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La infancia de los hijos de Arguiñano: «Crecimos oliendo a 'comida rica, rica', como diría el aita»

Los siete vástagos del cocinero se criaron en un ambiente familiar en el que la protagonista fue la cocina y su caserío

La infancia de los hijos de Arguiñano: «Crecimos oliendo a ‘comida rica, rica’, como diría el aita»

Los cuatro hijos mayores de Arguiñano, en una imagen de sus redes sociales.

A pesar de que Karlos Arguiñano es uno de los hombres más conocidos de nuestro país siempre ha intentado mantener, todo lo que tiene que ver con su vida personal, en un segundo plano. Y es que gracias a su capacidad de desenvolverse frente a la cámara pronto convirtió un simple programa de cocina en su emblema personal. ¿Quién no recuerda sintonizar, cada día, justamente antes de comer, al cocinero vasco en sus fogones para seguir cada uno de los pasos de su receta? Y es que si algo ha demostrado, en todo este tiempo, es que ha sabido adaptar su negocio al paso de los años. Y lo ha hecho, en gran parte, con la ayuda de sus hijos, quienes siempre están muy pendientes de él y han seguido cada uno de sus pasos.

Arguiñano y su mujer Luisi han sido padres hasta en seis ocasiones. El primero en nacer fue Eneko y, luego, vino Zigor, Karlos, Martín, Joseba y Amaia. Además, hace más de tres décadas adoptaron a María, a quien conocieron en Argentina y que, hoy en día, es parte imprescindible de su cocina y de su vida. Todos ellos, de una manera o de otra, han heredado la pasión por la cocina de su progenitor. Aunque eso sí, en el caso de, por ejemplo, Karlos -a quien llaman cariñosamente Txarli– ha preferido dedicarse a los fogones en su tiempo libre. Aún así, todos encuentran en sus respectivas agendas y vidas para el tradicional almuerzo de los domingos en el caserío familiar, que se ha convertido en una cita imprescindible.

La infancia de los hijos de Arguiñano rodeada de cocina y mucho amor

En más de una ocasión, aunque de forma general prefieren guardar cierto silencio sobre su parcela más íntima, sí que han comentado cómo fue su infancia en la que la auténtica protagonista fue la gastronomía. «Crecimos oliendo a ‘comida rica, rica’, como diría el aita», confesó el propio Joseba, admitiendo que la cocina y el ambiente familiar estuvieron siempre presentes en su infancia. En el diario Deia, donde dio estas declaraciones, también dejó claro que sus primeros años de vida estuvieron marcados por un hogar lleno de aromas y sabores, siempre bajo la influencia de su padre, quien solía decir «comida rica, rica» al referirse a sus platos. Es por eso que la conexión entre la familia Arguiñano y la gastronomía va más allá de sus platos y es la banda sonora que les ha acompañado desde siempre.

De esta manera, los hijos de Karlos Arguiñano crecieron en un ambiente rural, cercano a la naturaleza y a la cocina tradicional vasca. Es más, las comidas familiares eran sagradas. Se reunían todos alrededor de la mesa, y el ambiente era festivo, cálido y siempre centrado en productos frescos y platos caseros. Joseba siempre ha recordado que los fines de semana eran especialmente memorables, con grandes comidas que se prolongaban entre risas y sobremesas. Además, él mismo admitió que «comer en el caserío» es «un gustazo». Y es que su progenitor no solamente dejó la cocina para su lado más profesional sino que, también, la integró en casa, haciendo platos todos los días, marcados por la originalidad y la innovación.

«Comer en el caserío es un gustazo»

Arguiñano, junto a sus hijos. | Redes sociales

Ahora, su vida sigue muy ligada a la gastronomía, sobre todo después de la apertura del restaurante familiar, en el que cada uno de los hijos tiene un papel fundamental. Eneko es el primogénito y dirige la sala del restaurante Ka en Zarautz, supervisando el servicio y liderando el equipo de sala. Zigor, por su parte, se ocupa del área de cocina como jefe de cocina del restaurante familiar. Además, ha participado en concursos de pintxos. Vive una vida discreta, aunque publica algunas imágenes personales en Instagram. Martín, que es el tercero, está al frente de la gestión del hotel‑restaurante familiar, desempeñando tareas administrativas clave. María trabaja como chef junto a Zigor, siendo una pieza importante en la cocina del restaurante familiar.

María, la hija adoptiva de Arguiñano. | Karlos Arguiñano – Hotel Zarautz

Joseba es el más conocido, ya que ha aparecido en infinidad de ocasiones en televisión junto a su padre. Es pastelero y panadero de corazón, dirige su obrador -JA Arguiñano- en Zarautz, con tiendas en varios mercados locales. Además, es presentador de televisión en programas como Sukalerrian -ETB-, Historias a bocadosEscapadas con Joseba Arguiñano, y colabora en Cocina Abierta de Karlos Arguiñano. También dirige el área de repostería y panadería en el restaurante familiar y participa en iniciativas solidarias, como la creación de panecillos económicos cuyos beneficios se destinan al Banco de Alimentos. La más pequeña, Amaia, aunque en un principio se decantó por la ingeniería, con el paso del tiempo, fue descubriendo que su camino estaba, también, al lado de su familia.

Hoy está al frente de la bodega familiar K5, que produce txakoli con creciente reconocimiento. También ha sido el centro de tertulias televisivas junto a su padre, aunque con un perfil más profesional que mediático. Todos ellos, además, con sus respectivas familias, se han presentado siempre muy unidos y activos, cada uno desde su área, manteniendo viva la esencia de la cocina, el humor y el compromiso que siempre los ha caracterizado. Es más, han logrado crear un puzzle perfecto en el que cada uno encaja sus pasiones y sus ambiciones.

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