Isabel Preysler no se lava la cara con agua del grifo: recurre a otro producto para ello
Disciplina, constancia y pequeños gestos diarios explican por qué mantiene una piel impecable a los 74 años
Isabel Preysler | Gtres
Convertida desde hace décadas en un referente indiscutible de estilo, Isabel Preysler sigue despertando fascinación por su imagen cuidada y su elegancia. En su biografía Mi verdadera historia ya dejó claro todo es fruto de la disciplina y la constancia. No obstante, suponemos, los arreglos estéticos y la genética también juegan un papel clave.
A pesar de ello, a sus 74 años, es innegable que la socialite sigue tan joven como el primer día. Al respecto, ha compartido hábitos que considera imprescindibles.
Isabel Preysler no se lava la cara con agua del grifo por las mañanas
«Tardo casi lo mismo en desmaquillarme que en maquillarme», asegura, convencida de que la limpieza nocturna es tan importante como cualquier tratamiento. Para ella, retirar bien el maquillaje permite que la piel respire y se regenere, una idea respaldada por los expertos, que insisten en que este gesto es clave para prevenir el envejecimiento prematuro.
Por las mañanas nunca me lavo la cara con agua del grifo; uso un tónico y ya
La mañana comienza con una costumbre que llama la atención. «Por las mañanas nunca me lavo la cara con agua del grifo; uso un tónico y ya», explica a ¡Hola!. Una rutina que quizá tiene que ver con la hidratación de su piel. A partir de ahí, sigue una secuencia muy clara: sérum, crema hidratante y contorno de ojos. En cuanto a tratamientos estéticos, reconoce que recurre a ellos, pero solo de forma puntual y sin excesos.
El descanso ocupa también un lugar prioritario en su rutina. Dormir bien, insiste, es fundamental no solo para la piel, sino para la salud en general. Un sueño reparador favorece la regeneración celular y la producción de colágeno, esencial para mantener un rostro luminoso. Los especialistas recomiendan entre siete y nueve horas de sueño.
Otros rituales que no perdona
Más allá de esto, Isabel Preysler mantiene pequeños rituales. Por ejemplo, cada verano reserva una semana para acudir a una clínica de ayuno terapéutico y medicina integrativa, una práctica con la que busca cuidarse por dentro y por fuera. A ello suma manicuras semanales, cortes regulares de puntas y una atención constante a los pequeños detalles.
La alimentación es otro de sus grandes aliados. Batidos de frutos rojos, agua caliente con limón y una dieta baja en fritos forman parte de su día a día. Según diversas fuentes, evita o limita el alcohol —«no le gusta», ha llegado a decir—, las carnes rojas, los lácteos, las especias muy picantes y el azúcar blanco, que sustituye por edulcorantes naturales. En su menú no faltan frutas, verduras, legumbres, cereales integrales, una onza diaria de chocolate negro y zumos verdes con ingredientes como brócoli, pepino, espinacas o manzana verde.
Estupenda y abuela de diez nietos
Al margen de sus cuidados, en lo que respecta a la salud Isabel Preysler tampoco puede quejarse, pues está estupenda. Madre de cinco hijos y abuela de diez nietos, tiene la energía suficiente para dedicarle tiempo a todos ellos.
Además, 2026 será un año especialmente emotivo para ella, ya que la familia crecerá con la llegada de dos nuevos bebés. Su hija Ana Boyer espera su cuarto hijo junto a Fernando Verdasco, y Anna Kournikova se encuentra en la recta final de su embarazo con Enrique Iglesias.
Isabel Preysler ha reconocido que vive su faceta de abuela con enorme ilusión: «No hay nada que me proporcione más felicidad en este mundo que tener nietos. Lo estoy viviendo con muchísima ilusión. Cada nieto es un regalo maravilloso, una alegría enorme para toda la familia».