Garbiñe Muguruza o cómo cuidar el cuerpo en el embarazo para recuperarse como Serena Williams
La ex tenista profesional anunció, hace unos días, que será madre en los próximos meses junto a su pareja, Arthur Borges

Garbiñe Muguruza, en una imagen de archivo. | Gtres
Garbiñe Muguruza ha anunciado que está esperando su primer hijo. La tenista, que se casó hace unos meses, ha dado la buena nueva a través de su perfil de Instagram. Fue en abril de 2024 cuando la deportista de élite se retiró del tenis profesional y, desde entonces, ha estado desarrollando otros roles como directora de las Finales WTA. Como decíamos, contrajo matrimonio en octubre del pasado año en Marbella, en una ceremonia muy íntima. Este embarazo marca un cambio significativo en su vida personal, completando una transición desde su carrera deportiva hacia una nueva etapa: pareja, maternidad, roles distintos al deporte profesional.
Además, su retirada del tenis puede haber sido influida por esta etapa personal de búsqueda de otros horizontes, aunque ella ya había manifestado antes que pensar en formar una familia y cómo el cuerpo cambia era algo que la implicaba emocionalmente. Y lo cierto es que la recuperación tras el parto es una de las asignaturas pendientes de muchas mujeres que intentan recuperar la forma física que tenían antes de esos nueve meses. Sobre todo, aquellas que siempre han estado muy volcadas con el deporte y tienen que rendir físicamente —como Serena Williams—. Aunque eso sí, para muchas otras, esto no es una prioridad, confiando en el que cuerpo humano es «sabio» y tiene sus tiempos para recuperarse.
Garbiñe Muguruza y su embarazo como ex tenista profesional
Sea como fuere, las consecuencias del embarazo —como pueden ser estrías, celulitis o piel de naranja— son muy comunes. Desde THE OBJECTIVE hemos hablado con Carmen Durang —enfermera y psicóloga— y la dermatóloga Montserrat Fernández Guarino —autora del libro Piel de mamá—. «Las estrías del embarazo —llamadas striae gravidarum— aparecen cuando la piel se estira más rápido de lo que puede adaptarse. Esto ocurre sobre todo en la barriga y los muslos, donde la tensión es mayor por el crecimiento del útero y la ganancia de peso. También en las mamas. Las hormonas también influyen: el cortisol debilita el colágeno, y la relaxina hace que la piel esté más laxa, menos firme», explica Fernández Guarino.
Para prevenirlas, el primer paso será «hidratar la piel desde el primer trimestre». Será importantísimo usar cremas o aceites vegetales ricos como «la manteca de karité, rosa mosqueta o almendra dulce». «Aplícalos con un masaje diario, insistiendo en la parte baja del abdomen, los flancos y la parte interna de los muslos, donde más suelen aparecer. Si puedes, hazlo dos veces al día. Existen cremas antiestrías con buenos resultados comercializadas en el mercado. Sobre todo revisa que lo que te apliques sea seguro o al menos indique que se puede usar durante el embarazo. Los aceites vegetales naturales no suelen plantear problemas y a veces llevan mezclas, ante la duda es mejor una crema de farmacia correctamente etiquetada», apunta la dermatóloga.
«Muchas estrías se suavizan por sí solas»
Otra de las tareas pendientes será «controlar el aumento de peso», una acción que se llevará a cabo siempre bajo la atención de un especialista. «No se trata de obsesionarse con los kilos, sino de que la piel tenga tiempo de adaptarse al cambio. Una subida rápida o excesiva es uno de los mayores factores de riesgo para que aparezcan estrías», aclara Montserrat. Es por eso que será importantísimo prestarle atención al cuerpo y si se nota picor o tirantez «puede ser señal de que la piel se está forzando demasiado, incluso que pudiera estar apareciendo una dermatitis». Y es que la piel en el embarazo puede picar, sobre todo en la zona de la barriga, que es la que se está estirando para dar vida a una persona. «Si ves que además está enrojecida o descamada deberías consultar al dermatólogo», advierte la experta.

Sí que es cierto que, después del parto, muchas estrías «se suavizan por sí solas». «También hay tratamientos eficaces para mejorar el aspecto de la piel: masajes reafirmantes, radiofrecuencia, mesoterapia o láser fraccionado son opciones que pueden ayudar mucho, siempre adaptadas a tu situación y bajo supervisión dermatológica», añade Montserrat. Y, ante todo, las mujeres tendrán que tener claro que «la piel cambia, se adapta y se estira y que, también, puede recuperarse». «Acompañarla con constancia y cariño es lo mejor que puedes hacer», concluye la dermatóloga Montserrat Fernández Guarino.
«El embarazo no exige duplicar las raciones, sino mejorar la calidad de lo que comes»
Otra de las asignaturas pendientes, sin ninguna duda, tiene relación con la alimentación. «El embarazo no exige duplicar las raciones, sino mejorar la calidad de lo que comes. El aumento de peso saludable ronda los 9-10 kilos en total, repartidos entre los tres trimestres, y superar esa cifra no aporta beneficios ni a la madre ni al bebé», indica Carmen Durang. Es más, incide en el que «el error más común» es confundir cuidarse con «comer más». «Muchas veces no es hambre real, sino ansiedad, miedo o necesidad de seguridad. Lo mejor es diferenciar entre apetito emocional y hambre física, y apostar por una dieta equilibrada que alimente de verdad», explica la enfermera. De esta forma habrá que incorporar, en el día a día, proteínas de calidad, grasas saludables, carbohidratos, hierro, calcio y magnesio, así como fibra y agua.
«Caminar, nadar o practicar yoga prenatal no solo ayuda a controlar el peso, también mejora la digestión y la energía. El embarazo no es momento de sedentarismo, sino de movimiento consciente», aclara Durang. Además, será de vital importancia «hidratarse con suficiente agua o líquidos saludables», favoreciendo «la circulación, la digestión y el bienestar general». «Cuidar dos vidas no significa comer por dos: es elegir con conciencia lo que nutre, lo que sacia y lo que ayuda a sentirte mejor en cada etapa de la gestación», concluye Carmen Durang.