Grupos de derechos humanos advierten de que Facebook está intensificando la crisis de los rohingya
Los grupos internacionales de derechos humanos han dicho que el enfoque de la compañía ha permitido que la opinión, los hechos y la desinformación se mezclen en Facebook, nublando las percepciones de verdad y propaganda en un país donde la tecnología móvil ha sido ampliamente adoptada solo en los últimos tres años
El Gobierno de Birmania prohibió a Ashin Wirathu, un monje budista ultranacionalista, predicar públicamente durante el año pasado porque sus discursos ayudaban a alimentar la violencia contra los musulmanes rohingyas. Así que Ashin Wirathur —según relata New York Times— recurrió a una plataforma aún más poderosa y omnipresente para difundir su mensaje: Facebook. Todos los días escribe publicaciones, que a menudo contienen información falsa, que difunden una visión de los rohingya como animales extraños y agresivos. Actualmente la persecución que el ejército birmano está llevando a cabo contra esta minoría étnica ha sido calificada por Naciones Unidas como limpieza étnica y ha llevado a más de 600.000 personas a exiliarse.
Este tipo de publicaciones son las que han puesto a Facebook en el centro de una feroz guerra de información que está incrementando la crisis. Los grupos internacionales de derechos humanos han dicho que el enfoque de la compañía ha permitido que la opinión, los hechos y la desinformación se mezclen en Facebook, nublando las percepciones de verdad y propaganda en un país donde la tecnología móvil ha sido ampliamente adoptada solo en los últimos tres años.
Así, Facebook se ha convertido en un caldo de cultivo para el discurso de odio y publicaciones virulentas sobre los rohingya, advierten estos grupos. Debido al diseño de su web, las publicaciones que más se comparten y más reacciones reciben son las que se muestran más frecuentemente en los feeds de los usuarios. Esto favorece la difusión de contenido altamente partidista.
Estos grupos de derechos humanos han advertido de que Facebook debería estar haciendo más para evitar el discurso de odio y que debería centrarse tanto en los derechos humanos mundiales como en sus negocios, recoge New York Times. «Facebook se apresura a quitar las cruces gamadas, pero no entienden que el discurso de Wirathu en el que dice que los musulmanes son perros también es un discurso de odio», dijo al periódico americano Phil Robertson, subdirector de la división de Asia de Human Rights Watch.
La desinformación agrava la violencia contra los rohingya
En Birmania, Facebook es tan dominante que para muchas personas es sinónimo de Internet, por lo que está mucho en juego. Debido a la alta desinformación y al lenguaje explícitamente hostil se están ampliando divisiones étnicas que llevan décadas en Birmania y se está intensificando la violencia contra el grupo étnico rohingya.
No es la primera vez que Facebook —y otras plataformas sociales— son cuestionadas sobre su responsabilidad como editores de información. En Reino Unido, las investigaciones han comenzado a mostrar la información errónea que circulaba por las redes sociales sobre el Brexit. En Estados Unidos, los legisladores están estudiando cómo trató Rusia de influir en las elecciones presidenciales de 2016 a través de las redes sociales.
Facebook no controla los miles de millones de publicaciones que hay en su página cada día en todo el mundo, sino que confía en un conjunto confuso de «estándares comunitarios» y en informes de amenazas directas que luego se evalúan manualmente. Después de la polémica por las elecciones de 2016 en Estados Unidos, Facebook presentó un conjunto de pautas para ayudar a los usuarios a identificar noticias falsas y desinformación. Pero la compañía no elimina regularmente la desinformación.
Facebook no tiene oficina en Birmania, pero ha comenzado a trabajar con socios locales para presentar una copia en birmano de los estándares de su plataforma. La portavoz Clare Wareing ha señalado que la compañía «continuará refinando» sus prácticas, según recoge New York Times.
Cuentas con fake news verificadas
Ashin Wirathu tiene cientos de miles de seguidores en cuentas de Facebook en birmano e inglés. Sus publicaciones incluyen fotos gráficas y videos de cuerpos en descomposición que el monje dice que son víctimas budistas de ataques rohingya. También escribe mensajes en los que identifica de forma errónea a los rohingyas como extranjeros «bengalíes». Birmania niega la nacionalidad a esta minoría étnica pese a que llevan múltiples generaciones viviendo en el país, les considera apátridas.
La reacción de Facebook ante estas fake news y el discurso del odio ha sido eliminar algunas de sus publicaciones y restringir su página, pero actualmente sigue activa. Las publicaciones de cuentas gubernamentales y militares verificadas de Facebook también transmiten información errónea.