La visita de un ministro israelí a la Explanada de las Mezquitas amenaza la paz en Oriente Medio
La primera visita de un miembro del gabinete a la zona ha soliviantado a los países árabes y a Hamas, que advierte que «habrá consecuencias»
La amenaza de una tercera intifada -levantamiento en árabe- se cierne de nuevo sobre Israel. La provocadora visita del ministro de Seguridad Nacional, Itamar Ben Gvir, perteneciente al gobierno de Benjamin Netanyahu; a la Explanada de las Mezquitas en la Ciudad Vieja de Jerusalén ha soliviantado enormemente a los palestinos y a los países árabes que han condenado el paseo del político israelí, además de desencadenar la convocatoria por parte de Jordania -potencia administradora de la zona- del embajador hebreo en el país.
La Explanada de las Mezquitas -Monte del Templo para los judíos- es el tercer lugar más sagrado del mundo para los musulmanes. La zona se encuentra en la parte palestina de Jerusalén y aunque sobre el papel la potencia administradora de la zona es Jordania, Israel controla de facto ese territorio. En el lugar, donde se encuentra la Cúpula de la Roca y la Mezquita Al-Aqsa, los musulmanes son los únicos ciudadanos que pueden rezar allí y acceder sin restricciones, el resto de personas de distintas confesiones cuentan con un horario de acceso restringido y no pueden orar en la zona.
Esta ha sido la primera vez que un miembro del Gobierno de Israel da el osado paso de visitar la zona, todo ello sabiendo lo que aconteció en el año 2000, cuando el líder de la oposición -y posterior primer ministro- Ariel Sharon acudió al recinto, lo que provocó el desencadenamiento de la segunda intifada, conflicto entre palestinos e israelíes que dejó más de 4.000 muertos.
Por ello, y a pesar de que Netanyahu ha tratado de rebajar levemente las tensiones afirmando que el status quo de la zona santa no cambiará, los líderes de Hamas ya han avisado: «Nuestro pueblo palestino seguirá defendiendo sus lugares sagrados y la Mezquita de Al Aqsa. Habrá consecuencias».
Itamar Ben Gvir, el ministro más radical de Netanyahu
Después de una breve etapa de dos años en la que Benjamin Netanyahu -conocido en Israel con el apodo de Bibi– fue desalojado del poder por una gran coalición de partidos unidos por su rechazo al todopoderoso primer ministro, el líder del actual ejecutivo ha logrado su deseado retorno a la presidencia del Gobierno del país hebreo, acompañado de un grupo de partidos que sustentan posturas radicales tanto nacionalistas como religiosas que amenazan con romper la paz en Oriente Medio.
El Gobierno de Bibi está conformado por seis partidos distintos. El mayoritario es al que pertenece el propio Netanyahu, Likud, un partido conservador hegemónico en la derecha israelí. Los otros cinco partidos cuentan con un corte radical tanto de carácter nacionalista como religioso. Itamar Ben Gvir pertenece a uno de esos partidos, Otsmá Yehudit -Poder Judío-, considerado de extrema derecha por sus posturas racistas y excluyentes con los árabes-israelíes, así como por sus posturas extremas a la hora de abordar el conflicto con los palestinos.
Ben Gvir ha participado en diversas polémicas que le han catapultado a la fama internacional por su participación en incidentes racistas que le han válido oleadas de denuncias penales. La última ocasión en la que se vio envuelto en uno de estos incidentes fue cuando dos agentes de seguridad de origen árabes le demandaron que moviese su coche de una zona en la que estaba prohibido aparcar, a lo que el ministro respondió desenfundando su arma y apuntándoles a pesar de que éstos se encontraban desarmados.
A pesar de la gravedad de la situación, éste no ha sido su comportamiento más escandaloso. Corría el año 1995 cuando Israel y Palestina habían logrado cerrar el Acuerdo de Oslo el primer pacto que acariciaba el éxito para un primer paso para lograr la paz entre ambas naciones. A la cabeza de los estados se encontraban Yassir Arafat e Isaac Rabin los cuales, de la mano de Bill Clinton, habían logrado firmar un gran acuerdo que les acercaba a la paz.
La derecha y extrema derecha israelí se encontraban enormemente soliviantada por las concesiones que en dicho acuerdo se realizaban a los palestinos, lo que había provocado manifestaciones llenas de ira donde se pedía directamente la muerte de Rabin. El propio Itamar Ben Gvir alentó y azuzó esas manifestaciones, hasta el punto de amenazar directamente al ex primer ministro robándole parte de sus pertenencias de su coche oficial y lanzándole la siguiente advertencia: «Hemos llegado hasta tu coche y llegaremos hasta ti». Dos semanas después Isaac Rabin fue asesinado durante un mitin a manos de un joven de extrema derecha.
Este martes, el ministro de Seguridad Nacional ha podido cruzar una línea que vuelva a traer a las portadas los graves conflictos del pasado entre las fuerzas de seguridad israelíes y los comandos de Hamás que, como dijo el propio Isaac Rabin rechazándolo y pidiendo su final durante la primera firma de los Acuerdos de Oslo en 1993, traigan de nuevo sangre y lágrimas.