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La actitud opuesta de Rodolfo Sancho y Silvia Bronchalo en el juicio: sonrisa y muchos nervios

La expareja ha vuelto a coincidir a las puertas del juicio por su hijo en el que cada uno ha mostrado una actitud diferente

La actitud opuesta de Rodolfo Sancho y Silvia Bronchalo en el juicio: sonrisa y muchos nervios

La actitud opuesta de Rodolfo Sancho y Silvia Bronchalo | Gtres

El juicio por Daniel Sancho comenzó el pasado 9 de abril. Unos días antes, hasta Tailandia, viajaron sus dos progenitores; Rodolfo Sancho y Silvia Bronchalo. Esa misma jornada veía la luz una entrevista exclusiva del actor a HBO, en la que revelaba los datos más sorprendentes sobre su hijo, cómo es su verdadera relación y cómo se encuentra. En todo estos meses, desde que Daniel entrara en prisión, Rodolfo se ha mantenido muy serio, frío y distante, al igual que ha hecho su exmujer, con quien la relación está más tensa que nunca. Aunque eso sí, en este último día esas dos actitudes han cambiado, especialmente la de Rodolfo, quien ha aparecido muy sonriente.

Son varias las jornadas que todavía le queda por delante tanto a Daniel Sancho, como a su defensa y a sus padres, hasta que el juez llegue a una conclusión de cómo murió Edwin Arrieta. El hijo del actor fue detenido en el mes de agosto acusado de asesinar al médico en Tailandia. Al poco tiempo, tanto Rodolfo como Silvia hicieron las maletas y pusieron rumbo a Koh Samui, la localidad en la que se encuentra la prisión en la que está Daniel. En todos estos meses, han sido muchas las ocasiones en las que la prensa se ha dirigido a Rodolfo y a su exmujer quienes han dado la callada como respuesta.

La sonrisa de Rodolfo Sancho

Rodolfo Sancho saliendo del juzgado este 17 de abril con una sonrisa. Gtres

Por eso, la presencia del intérprete de La señora en HBO ha sido totalmente sorprendente. En esa entrevista, Rodolfo ha relatado como se encuentra, en la que ha incidido en que está tranquilo. Una tranquilidad que ya ha mostrado en más de una ocasión, tanto a las puertas de la prisión de la localidad tailandesa como en estos últimos días a las puertas del juzgado. Los datos que estamos conociendo sobre el transcurso de los hechos están siendo a cuentagotas, debido a la decisión del juez de que todo permaneciera dentro de la sala. Aún así, sí que se han revelado algunos detalles que serían fundamentales para comprender la actitud de Silvia y Rodolfo.

Ha sido el programa Mañaneros el que ha desvelado cómo se ha enfrentado la expareja a este nuevo día de juicios. En el caso de Rodolfo, como ya hemos podido ver a la salida del juicio, en las imágenes que se han publicado, ha afrontado esta nueva jornada con una inmensa sonrisa. Una actitud a la que no nos tiene acostumbrados, sobre todo teniendo en cuenta que siempre se ha mostrado muy serio. Cabe destacar que, en una de sus conversaciones más controvertidas con la prensa, el actor admitió que no se iba a mostrar derrotado frente a los medios de comunicación o en un mar de lágrimas.

El nerviosismo de Silvia Bronchalo

En el caso de su exmujer, Silvia Bronchalo, esta se presentó en el juicio un poco más tarde que su exmarido debido a que se encontraba indispuesta. Aún así, al igual que Rodolfo, se ha mantenido bastante distante con los medios de comunicación y ha dado pocas declaraciones sobre su estado. Aún así, desde el magazine de Jaime Cantizano, se ha confirmado que la mujer se ha mostrado especialmente nerviosa dentro de la sala. Una actitud que no ha mostrado en su salida del juzgado, en la que Silvia se ha dirigido a un coche junto a su traductor, mirando todo el rato al suelo.

Silvia Bronchalo abandona, nerviosa, de sala. Gtres

Lo cierto es que no están siendo momentos fáciles para la familia Sancho-Bronchalo. Sobre todo después de que Silvia denunciara a la que un día fuera su pareja por violencia de género. Una constatación más de que la relación entre ambos es más que tensa. Es por eso que, en todos estos días, evitan estar juntos y hasta dirigirse la palabra. Tanto es así que como han confirmado distintos medios, en la sala del juzgado, evitan sentarse uno al lado del otro y se colocan con cierta distancia entre ellos. Por tanto, su única voluntad es la de evitar que su hijo sea condenado por premeditación y que su estancia en la cárcel tailandesa sea lo más corta posible.

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