Los rincones de la casa de Sara Carbonero en La Finca: dos millones de euros y seis baños
La periodista adquirió la casa, que pertenecía a Lydia Bosch, en 2014 junto a la que era su pareja, Iker Casillas
Sara Carbonero dejó la televisión hace unos años. Su cambio de rumbo profesional y personal se produjo después de momentos especialmente complicados en su parcela más privada. El diagnóstico de su cáncer marcó un antes y un después en su vida e hizo que decidiera dedicarse, al cien por cien, a su familia. Es por eso que, ahora mismo, está totalmente volcada en su marca de ropa y, también, en sus redes sociales. Sin duda, también, otro de los momentos que ha marcado su vida reciente ha sido la separación con el que fuera su pareja, Iker Casillas, que hizo que tuviera que reconfigurar su rutina junto a sus hijos, Martín y Lucas.
En los últimos años antes de romper su matrimonio, Sara e Iker vivieron en Oporto. La ciudad portuguesa fue una de las mejores experiencias para ambos. Allí encontraron una preciosa casa con vistas al mar donde vivieron grandes momentos pero, también, otras etapas más duras. Fue en el año 2021 cuando decidieron poner fin a su matrimonio, coincidiendo con el momento con el que regresaron a Madrid. Así, Casillas decidió alquilar un impresionante ático en la Ciudad de la Imagen, una de las urbanizaciones más lujosas de la capital, mientras que Sara volvió a la casa familiar en la que ya habían vivido antes de poner rumbo al país luso.
La casa la compraron Sara Carbonero y Casillas en 2014
Esta última vivienda se encuentra en la exclusiva urbanización de La Finca, una de las más caras de Madrid. Han sido pocas las imágenes que ha compartido Sara sobre la casa en la que vive junto a sus hijos y su actual pareja, el músico Nacho Taboada. Sí que es cierto que han sido las redes sociales las que nos han dado más pistas sobre las distintas estancias, sobre todo porque ha sido la periodista quien ha compartido esas instantáneas a través de su perfil de Instagram, donde acumula millones de seguidores. Su casa, como sucede con tantas otras de la zona, sigue la estética, en el exterior, del resto de viviendas que hay en la urbanización.
Así, la parte exterior de la casa de Sara Carbonero es de ladrillo claro y cuenta con un impresionante jardín con piscina privada. Lo cierto es que La Finca es una de las zonas más caras de la capital y, también, la que cuenta con más facilidades, entre ellas, vigilancia y seguridad privada. Si echamos un vistazo a las imágenes que ha subido la propia Sara a su perfil de Instagram, nos damos cuenta que el salón está decorado en tonos claros y neutros, siguiendo con ese estilo que ella misma refleja en sus redes sociales y, también, en su marca de ropa. Siguiendo con ese aura de modernidad, la estancia está dividida en dos zonas; una en la que se encuentra un gran sofá y otra, en la que podemos ver una mesa para pasar tiempo junto a familia y amigos.
2,6 millones de euros, cuatro plantas y seis baños
Probablemente lo que más llama la atención es el gran sofá que hay en el salón, donde la periodista no solamente ve la televisión, sino que, también, pasa tiempo junto a sus dos hijos. También, otro de los lugares más especiales se encuentra en el salón, donde tiene una zona destinada a la música. Es por eso que tiene colocado una guitarra junto a un altavoz encima de una maleta antigua. Han sido muchas las ocasiones en las que la periodista ha mostrado su interés por la música, una afición que comparte, sin duda, con su pareja. Es por eso que es esa parte de su casa lo que aúna sus dos hobbies.
La casa, que la pareja compró en 2014, justamente cuatro años después de su icónico beso en el Mundial de Fútbol de Sudáfrica, les costó unos 2,6 millones de euros. Además, se la adquirieron a Lydia Bosch, quien quiso deshacerse de la casa una vez se produjo su divorcio. Esta cuenta con más de 750 metros cuadrados con cuatro plantas y unas zonas exteriores privadas. Además, esta tiene dos salones, una cocina, cinco dormitorios, seis baños y una piscina, de la que tanto Sara como su hijos disfrutan durante los días de más calor en el verano. Respecto a la decoración, esta ha cambiado mucho desde que Bosch se deshizo de ella.
Es por eso que Sara, desde un primer momento, quiso darle ese toque boho y con la filosofía que rige su vida; slow life. La periodista ha querido proporcionar a cada una de las viviendas una apariencia de gran amplitud que consigue con una decoración de lo más sencilla y dándole prioridad a pequeños toques decorativos. Además, la casa también tiene mucha luminosidad que se lo proporciona los grandes ventanales que se disponen por las distintas estancias. La periodista también ha querido dedicar una estancia a sus pequeños haciendo una sala de juegos, de las que sí que ha compartido algunos detalles en su perfil de Instagram.
Si hablamos de la decoración, la vivienda cuenta con paredes totalmente blancas, con un ribete en la parte inferior y superior, una moldura, de la misma tonalidad que contrasta con el suelo de madera. Lo cierto es que esta estética se distribuye por todas las estancias y las plantas de la inmensa casa de la que Sara Carbonero disfruta junto a sus dos hijos.