El líder de Sri Lanka dimite tras un fin de semana caliente y deja paso a un Gobierno de unidad
El país se encuentra sumido en su peor crisis económica desde 1948, derivada de la merma de divisas de reservas internacionales y del endeudamiento
Un hombre se zambulle en la piscina del palacio presidencial de Sri Lanka, este domingo. | Dinuka Linayawatte (Reuters)
Cambios políticos importantes en Sri Lanka. Dos días después de que los manifestantes tomaran el palacio presidencial entre violentas protestas contra el Gobierno, el máximo mandatario del país, Gotabaya Rajapaksa, ha confirmado a primera hora de este lunes al primer ministro, Ranil Wickremesinghe, que presentará su dimisión. Un movimiento esperado ya que era la única carta que le quedaba por jugar al presidente, después de que las masivas protestas por la falta de combustible y alimentos hayan paralizado por completo el país.
Ahora, según lo pactado por las fuerzas políticas ceilandesas, será el presidente del Parlamento el que asume la jefatura del Estado -conforme a la Constitución-, aunque solo desempeñará el cargo un periodo de 30 días durante los cuales las Cortes elegirán a un nuevo presidente, tal y como ha informado Colombo Page. Los partidos políticos con representación parlamentaria del país se han citado este lunes para un nuevo encuentro como el mantenido este domingo para negociar la formación de un gobierno de unidad nacional.
En concreto, la Comisión de Asuntos Parlamentarios se reunirá a las 14.00 horas (10.30 hora peninsular española) bajo la presidencia del presidente del Parlamento, Mahinda Yapa Abeywardena. Mientras, los partidos políticos han mantenido reuniones particulares para tratar la situación y desde la principal alianza opositora, Poder del Pueblo Unido (Samagi Jana Balawegaya o SJB), dan por hecho que su líder, Sajith Premadasa, será nombrado primer ministro.
Eso sí, incluso tras este anuncio, se sigue sin conocer el paradero del presidente, que no ha sido visto desde el viernes, cuando fue sacado de su casa y puesto bajo protección militar antes de que esta fuera asaltada por una multitud. En concreto, cientos de manifestantes entraron el sábado en la residencia oficial del presidente de Sri Lanka en Colombo, así como la residencia oficial de Temple Trees del primer ministro y el edificio de la Secretaría Presidencial.
Cientos de heridos desde el sábado
Al menos nueve personas han muerto y cientos de ellas han resultado heridas desde que en mayo comenzaran las protestas en Sri Lanka. Entre estas últimas se encuentran también figuras políticas, como un diputado que fue agredido el sábado y tuvo que ser trasladado al Hospital Nacional de Colombo, según informa la cadena CNN. Y es que miles de ciudadanos siguen concentrándose en la capital, buena parte llegadas desde otras zonas del país isleño, para marcar el tercer mes de protestas continuas para exigir la dimisión de Rajapaksa.
El país se encuentra sumido en una de las peores crisis económicas desde su independencia en 1948, derivada de la merma de divisas de reservas internacionales y de un gran endeudamiento. De hecho, Sri Lanka se enfrenta a una auténtica crisis humanitaria, según la ONU, al ser casi imposible importar alimentos, combustible y medicinas.
Ante esta situación, la población señala directamente Rajapaksa, que lleva siendo presidente desde noviembre de 2019, está acusado de corrupción, mala gestión económica y de llevar al país a la bancarrota, además de ser el centro de fuertes sospechas de nepotismo, ya que hasta cinco miembros de su familia han ocupado altos cargos políticos. Precisamente, los manifestantes han seguido ocupando las propiedades oficiales del presidente y el primer ministro, reclamándolas como propiedad pública y declarando que no se irán hasta que estén totalmente seguros de que ambos han renunciado.
