revista.
Además, Íñigo Onieva ha confesado que su entorno no tenía esperanza alguna de que pudieran reconciliarse, pero que «siendo honesto» consiguió el perdón de la marquesa de Griñón. Ahora, ya son marido y mujer y el yerno de Isabel Preysler tiene claro que Tamara es la mujer de su vida.
«Es pura luz, pura bondad… Es mágica, es generosa y no tiene ningún tipo de maldad. Son cualidades difíciles de encontrar, así que, en cuanto encuentras a una persona tan pura como ella, ya sabes lo afortunado que eres», ha sentenciado para ¡Hola!.
El broche final
Con esta boda, la gran boda del año -que se ha hecho de rogar-, se ha puesto fin a las habladurías, los contratiempos y, sobre todo, a la polémica. Aunque nadie confió en que esta historia de amor culminase en el altar, así ha sido.