China critica que en EE.UU. se habla de «disturbios violentos» a manos de «extremistas» mientras que a los manifestantes de Hong Kong se les trata de «héroes por la democracia»
China reaccionó hoy con estupefacción a los disturbios que se produjeron en el Capitolio estadounidense, asaltado por seguidores del presidente Donald Trump y con acusaciones de doble moral al compararlos con otras protestas como las vividas el año pasado en Hong Kong.
La prensa oficial recogió hoy cómo algunos ciudadanos chinos reaccionaban con sorna a la noticia en las redes sociales y resaltaban que en EE. UU. se habla de «disturbios violentos» a manos de «extremistas» mientras que a los manifestantes de Hong Kong se les trata de «héroes por la democracia».
En el centro de las críticas de medios como Global Times estaba la demócrata Nancy Pelosi, quien definió lo sucedido en el Capitolio como un «vergonzoso ataque» contra la democracia y quien anteriormente había alabado a los manifestantes en Hong Kong como «luchadores por la libertad».
Today’s shameful assault on our democracy — anointed at the highest level of government — must not deter us from our responsibility to the Constitution. Tonight, we will move forward with the certification of President-elect Joe Biden’s election.
— Nancy Pelosi (@SpeakerPelosi) January 7, 2021
Honored to join Wang Dan and Tiananmen Veterans, freedom fighters who participated in the Tiananmen Square protests 30 years ago. Your courage continues to inspire all who are committed to seeing a more just and equal future for the people of China and all humanity. #Tiananmen30 pic.twitter.com/FzkVl1vWis
— Nancy Pelosi (@SpeakerPelosi) June 5, 2019
Este rotativo también comparaba mediante vídeos publicados en su cuenta de la red social Twitter (censurado en China) la respuesta policial a los disturbios de hoy con la que recibieron en 2020 también ante el Capitolio los manifestantes del movimiento antirracista «Black Lives Matter».
El diario también tuiteó una ilustración de un mapa roto de EE. UU. bajo el epígrafe «Los estados desunidos de la América de Trump».
Y un tercer tuit se preguntaba si Estados Unidos puede realmente llevar todavía «el peso de la democracia».
Asimismo, la portavoz del Ministerio de Exteriores Hua Chunying afirmó hoy que «China espera que los estadounidenses puedan disfrutar de paz, estabilidad y seguridad tan pronto como sea posible» pero instó igualmente a «reflexionar por qué hay gente y medios en Estados Unidos que ofrecen una narrativa tan diferente cuando se trata de protestas en ese país o en Hong Kong«.
El profesor Joseph Cheng, profesor de Ciencia Política de la Universidad de Hong Kong, indicó que ambos casos no son comparables: «La diferencia radica en que en Estados Unidos ya existe un sistema verdaderamente democrático y en Hong Kong, no».
«Las elecciones que se han celebrado hasta la fecha en Hong Kong distan mucho de ser democráticas, no así las de Estados Unidos. Los estadounidenses, por lo general, tienen plena confianza en sus instituciones, mientras que los hongkoneses creen que el Gobierno de Carrie Lam -la jefa del Ejecutivo local- antepone los intereses de las autoridades chinas a los del pueblo de Hong Kong», afirma.
Críticas a la «injerencia» estadounidense
Por otra parte, la portavoz china agregó hoy que Estados Unidos «pagará un alto precio por sus fechorías» en respuesta a las declaraciones del secretario de Estado estadounidense, Mike Pompeo, quien amenazó con nuevas sanciones por la detención ayer de 53 políticos opositores y activistas en Hong Kong.
Hua urgió hoy de nuevo a EE. UU. a que deje de interferir en «los asuntos internos de China» e indicó que el país asiático tomará «todas las medidas necesarias para salvaguardar su soberanía».
Según Pompeo, los detenidos solo son culpables de ejercer sus derechos democráticos y se mostró «consternado» por el arresto de un ciudadano estadounidense.
Los opositores fueron detenidos por organizar y participar en unas elecciones primarias no oficiales que, según las fuerzas de seguridad, violarían lo estipulado en la Ley de Seguridad Nacional que Pekín impuso a la excolonia británica el año pasado.
Desde la entrada en vigor de esa controvertida ley de seguridad se han sucedido numerosas redadas policiales y detenciones de activistas, ante lo que algunos de ellos han optado por exiliarse para tratar de evitar represalias por actividades que, bajo la nueva legislación, podrían ser constitutivas de delito.
