La participación a medio día en Francia cae al 26,41%, casi dos puntos por debajo de 2017
En la segunda vuelta de las elecciones presidenciales de hace cuatro años, la participación a esta hora se situó en el 28,23%
La participación provisional en la segunda vuelta de las elecciones francesas ha llegado este mediodía hasta el 26,41%, casi dos puntos por debajo de la segunda ronda de 2017, según el Ministerio del Interior.
No obstante, se trata de un incremento de 0,93 puntos porcentuales con respecto a la primera vuelta del 10 de abril, donde la tasa de participación era del 25,48% al mediodía.
En la segunda vuelta de las elecciones presidenciales de 2017, la participación a esta hora se situó en el 28,23%. El siguiente dato de participación será proporcionado a las 17.00, hora peninsular española.
Unas elecciones en clave europea
La segunda vuelta de las elecciones presidenciales francesas ha comenzado este domingo a las 08.00 en la Francia continental para enfrentar al actual presidente del país, Emmanuel Macron, con la candidata de ultraderecha y líder de Agrupación Nacional, Marine Le Pen. Casi 49 millones de franceses podrán depositar su papeleta hasta las 19.00 (una hora más tarde en las principales ciudades del país).
Según los últimos sondeos del viernes, el candidato de La República en Marcha (LREM), de 44 años, se impondría a su rival de Agrupación Nacional (RN), de 53 años, con una ventaja menor que en 2017, cuando se proclamó presidente con un 66,1% de votos.
Más allá de escoger entre dos modelos de sociedad, los electores tienen entre sus manos escoger qué lugar en el mundo quieren para esta potencia económica y nuclear hasta 2027, una decisión que podría implicar cambios de alianzas si gana Le Pen.
La heredera del Frente Nacional propone inscribir la «prioridad nacional» en la Constitución, para excluir a los extranjeros de las ayudas sociales, y aboga por abandonar el mando integrado de la OTAN y reducir las competencias de la UE.
El mandatario saliente aboga en cambio por más Europa, ya sea en materia económica, social o de defensa, y recuperar su impulso reformista y liberal, con su propuesta estrella de retrasar la edad de jubilación de 62 a 65 años, que en 2020 ya creó protestas masivas.