Cinco claves para entender la escalada del conflicto en Ucrania
La posible invasión por parte de Rusia sobre Ucrania parece que se ve cada vez más cercana y real, tras la falta de acuerdo entre las potencias dominantes
El masivo despliegue de tropas rusas cerca de la frontera de Ucrania ha reavivado los tambores de guerra en esta antigua república soviética. Con el conflicto iniciado en 2014 todavía enquistado y la zona convertida ya en tablero de la geopolítica mundial, diversos gobiernos libran estos días un particular pulso dialéctico a golpe de amenazas.
Se calcula que hay más de 100.000 militares rusos en la frontera de Ucrania y altos cargos de Estados Unidos, la OTAN y la Unión Europea han advertido de la capacidad de Rusia para dar nuevos pasos en un corto periodo de tiempo. El presidente norteamericano, Joe Biden, es el que dirigente que ha ido más lejos y ha asegurado que Rusia «entrará» en Ucrania tarde o temprano.
El conflicto se remonta a 2014, caundo los rebeldes separatistas prorrusos se hicieron con el control de gran parte de la región del Donbás. El apoyo político y armamentístico a este conflicto estuvo acompañado también en 2014 por la anexión de la península de Crimea, en un movimiento cuya legitimidad no reconoce Occidente.
A continuación, se explican en orden cronológico las cinco claves fundamentales para entender la evolución del conflicto desde ese momento hasta la escalada actual.
Los fracasados Acuerdos de Minsk
Los Acuerdos de Minsk, suscritos inicialmente en septiembre de 2014 y ampliados en febrero de 2015, estaban llamados a poner fin al conflicto en el este de Ucrania, pero a día de hoy siguen sin haber surtido efecto y las partes firmantes se cruzan constantes reproches sobre supuestos incumplimientos. Más de 13.000 personas han muerto víctimas de la guerra, según datos de la ONU.
La anexión de Crimea, por su parte, ha terminado por convertirse en una política de hechos consumados, puesto que la península se mantiene dominada por Rusia a pesar de la campaña de presión internacional que encabezó Estados Unidos. El presidente ruso, Vladimir Putin, ha visitado en numerosas ocasiones esta península para dejar claro que ahora es él quien la controla.
Las razones de Moscú
Moscú justifica sus controvertidos movimientos precisamente en el acercamiento de Kiev hacia la órbita estadounidense, en particular la OTAN. Teme que sea la puerta de entrada al despliegue de armas en el país vecino y Putin ya ha deslizado en varias ocasiones mensajes que dejan claro que no se quedará de brazos cruzados si se cruzan ciertas líneas rojas.
La principal reivindicación rusa consiste en que la OTAN frene su expansión en el este de Europa, en un momento en que Zelenski ha reclamado a sus aliados que den a Ucrania el respaldo definitivo introduciendo un calendario claro hacia la integración. Stoltenberg ha dejado claro que la Alianza no está dispuesta a que nadie le dicte quién y cuándo puede unirse.
En realidad, el efecto en Occidente de las amenazas rusas está siendo el contrario, ya que en los últimos días varios gobiernos europeos se han comprometido a entregar nuevos equipos militares a Ucrania, dejando claro que están de su lado, no sólo en el ámbito político sino también en el de Defensa.
Biden cree que Putin no busca «una guerra a gran escala» en Europa y por ahora Washington y sus aliados se limitan a poner sobre la mesa una batería de adjetivos con las que describir las consecuencias que podría acarrear una hipotética invasión rusa: «devastadoras», «masivas» y «nunca vistas», entre otros términos utilizados en las últimas semanas.
Contactos sin éxito
Putin y Biden han mantenido dos conversaciones telefónicas en el último mes para tratar de rebajar la tensión, pero sin éxito. Las conversaciones de la semana pasada entre las dos administraciones, centradas en temas de seguridad, tampoco supusieron avance alguno y todos los ojos están puestos en lo que pueda pasar este viernes, cuando Blinken y su homólogo ruso, Sergei Lavrov, se vean las caras en la ciudad suiza de Ginebra.
El presidente de Ucrania también ha propuesto una cumbre internacional para resolver el conflicto, resucitando de nuevo el Cuarteto de Normandía, del que también forman parte Francia y Alemania. Zelenski ha planteado, además, una cumbre virtual con Biden y Putin, en un escenario en el que la Unión Europea parece quedar relegada a un papel secundario a pesar de la cercanía geográfica.
La postura de España
España como país miembro de la OTAN participará en maniobras en la zona con el fin de estar prevenidos ante una ofensiva rusa sobre Ucrania. Para ello, ya ha adelantado el envío de un Buque de Acción Marítima (BEM), denominado el «meteoro» como ya adelantó THE OBJECTIVE, desde Las Palmas al Mar Negro, al que se unirá la fragata «Blas de Lezo» el cual zarpará este viernes desde Ferrol con el mismo destino.
Además de estas fuerzas marítimas, España cuenta con un contingente aéreo en Letonia como parte de la misión permanente de la alianza atlántica, Baltic Air Policing (Policía Aérea Báltica), una operación que comenzó en 2004 tras el ingreso en la organización de Estonia, Letonia y Lituania.
Asimismo, la ministra de Defensa, Margarita Robles, ha informado de la posibilidad de un próximo despliegue aéreo en Bulgaria en el que España también podría tener participación. «La posición de España, como de la OTAN en su conjunto, es que la respuesta sea diplomática y haya una desescalada».
La amenaza rusa es uno de los grandes retos a los que se enfrenta el Ministerio de Defensa de España este año, tal y como ya te contamos en THE OBJECTIVE.
Rusia versus OTAN
Rusia es ya un viejo enemigo de la OTAN. Las relaciones con Rusia comenzaron después del final de la Guerra Fría, cuando Rusia se unió al Consejo de Cooperación del Atlántico Norte (1991) y al programa de la Asociación para la Paz (1994). Las dos partes asumieron el compromiso recíproco de trabajar juntas para construir un continente estable, seguro e indiviso sobre la base de la asociación y el interés común en 1997.
No es hasta principios de marzo de 2014 cuando las relaciones entre la OTAN y la Federación Rusa se deterioran significativamente, debido a la crisis en Ucrania y a la anexión rusa de Crimea, pidiendo la OTAN a Rusia que detenga sus acciones y afirmando públicamente su apoyo a la soberanía e integridad territorial de Ucrania. Así, el 1 de Abril de 2014, la OTAN emite un comunicado en el que anuncia que ha «decidido suspender toda la cooperación civil y militar entre la OTAN y Rusia».
Desde entonces, la tensión no ha hecho más que aumentar, sobre todo en los últimos meses a raíz de que Vladímir Putin haya decidido enviar tropas a la frontera con Ucrania