Miriam González, mujer de Nick Clegg y crítica con Begoña Gómez: así es su vida de abogada
La vallisoletana fue duramente criticada durante el mandato de su marido como viceprimer ministro de Reino Unido
La vida en América de Miriam González | Gtres
Pedro Sánchez tiene una infinidad de frentes abiertos. Entre ellos, priman las controvertidas informaciones que se han publicado sobre su mujer, Begoña Gómez. Un tema del que muchas personas de relevancia se han pronunciado. Fue hace unos días cuando Miriam González, mujer del ex viceprimer ministro inglés Nick Clegg, habló sobre este asunto. «Si lo hubiera hecho yo me habrían quemado en Trafalgar Square», confesó la abogada internacional. Unas comentadas declaraciones en Antena 3 que han hecho que la española vuelva a estar en el foco de la noticia. Pero ¿qué ha sido de la vida de Miriam González? ¿Qué sabemos de ella?
«La esposa de Nick Clegg quiere parecerse a la reina Sofía», tituló Vanitatis hace más de catorce años. Por aquel entonces, González se había convertido en una pieza clave dentro de la sociedad británica por su matrimonio con Clegg, uno de los hombres con más poder. Aunque el trabajo de su marido se tornó en de suma importancia cuando comenzó a llevar las riendas del Gobierno de Reino Unido, Miriam siempre tuvo muy claro que iba a priorizar su propia carrera profesional y, sobre todo, el bienestar de sus hijos.
Ahora González está a medio camino entre España y Londres y dedicada a trabajar desde la sociedad civil para que en España se consoliden códigos éticos en la política. Precisamente eso es lo que le ha llevado a criticar la actuación de la esposa de Pedro Sánchez, porque demuestra que en nuestro país faltan reglas que regulen qué se puede y qué no se puede hacer cuando uno ocupa esos puestos.
Los inicios de Miriam González y su relación con Nick Clegg
Siempre se ha definido como una gran madre y una abogada enfocada en su trabajo internacional. Algo con lo que siguió cuando la familia Clegg-González se mudó hasta Palo Alto, California, donde Nick asumió el rol de jefe de comunicaciones de Facebook. Un trabajo que no solamente hizo que cambiaran de país y de rutina de vida sino que, también, les convirtió en una de las parejas con más influencia mundial, al menos en lo económico. Miriam nació en la localidad de Olmedo, en Valladolid, en el seno de una familia de profesores. Además, su padre fue el primer alcalde de la democracia en el lugar y, también, senador por el Partido Popular hasta su muerte en 1996.
Se licenció en Derecho en la Universidad de Valladolid e hizo la especialidad de Derecho Comunitario en Bélgica, más concretamente en Brujas. Fue allí donde conoció al que hoy es su marido, Nick Clegg. Fue con él con quien se casó en el 2000 y decidieron vivir durante unos años en Bruselas hasta que trasladaron su residencia a Londres, fundamentalmente por el trabajo de él. Miriam trabajó durante muchos años como asesora en derecho comercial, relaciones económicas y Oriente Medio tanto para la Unión Europea como para el Gobierno británico. Luego, formó parte de la firma de abogados Dechert. Más adelante, formó parte del Consejo de Administración de Acciona.
Las críticas desde Inglaterra
Fue en el año 2010 cuando su nombre saltó a la primera plana de los tabloides británicos después de que su marido asumiera la vicepresidencia de Reino Unido. Su postura fue duramente criticada, sobre todo por parte de la prensa más conservadora, después de anunciar que su objetivo era seguir realizando el mismo trabajo que había llevado a cabo hasta ahora. Básicamente, lo que Miriam hizo era romper con esa tradición de esposa de político en la que era ella quien tenía que dejar su trabajo por él. «Si no tenemos hijos, se asume que estamos frustradas. Si cuidamos de nuestros niños en casa dicen que no trabajamos. Si tenemos un empleo se nos retrata como madres a tiempo parcial e incluso como malas madres», se defendió González.
A pesar de la exigencia de su trabajo y el de su marido, la prioridad de ambos siempre han sido sus hijos y su educación. La pareja ha tenido tres hijos; Antonio, Alberto y Miguel. Tras su enlace, Miriam decidió mantener su apellido de soltera, contraria a la tradición que prolifera en Reino Unido. Además, también tiene su nacionalidad española. Hasta el año 2018, toda la familia residió en Reino Unido, país que dejaron una vez Nick perdió su escaño de Sheffield Hallam al norte de Inglaterra. Todos juntos decidieron mudarse hasta California para comenzar una nueva vida.
Su prioridad: sus tres hijos
Fue ella misma quien calificó esta experiencia como de «aventura americana», teniendo buena cuenta de a todo lo que se estaba enfrentando. Es por eso que Miriam dejó atrás la firma de abogados Dechert para entrar en otra más internacional como Cohen Gresser con oficinas en distintas partes del mundo como Nueva York o Londres. En ese momento, la máxima prioridad de Miriam y Nick era encontrar un colegio para sus tres hijos que, por aquel entonces, tenían 15, 13 y 8 años. Probablemente uno de los episodios más duros llegó cuando a su hijo Antonio le diagnosticaron leucemia cuando todavía era muy pequeño. Una etapa ya superada pero que dejó una gran cicatriz en la familia.
Además de en sus hijos, Miriam también vive volcada en su propia fundación benéfica, Inspiring Girls, que está ya en 37 países y se dedica «a conectar a niñas con referentes femeninos de todos los sectores con el fin de ampliar sus horizontes y romper estereotipos». Ahora, la abogada, ya de vuelta de Estados Unidos, planea su vida, personal y profesional, entre España y Reino Unido, muy volcada, también, en España Mejor, una fundación con la que buscan «dinamizar a la sociedad civil para que se involucren en la propuesta de políticas públicas».
