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Vox, atrapado entre Polonia y Hungría: se pone de perfil ante el envío de tanques a Ucrania

Distintos analistas políticos explican por qué el partido que preside Santiago Abascal no se ha posicionado sobre el envío de Leopard a Volodímir Zelenski

Vox, atrapado entre Polonia y Hungría: se pone de perfil ante el envío de tanques a Ucrania

El primer ministro polaco, Mateusz Morawiecki, el presidente de Vox, Santiago Abascal, y el dirigente húngaro Viktor Orbán.

Es raro que Vox, que blasona en muchas ocasiones de valentía, no se posicione políticamente sobre un asunto. Pero lo está haciendo al ponerse de perfil en el envío de tanques Leopard a Ucrania. El partido que preside Santiago Abascal ha respaldado la soberanía ucraniana desde el inicio del conflicto, pero ha ido adoptando un perfil cada vez más bajo y ahora ni siquiera se ha posicionado sobre el suministro de carros de combate por parte de Pedro Sánchez a Volodímir Zelenski.

Quizá ni tenga que hacerlo -el posicionarse-, por cuanto el Gobierno de España no prevé que el asunto pase por el Congreso de los Diputados, tal y como piden sus socios de Unidas Podemos, que se han opuesto al envío de medio centenar de 2A4 desactivados desde hace una década y almacenados en la Agrupación de Apoyo Logístico número 41 de Casetas, en Zaragoza. La líder de Sumar, Yolanda Díaz, también ha pedido «apostar por la diplomacia». Partido Popular y PNV apoyan a Sánchez en esto.

«Vox siempre ha mantenido una posición ambigua y de perfil bajo en todo lo relativo a Rusia», comenta Miguel Ángel Benedicto, doctor en Relaciones Internacionales por la Universidad Complutense, que abunda en su análisis: «Al principio, criticó la invasión de Ucrania, pero poco después votó en el Ayuntamiento de Madrid en contra de retirar la Llave de Oro de la ciudad a Vladímir Putin. Quizá en este tipo de asuntos prefieren un perfil bajo porque le podría restar votos: oponerse a Putin acercaría a Vox a una UE cada vez más unida y federal, y sus dirigentes no creen en esa Europa».

Un análisis que comparte el analista político Guillermo Rocafort, que considera que «hay una parte sustancial de la base electoral de Vox que es prorrusa, que comparte los valores del régimen de Putin: familia, patria, ejército, tradiciones y espiritualidad, mientras que Zelenski representa todo lo contrario. A la larga, una posición antirrusa podría generar un estado de shock en una parte sustancial de su electorado».

Más allá de cálculos electorales, los dirigentes de Vox también son rehenes de sus alianzas internacionales. Y es que tanto Viktor Orbán, presidente de Hungría, como Mateusz Morawiecki, primer ministro de Polonia, son dos de los principales amigos políticos de Santiago Abascal. El primero ha defendido «permanecer fuera de la guerra» y apostar por «la paz», por cuanto el conflicto debe permanecer «localizado» y «no se debe internacionalizar». El segundo ha sido uno de los dirigentes más generosos en el envío de armamento a Volodímir Zelenski.

El líder de Vox, Santiago Abascal, recibe al primer ministro de Hungría, Viktor Orbán, en el marco de la cumbre de»patriotas europeos» celebrada en enero de 2022.

«Los grandes aliados de Vox en Europa son la Hungría de Orbán y la Agrupación Nacional de [Marine] Le Pen, que fue financiada por bancos rusos», recuerda Miguel Ángel Benedicto, que percibe un «distanciamiento» de Vox con Ley y Justicia, el partido que gobierna en Polonia, que es «el país más anti Putin y pro OTAN»: «Abascal busca un perfil bajo, una ambigüedad. Antes de la guerra, reivindicaba a Putin, tanto por sus valores morales como por su ideología nacionalista, pero después del inicio del conflicto esto saltó por los aires. En España es difícil apoyar a Rusia».

Rocafort también considera que «Vox no tiene una política internacional propia y soberanista» como sí la tiene la derecha en Francia, Hungría o Italia», y que «la derecha patriótica europea, no liberal, es mucho más crítica con la OTAN y con la Unión Europea, y tiene relaciones comerciales con Rusia». «En un primer momento hubo un gran estupor y hasta Marine Le Pen criticó la invasión, pero luego ya las posiciones se han ido matizando porque se han dado cuenta de que Estados Unidos está sacando rentabilidad de la situación y Europa se está hundiendo económicamente», zanja el historiador.

Pese a las distintas posturas de Vox, el PiS y Fidesz al respecto, el periodista Javier Villamor, experto en política internacional, señala que «el chantaje económico que Bruselas mantiene sobre Polonia y Hungría los mantiene unidos»: «La UE se ha dedicado a perseguir a estos dos países por motivos ideológicos, y Vox ha estado en su defensa. Hay grupo de Visegrado para rato, pese a que es cierto que Polonia se ha posicionado como el aliado fundamental de Estados Unidos en la guerra y en Europa por su beligerancia contra Rusia».

Los europeos piden paz

La ciudadanía europea en general y la española en particular apoya una salida diplomática al conflicto. Una reciente encuesta realiza por Euroskopia en nueve países de la UE apunta a que el 48% de los europeos defiende un final rápido de la guerra, aunque suponga una cesión de Ucrania a Rusia de parte de su territorio. Sólo un 32% rechaza la partición del territorio ucraniano.

Austria y Alemania, con alrededor del 60% de los encuestados a favor, son los países donde se apoya con mayor decisión esa opción de poner fin al conflicto a costa de Ucrania. En España la división es mayor y en torno al 50% de los ciudadanos defienden tal posibilidad. Pero mientras los ciudadanos dicen que ya basta de muertes y gastos militares, sus gobiernos europeos miran en otra dirección.

«La guerra ha demostrado que la UE no es un ente homogéneo, y que, cuando vienen mal dadas, los intereses privados de cada Estado se perciben aún más claramente», explica Villamor, que defiende que «se puede formar parte de la OTAN manteniendo un perfil bajo» porque «una cosa es estar en guerra y otra es azuzar la guerra». También considera que de España «presume de ser uno de los países que más material envía, pero este material no es bueno»: «Nos estamos quitando la morralla» .

España tiene 347 Leopard

España cuenta con un total de 347 carros de combate Leopard, incluido los aproximadamente 50 que están almacenados en Zaragoza desde hace más de una década. Este carro de combate llegó a las Fuerzas Armadas por primera vez en el año 1995, cuando se alquiló un total de 108 unidades a Alemania para su uso en las bases españolas. Se trataba de la versión Leopard 2A4 y los 108 vehículos fueron comprados definitivamente a Alemania en el año 2005 por un total de 16,2 millones de euros.

Tras años de uso, la mitad de esos carros de combate, más de medio centenar, fueron almacenados en un almacén en Zaragoza a partir del año 2012. En concreto, fueron alojados en el Centro Logístico de Casetas de la Agrupación de Apoyo Logístico nº 41 del Ejército de Tierra. La idea inicial era su transformación en vehículos especiales de zapadores y en vehículos lanzapuentes, lo que finalmente nunca se materializó y tras una década de almacenamiento su estado se ha deteriorado.

Estos son los blindados de los que la ministra de Defensa, Margarita Robles, dijo que estaban en un estado «lamentable». Pero se enviarán con la venia del principal partido de la oposición y el silencio de Vox, que se ha puesto de perfil ante este asunto.

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