El complejo que podría sufrir la infanta Sofía si sigue los mismos pasos en el futuro que Leonor
La hija pequeña de los Reyes tiene que decidir su futuro en estos días y se sabrá si sigue una educación militar o no
La infanta Sofía en una imagen de archivo. | Gtres
La infanta Sofía está contando las horas. En los próximos días, y si nos ceñimos en la misma estrategia que la Casa Real llevó con su hermana, podremos conocer cuál es su futuro. Fue el 11 de marzo de 2023, después del Consejo de Ministros, cuando, desde la Casa Real, hicieron público el futuro de la princesa en el que confirmaron que estaba decidida a hacer tres años de formación militar. Una estrategia que podría seguir su hermana. Aunque eso sí, con alguna que otra diferencia. Y es que se puede esperar que la hija pequeña de los Reyes haga una formación militar, aunque sería mucho más corta que la de su hermana que se extiende durante tres años. Será ahí donde exista una mayor diferencia en el futuro académico de la infanta, sobre todo porque, muy probablemente, la carrera universitaria que elija estará enfocada a las Ciencias Sociales, al igual que la princesa Leonor.
Y es que como hijas de los Reyes ambas tienen un futuro muy acotado. Es por eso que, por el momento, la princesa Leonor ha decidido seguir los pasos de su padre con sus tres años en los tres ejércitos; uno en Zaragoza, otro en Marín y, por último, en San Javier. Muy probablemente, luego, estudiará una carrera relacionada con el Derecho o las Relaciones Internacionales y finalizará su formación con un máster en Estados Unidos. Mientras tanto, su hermana ha seguido sus pasos, estudiando en Gales, y posiblemente también lo haga con una pequeña formación militar. Aunque eso sí, esto también podría traerle algún que otro inconveniente.
El complejo que podría sufrir la infanta Sofía
Y es que, tal y como se apunta desde el portal Psicoactiva, uno de los síndromes más comunes entre los hermanos es el complejo de Pulgarcito. «Es un fenómeno psicológico que se basa en la historia del personaje ficticio del mismo nombre, popularizado en el cuento de hadas de Charles Perrault», apostillan. Y es algo que podría afectar a la infanta Sofía si sigue dando los mismos pasos al frente de su hermana, con la que no solamente ella podrá compararse a nivel personal sino que, también, lo podrá hacer la sociedad. «La historia de Pulgarcito representa una metáfora sobre cómo el tamaño físico no es siempre indicativo de la valía o habilidades de una persona, y cómo la inteligencia y el ingenio pueden ser herramientas poderosas para superar obstáculos», apostillan.
Y este suele darse en aquellas personas que se sienten no solamente físicamente más pequeñas sino, también, menos capaces o menos significativas que los demás. «Estas personas pueden experimentar baja autoestima, ansiedad social, inseguridad y la creencia de que no son dignos de atención o reconocimiento. El complejo también puede manifestarse en un deseo constante de demostrar el valor propio a través del éxito y la superación de desafíos, a veces llevando a comportamientos obsesivos y competitivos», apuntan. Y es que la persona que interpreta a Pulgarcito suele llevar una gran «carga emocional» y es el hijo menor.
Su comparación constante con la princesa Leonor
Además, «la vida de Pulgarcito se caracteriza por la constante presión de tener que darlo todo y cumplir las expectativas de toda la familia, puesto que todas las esperanzas se ciernen sobre él. En este sentido, el deseo de superación no aparece como algo saludable, ya que deben demostrar a los demás que realmente son capaces de cumplir con todas las metas y, casi nunca, admiten fallos». El personaje de Pulgarcito suele provenir de un hogar en el que «uno o ambos padres son autoritarios y exigentes». En un futuro esto puede ser especialmente perjudicial ya que hace que el «perfeccionismo» forme parte de la vida de los niños y adolescentes.
Es más, si no se trata, este complejo puede alargarse hasta la vida adulta, momento en el que serán «incapaces de enfrentar situaciones complejas con temor a las críticas, el rechazo y los juicios negativos». Además, los afectados desarrollan «sentimientos de inferioridad y toda su vida luchan por obtener aprobación y reconocimiento de las personas que le rodean». Es por eso que será muy importante que la infanta Sofía marque la diferencia con su hermana y, aunque sigan el mismo proyecto social y educativo, decida emprender un camino en solitario con el que demuestre su valía. Unos pequeños pasos que ya comenzó a dar el pasado mes de diciembre cuando presentó su primer acto en solitario, unos premios de fotografía que llevan su nombre. Aunque eso sí, la función de la hija pequeña de los Reyes se limitó solamente a entregar los galardones, pero no tuvo ningún momento protagonista ni dio ningún discurso. Algo que la opinión pública echó en falta.
