La infanta Sofía lleva la tendencia y el color a los Princesa de Asturias: su vestido asimétrico

La infanta Sofía ha dejado en su residencia de Lisboa el armario más casual y cómodo. Este viernes ha elegido innovar en los premios Princesa de Asturias. Su estilismo era uno de los puntos más esperados en los momentos previos a la gala, que se acaba de celebrar en el Teatro Campoamor en Oviedo. La hermana menor de la princesa Leonor ha acudido a este sonado evento como parte de su escueta agenda institucional, ahora que está viviendo en Portugal centrada en su formación académica.

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A sus 18 años, la pequeña de la Casa Real ha sido una de las invitadas más comentadas de la ceremonia de entrega de los galardones. Su papel en el acto no ha traído alguna novedad, como se había adelantado desde la institución: ni un discurso propio ni alguna tarea discreta que muestre una mayor presencia en la fundación homónima. Pero su sola presencia sigue estando cargada de simbolismo. Cada vez más, la joven está adoptando una postura más comprometida con la corona, lo que sus deberes universitarios le permiten. Su asistencia a los premios que preside su hermana es una muestra de su importancia para la imagen de la institución y para la unión familiar.

La infanta Sofía, embajadora de la juventud

La infanta Sofía ha destacado entre el público por su interesante elección de vestuario. Nos tiene habituados a llevar trajes de colores, vestidos con aire juvenil y a aplicar las tendencias del momento en sus estilismos para los actos oficiales. Hace unos días, en el desfile militar del 12 de octubre, se decantó por los lunares, uno de los estampados estrella de la temporada y del otoño en general. Hoy, su imagen se define por el color granate. Ha llevado un vestido asimétrico en ese color tan ‘royal’, que ha destacado por sus transparencias y el vuelo en la zona de la falda. El vestido está disponible en la marca Miphai por 179,99 euros. Ha repetido los zapatos -planos, terminados en punta y en color nude- que llevó ayer en el concierto. Para sobrellevar el tiempo otoñal en Asturias, se ha colocado un fular en el mismo color granate que le ha cubierto los hombros.

Otro de los elementos que más han destacado de su imagen es el peinado. Y es que la hija menor del rey Felipe VI se ha dejado el pelo liso, como de costumbre, luciendo sobre su ropa esa melena rubia larga y lisa que le ha costado años conseguir. Se ha recogido pate del pelo en una coleta trasera, que no le ha aportado volumen pero sí le ha despejado el rostro. Se ha diferenciado de su hermana Leonor en este sentido, que ha llevado unas ondas y suele peinarse el pelo en un moño cuando debe llevar el uniforme militar.

Del rojo al granate ‘royal’

La infanta Sofía lleva unas horas disfrutando de la tierra de su madre, la reina Letizia. Llegó el pasado jueves a la provincia y empezó a cumplir con sus deberes oficiales en el concierto previo a la entrega de premios. Para este evento lució un potente traje rojo, un conjunto de dos piezas que recordó a las tantas que su madre ha elegido este color en sus apariciones públicas. También fue el color que Sofía vistió en su graduación del bachillerato internacional, el pasado mes de mayo. En esta ocasión el traje le dio una sensación de madurez y los zapatos planos en color nude le ponían a la altura de su hermana, unos centímetros más baja que ella.

El sábado Sofía acompañará a sus padres y a Leonor en la visita al pueblo ejemplar de Asturias 2025. La localidad elegida este año es Valdesoto, una parroquia perteneciente al concejo de Siero, a unos 15 kilómetros de Oviedo, y que cuenta con 1.900 habitantes. La joven infanta disfrutará como de costumbre de la acogida de los lugareños, de la gastronomía asturiana y del paisaje de su corazón, antes de volver a la realidad. La prioridad de Sofía está en su universidad en Lisboa, donde empezó a estudiar en septiembre. Su carrera, Ciencias Políticas y Relaciones Internacionales en el Forward College, le preparará para un futuro papel activo en la corona junto a Leonor.