Las alfombras persas no levantan el vuelo
El país sufre sanciones por parte de Estados Unidos a causa de la política nuclear. Una de las industrias más afectadas es la de estos adornos tan reconocibles
Un vendedor de tapices espera a clientes en la Feria de Alfombras Tejidas a Mano de Teherán. | Jaime León (EFE)
Símbolo de Irán, las alfombras persas no levantan el vuelo con el derrumbe de sus exportaciones debido a las sanciones estadounidenses, la barata competencia de otros países y los cambios de gustos.
La industria del tejido a mano de alfombras en Irán, una tradición de 2.500 años, acumula décadas de una lenta pero inexorable crisis, acentuada en los últimos años por las sanciones económicas de Estados Unidos.
«Vendemos un 90 % menos que hace 30 años», cuenta a Efe Morteza Mostafa Gholizadeh, propietario de la compañía Gholizadeh, fundada hace 160 años por su tatarabuelo.
Mostafa explica que en el pasado los alemanes y estadounidenses eran sus mejores clientes, pero que las sanciones económicas han reducido a «cero» sus exportaciones.
Estados Unidos prohibió la importación de alfombras iraníes en 2010, una limitación que levantó en 2015 cuando se firmó el pacto nuclear que limitaba el programa atómico iraní.
Pero tres años después el entonces presidente estadounidense Donald Trump abandonó el acuerdo y reimpuso las sanciones, lo que volvió a limitar el comercio iraní con el exterior.
Además de las sanciones, Mostafa afirma que los europeos en general ya no están tan interesados como antes en las alfombras persas y «quieren pagar menos» por lo que prefieren tapices indios, paquistaníes o nepalíes, mucho más baratos. «Esos países nos han quitado el mercado», asegura Mostafa.
El fabricante de alfombras también cree que las generaciones más jóvenes no están interesadas en este producto, otrora un símbolo de distinción.
Una drástica caída de las ventas de alfombras
La industria de la alfombra tejida a mano alcanzó su apogeo en 1994 con exportaciones por valor de 2.000 millones de dólares, pero este año no superará los 50 millones de dólares.
«Son 15 millones menos que el año pasado», dijo recientemente Morteza Miri, miembro de la Asociación de Alfombras Tea Mano, informa el medio iraní Financial Tribune.
Eso supone un auténtico varapalo para una industria que da trabajo a dos millones de iraníes, según Ahad Azimzade, uno de los principales productores de esta preciada y reconocida artesanía.
El empresario señala al Gobierno iraní de parte de los problemas de la industria ya que los exportadores deben entregar sus divisas al Gobierno a un cambio que les hace perder dinero, lo que le ha llevado a paralizar las ventas al exterior.
El problema con las divisas es una consecuencia de las sanciones económicas estadounidenses. «La falta de apoyo gubernamental es una traición a una industria nacional que forma parte de la identidad del país», sostiene Azimzade.
Otra cuestión es la pérdida de capacidad adquisitiva de los iraníes debido a una renqueante economía golpeada con una inflación del 50 %. «Nuestro mercado es más interno y ha caído un 70 % en cuatro años», explica a Efe Hosein Golab, director de producción y diseño de la compañía Parse Carpets.
«Muchos iraníes ya no pueden permitirse estas alfombras de 30.000 dólares como antes», dice Golab en la Feria de Alfombras Tejidas a Mano de Teherán. En la enorme feria, 400 productores exhiben miles de tapices de todos los tamaños, colores y diseños, que cuestan desde unos pocos cientos de euros hasta millones.
Los expositores enseñan con orgullo sus diseños y explican que los tejedores dedican meses a realizar las alfombras, anudando pacientemente los hasta 10.000 nudos por por decímetro cuadrado de algunas de las piezas.
El acuerdo nuclear, Irán y las alfombras
Los productores se muestran en general pesimistas acerca del futuro de la industria, pero ven un atisbo de optimismo si se revive el pacto nuclear de 2015.
Tras 16 meses de negociaciones, la reactivación del acuerdo parece más cerca que nunca y con ello el levantamiento de las sanciones que limitan el comercio de Irán con el resto del mundo.
«Si se firma el acuerdo nuclear la situación económica de Irán va a mejorar mucho y a esta industria le irá muy bien», asegura Azimzade.
