La unión empresarial de Pepe Bono con su exmujer, a pesar de su divorcio, que es un éxito
El que fuera ministro durante el gobierno de Zapatero sigue manteniendo una empresa junto a Ana Rodríguez Mosquera

Pepe Bono junto a su exmujer. | Gtres
Durante muchos años, Pepe Bono y Ana Rodríguez Mosquera fueron uno de los matrimonios más poderosos y con más fuerza dentro del mundo de la política. Su divorcio se produjo hace más de una década pero parece ser que su relación se mantiene intacta desde entonces. Y es que no solamente presumen de su conexión en aquellas ocasiones en las que se reúnen en familia sino que, también, parece ser que están más que consolidados en el mundo empresarial.
Tal y como confirman en Vanitatis, una de las sociedades que comparten, Ahorros Familiares Saja, ha presentado los resultados, del año 2024, y la compañía ha permitido el reparto de 800.000 euros en dividendos entre sus accionistas. La empresa fue constituida hace más de veinte años por el que fuera ministro de Defensa. Actualmente, esta sociedad está administrada por la que fuera su esposa, Ana Rodríguez Mosquera y su hija mediana, Ana. La empresa se encarga, además de a negocios inmobiliarios, a la «intermediación del comercio».
El matrimonio entre Pepe Bono y Ana Rodríguez Mosquera

José Bono Martínez y Ana Rodríguez Mosquera mantuvieron un matrimonio que duró casi tres décadas y que, aunque terminó en divorcio, se caracteriza por un equilibrio entre respeto, cariño y colaboración familiar. Se conocieron en un contexto universitario y político ligado al PSOE, y se casaron en 1980. Ana, formada en Sociología y Ciencias Políticas, se involucró activamente en la vida familiar y en iniciativas sociales durante los años en que Bono ocupó cargos públicos, incluyendo la presidencia de Castilla-La Mancha. La pareja tuvo cuatro hijos: Amelia, Ana, José Jr. y Sofía, la hija adoptada. Durante el matrimonio, Ana también desarrolló su faceta empresarial, gestionando negocios en joyería y más adelante participando en proyectos familiares de carácter inmobiliario.
La relación comenzó a mostrar signos de desgaste hacia mediados de los años 2000, atribuibles al cansancio emocional, diferencias en la educación de los hijos y la presión mediática derivada de la exposición pública de Bono. En 2010 anunciaron su divorcio de mutuo acuerdo, el cual se llevó a cabo de manera respetuosa, sin polémicas públicas ni señalamientos personales. Ana ha declarado que la relación posterior con Bono es «buena, pero no somos amigos», señalando que existe un vínculo de respeto y colaboración, especialmente en lo relacionado con la crianza y bienestar de sus hijos. Bono, por su parte, ha reconocido en entrevistas que su relación con Ana es «mejor ahora que cuando estaban casados», subrayando la madurez con que ambos han manejado la ruptura.
Tras el divorcio, Ana Rodríguez ha consolidado su independencia personal y profesional. Ha continuado desarrollando su carrera como empresaria en joyería y otros proyectos, y ha escrito un libro titulado El club de las perfectas divorciadas, en el que refleja su experiencia personal y ofrece consejos para afrontar un divorcio con dignidad. Ana también ha tenido relaciones sentimentales tras la separación, pero ha declarado que no siente la necesidad de casarse nuevamente, enfatizando su autonomía y crecimiento personal.
Un divorcio discreto y una buenísima relación
A pesar de la ruptura, la relación entre Pepe Bono y Ana Rodríguez se mantiene cordial y funcional. Comparten eventos familiares, coordinan decisiones importantes relacionadas con los hijos y muestran una dinámica de colaboración que prioriza la estabilidad y el bienestar de la familia. Su vínculo es un ejemplo de separación madura: aunque la pasión del matrimonio desapareció, el respeto, la comunicación y el compromiso con sus hijos han permitido que continúen conectados de manera positiva. Ahorros Familiares Saja S.L. es la sociedad mercantil que Pepe Bono y su exesposa Ana Rodríguez Mosquera crearon en 2004. Su capital social inicial fue de 70.000 €, y su domicilio se encuentra en Madrid. La empresa tiene como objeto social principal la intermediación comercial y los servicios relacionados con bienes inmuebles, incluyendo compraventa, arrendamiento y gestión de propiedades. Desde su constitución, ha sido uno de los principales vehículos para organizar y gestionar el patrimonio inmobiliario de la familia Bono‑Rodríguez.
En cuanto a la administración, la empresa está dirigida actualmente por Ana Rodríguez Mosquera y su hija Ana Bono Rodríguez, en calidad de administradoras mancomunadas. José Bono dejó de ejercer funciones administrativas en 2017, aunque sigue vinculado históricamente como fundador. La administración mancomunada permite que las decisiones importantes se tomen de manera conjunta, preservando la continuidad familiar en la gestión de la sociedad. La actividad económica de Ahorros Familiares Saja se centra principalmente en el sector inmobiliario. La empresa gestiona propiedades, incluyendo pisos, locales, plazas de garaje y terrenos, y realiza operaciones de compraventa y alquiler. Gracias a esta actividad, ha logrado mantener una cartera patrimonial relevante, con activos inmobiliarios valorados en cientos de miles de euros. La empresa también ha reducido deudas y ha mantenido una tesorería sólida, lo que refleja un manejo financiero prudente y rentable.

En términos de resultados financieros, la empresa ha mostrado un desempeño saludable. En 2021 reportó ganancias netas de más de 400.000 €, y distribuyó dividendos significativos entre los socios, incluyendo 162.000 €. En 2022, propuso repartir aproximadamente 400.000 € de dividendos a cuenta, lo que confirma que la sociedad no solo conserva patrimonio, sino que genera ingresos recurrentes. Estos dividendos benefician a los miembros de la familia directamente involucrados en la empresa, reforzando su valor económico.
El éxito de su empresa
La relación empresarial entre Bono y Rodríguez Mosquera refleja un vínculo familiar duradero pese a su divorcio. Aunque José Bono ya no administra la empresa, sigue siendo parte de su origen y de la estructura patrimonial. Ana, por su parte, mantiene un papel activo, demostrando que la sociedad funciona como un espacio de colaboración familiar en el que también participan sus hijos, sobre todo Ana Bono Rodríguez. Esta dinámica permite mantener el patrimonio familiar y generar ingresos de manera organizada. Como apuntan desde Vanitatis, la empresa ha obtenido tan buenos resultados porque han llevado a cabo un proceso de desinversión patrimonial en la que han aprovechado para liquidar todos los activos inmobiliarios.
La sociedad, desde que se constituyó, ha tenido varios inmuebles repartidos entre Málaga y Madrid. Es más, uno de los últimos pisos que compraron fue en el barrio de Salamanca, que compraron en 2009, con más de 100 metros cuadrados, con terraza, trastero y plaza de garaje. Además de en los activos inmobilarios, la familia Bono-Rodríguez ha invertido en el mundo de la equitación y, también, de las joyas.
