Los iraníes se rebelan contra los abusos de poder en unas protestas cada vez más violentas
En las manifestaciones se han coreado gritos como «Justicia, libertad y no al hiyab obligatorio», «Mujeres, vida, libertad» o «Muerte al dictador»
Irán ha vivido en las últimas jornadas grandes protestas que han provocado la muerte de 31 personas -según la ONG Human Right Watch- debido a la dureza con la que estas se están desarrollando en todo el país. La muerte la semana pasada de la joven Mahsa Amini por parte de la Policía de la Moral, por llevar mal colocado el velo, ha desatado una ola de indignación que ha pillado por sorpresa a la teocracia iraní, ya que además surge de un tema incómodo para ellos como es el feminismo.
La muerte de la joven de 22 años ha revuelto al país, que ha reflejado su rabia en unas violentas manifestaciones que han tenido lugar en todo el país, donde además el enfado va apuntando cada vez más hacía los líderes del país, como se puede comprobar en los vídeos que los propios iraníes cuelgan en redes sociales. En ellos muestran cómo se han llegado a quemar carteles de Ali Jamenei -máxima autoridad religiosa de Irán-, el Ayatolá Jomeini -líder de la revolución islámica de 1979- y de hasta Qassem Suleimani -el comandante de la Guardia Revolucionaria abatido por Estados Unidos, figura casi reverendada en el país persa-.
Por ello, las autoridades están respondiendo con contundencia contra aquellos que se atreven a desafiarlos, deteniendo a más de 500 ciudadanos y provocando la muerte de 31 personas, 17 según la Policía. Además, al menos cuatro policías han perdido la vida en las protestas, algunos apuñalados, lo que muestra el peligroso escenario en el que se puede adentrar el país a cuyas autoridades no les importa aplicar mano dura como demostraron las protestas de 2019 en las que más de 300 iraníes perdieron la vida.
En las protestas se han coreado gritos como «Justicia, libertad y no al hiyab obligatorio», «Mujeres, vida, libertad» o «Muerte al dictador», los manifestantes han mostrado su indignación en al menos 20 ciudades del país, en unas movilizaciones en las que la violencia se ha intensificado con las fuerzas de seguridad recurriendo al material antidisturbios.
Las mujeres están siendo las grandes protagonistas de la ‘revuelta’ popular al salir en masa a la calle para defender sus derechos y denunciar los abusos de poder que sufren por parte de las autoridades que les obligan a vestir el velo en espacios públicos. Por ello en las marchas ha sido revelador observar como las iraníes se desprendían de la prenda como gesto de repulsa a la norma.
Las manifestaciones, que se han dado en decenas de poblaciones, han tenido especial repercusión en el Kurdistán iraní, lugar de procedencia de la joven y zona proclive a ser insurrecta con los gobernantes del país, debido a su percepción como nación que además reclama el derecho a la autodeterminación.
En la última noche, los manifestantes quemaron al menos dos comisarías y varios vehículos. Numerosos vídeos compartidos en Twitter por activistas y periodistas mostraron protestas en numerosas ciudades anoche, pero su autenticidad no está verificada. En la ciudad de Rasht, en el noroeste, incluso una mujer anciana marchó sin velo mientras gritaba «Muerte al dictador», según aparecía en un vídeo colgado en redes sociales.
Cortes en internet y prohibición de Whatsapp
Este miércoles los gobernantes iraníes volvieron hacer uso de una ‘herramienta’ que ejercen cada vez que sienten que el país se les puede ir de las manos: los cortes de internet. El Gobierno bloqueó anoche internet a través del móvil y limitó aplicaciones como Whatsapp e Instagram en un aparente intento por controlar las protestas.
El estado de las comunicaciones han mejorado por la mañana, pero en esta tarde de jueves han comenzado a fallar de nuevo. Las redes sociales, en especial Twitter, están jugando un papel importante, con los manifestantes publicando cientos de vídeos en ellas.
Ante esta situación, la todopoderosa Guardia Revolucionaria de Irán ha calificado las protestas «sedición» y pidió al Poder Judicial que juzgue a los que «diseminan rumores y mentiras» en las redes sociales y en las calles.
Una petición a la que se sumó el diario ultraconservador Kayhan, cuyo director es elegido por el líder supremo de Irán, Ali Jameneí, que criticó al Poder Judicial por aparentemente no condenar a nadie por las protestas.
A pesar de estas nuevas movilizaciones, los gobernantes de la teocracia islámica continúan recurriendo a las mismo argumentario para defender que el pueblo iraní todavía les apoya, aduciendo que se trata de «el enemigo extranjero».
Mientras tanto, el presidente de Irán, Ebrahim Raisí, regresará este viernes a Teherán desde Nueva York, donde dio un discurso ante la Asamblea General de la ONU, en una jornada en la que las autoridades planean marchas de apoyo al régimen.