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Rusia evacúa a marchas forzadas a civiles de Jersón ante la contraofensiva ucraniana

Vladimir Putin ha asegurado desde la plaza Roja de Moscú que los civiles debían «ser alejados» de las zonas «peligrosas» de combate

Rusia evacúa a marchas forzadas a civiles de Jersón ante la contraofensiva ucraniana

Edificio destruido por las bombas en Jersón. | Bulent Kilic (AFP)

Rusia está en serios problemas en el sur ucraniano. Las autoridades de Moscú están evacuando diariamente «a más de 5.000 civiles» de Jersón ante el avance de la contraofensiva ucraniana en esa región del sur, conquistada por Moscú al inicio de su operación militar. El ejército ruso ha asegurado este viernes que «más de 5.000 civiles» eran llevados «diariamente» hacia la margen izquierda del río Dniéper, difundiendo incluso imágenes de soldados organizando la salida de filas de automóviles. 

Las autoridades impuestas por Moscú en Jersón, una de las cuatro regiones que Rusia se anexionó a fines de septiembre, instan desde octubre a los civiles a abandonar la zona para convertirla en una «fortaleza» militar ante el avance ucraniano. Las fuerzas rusas tomaron Jersón en las primeras semanas de su operación militar en Ucrania, iniciada a fines de febrero, pero las tropas de Kiev buscan ahora reconquistarla con su contraofensiva, lanzada en septiembre. 

El número dos de las autoridades de ocupación, Kirill Stremosov, ha anunciado en un primer momento un «toque de queda de 24 horas al día» para defender la ciudad, antes de dar marcha atrás rápidamente. Stremusov ha asegurado por otro lado que las fuerzas ucranianas podrían estar preparando «provocaciones» y «acciones terroristas» contra la localidad.

Por su parte, el presidente ruso, Vladimir Putin, ha asegurado desde la plaza Roja de Moscú que los civiles debían «ser alejados» de las zonas «peligrosas» de combate. La semana pasada, las fuerzas de ocupación indicaron que 70.000 civiles habían abandonado ya sus hogares en la zona de Jersón. Para Kiev, esas evacuaciones se asemejan a «deportaciones». 

Una «situación peligrosa»

En la arena internacional, el jefe del gobierno alemán, Olaf Scholz, ha pedido en Pekín al presidente chino, Xi Jinping, que usara «su influencia» sobre Rusia para poner fin a la ofensiva. «La guerra rusa en Ucrania es una situación peligrosa para el mundo entero», dijo Scholz en la primera visita de un dirigente del grupo G7 de las potencias con economías más avanzadas al gigante asiático desde el inicio de la pandemia.

El canciller alemán también ha instado a Putin a prolongar el acuerdo entre Kiev y Moscú que permitió reanudar las exportaciones de granos bloqueados en los puertos ucranianos. «El hambre no debe convertirse en otra arma», ha declarado. Así lo han hecho también los países del G7 (Estados Unidos, Alemania, Francia, Reino Unido, Italia, Canadá y Japón) reunidos en la ciudad alemana de Münster. 

Rusia regresó al acuerdo el miércoles, tras haber suspendido su participación durante cuatro días por un ataque con drones contra su flota en el mar Negro.

El G7 también ha acordado crear un «mecanismo de coordinación» para ayudar a Ucrania a reparar y defender sus infraestructuras críticas de electricidad y agua. Los últimos bombardeos rusos dañaron una gran parte de estas instalaciones y según el presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, más de 4,5 millones de personas se vieron privadas de electricidad el jueves debido a estos ataques. El secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, denunció que Rusia trata de doblegar a los ucranianos «congelándolos» ante la proximidad del invierno boreal.

Casi 50.000 nuevos reclutas

En Moscú, Putin ha encabezado una corta ceremonia en la plaza Roja para celebrar el Día de la Unidad Nacional. El líder ruso ha asegurado que 318.000 reclutas se habían inscrito desde que en septiembre ordenara una movilización parcial -ya completada- para hacer frente a la contraofensiva ucraniana. 

La cifra supera el objetivo de 300.000 porque «siguen llegando voluntarios», aseguró. De este número, 49.000 ya participan en los combates. El reclutamiento de Putin provocó una ola de éxodo del país. El expresidente ruso Dmitry Medvedev los calificó el viernes de «traidores cobardes y desertores codiciosos».

Putin también ha apuntado que quería restaurar los monumentos históricos en los territorios ocupados de la exrepública soviética para que aquellos «que han vivido bajo una propaganda loca e idiota durante 30 años» conozcan el origen de «sus antepasados». La ofensiva rusa ha dejado a millones de desplazados en Ucrania y miles de muertos en ambos bandos. 

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