Arrancan las repatriaciones en Bielorrusia para los migrantes en la frontera con Polonia
Miles de personas, entre ellos niños, continúan a la espera de poder cruzar a la Unión Europea en un lugar donde ya han muerto 11 inmigrantes por el frío
Los migrantes atrapados en la frontera entre Bielorrusia y Polonia comienzan a ser repatriados a sus países de origen. Irak ha iniciado los viajes para los nacionales que de forma voluntaria quieran regresar a sus hogares para huir del frío, el hambre y una situación en la que cruzar al otro lado de la verja para entrar en la Unión Europea parece imposible. Las ONGs cifran en 11 las personas fallecidas durante la crisis.
Durante la noche, 431 personas llegaron en un vuelo de repatriación a Irak, en su mayoría a Erbil, en el Kurdistán iraquí. En el avión viajaban una gran cantidad de niños. Esta evacuación ocurre tras las primeras tomas de contacto entre Bielorrusia y los dirigentes europeos, en concreto dos llamadas entre Lukashenko y la canciller alemana Angela Merkel.
Ambos estados trataron la posibilidad de crear un corredor humanitario en la frontera como confirmó Natalia Eismont, portavoz de la Presidencia bielorrusa.: «Se le ha sugerido a la UE crear un corredor humanitario para 2.000 refugiados que se encuentran ahora mismo en un campo en la zona. Nosotros facilitaremos el regreso de los 5.000 migrantes restantes a sus lugares de origen». Desde Alemania y la unión han rechazado, por el momento, aceptar esta posibilidad y tildan de «chantaje» esta situación.
Comienza la apertura de centros de acogida
El Gobierno de Bielorrusia ha iniciado las labores de protección de muchas de las personas que han pasando varias noches con temperaturas bajo cero. «El 18 de noviembre, todos los refugiados del campo en la frontera bielorruso-polaca, cerca del paso de Bruzgi, fueron transferidos de forma voluntaria hacia un centro logístico», han indicado a través de Telegram los guardas fronterizos de Bielorrusia. Junto al mensaje, los guardas añadieron imágenes del campo aparentemente abandonado.
El martes, más de mil migrantes ya habían sido acogidos en este hangar ubicado cerca de la frontera, pero unos 800 habían optado por seguir acampados con temperaturas inferiores a cero grados, resguardados en tiendas o cerca de hogueras. Finalmente, estos decidieron trasladarse al centro logístico ante «unas condiciones meteorológicas que empeoran», indicaron los guardafronteras bielorrusos. Allí, han recibido comida y ropa caliente y productos de primera necesidad.
Una crisis en medio de un conflicto de intereses
Atrapados en un conflicto geopolítico entre Bielorrusia y la Unión Europea, estos migrantes, mayoritariamente procedentes de Irak, habían levantado un improvisado campo en una zona boscosa cerca del paso fronterizo de Bruzgi. Fue allí donde los guardas fronterizos polacos emplearon cañones de agua y gases lacrimógenos para dispersar a un numeroso grupo de personas que pretendían penetrar en su territorio, en la frontera oriental de la Unión Europea.
Los gobiernos europeos acusan al presidente bielorruso, Alexánder Lukashenko, de atraer a miles de migrantes (muchos de ellos, kurdos iraquíes) hasta la frontera en represalia por las sanciones impuestas contra la ex república soviética.
El presidente del Parlamento Europeo, David Sassoli, pidió que esta «inhumanidad» cese. «Resulta desgarrador ver que un niño muere en medio del frío y a las puertas de la Unión Europea», indicó en Twitter.
La guardia fronteriza polaca aseguró que unos 500 inmigrantes han tratado de entrar a su territorio y 200 de ellos lo han conseguido, aunque posteriormente han sido detenidos. El ministerio polaco de Defensa explicó en Twitter que las fuerzas bielorrusas habían provocado daños en la alambrada fronteriza y después «forzaron a los migrantes a tirar piedras contra los soldados polacos para desviar su atención».
A la espera de una solución, 800 personas continúan apostados en la frontera, entre ellos niños, listos para intentar llegar a la UE un día más.