La reforma de pensiones de Macron entrará en vigor tras el verano con aval del Constitucional
La oposición y sindicatos critican las prisas del presidente francés y anuncian más movilizaciones
La reforma de las pensiones es uno de los proyectos legislativos estrella del presidente, Emmanuel Macron, que siempre ha descartado tocar los aspectos más polémicos del texto alegando que es una ley «necesaria» que acerca a Francia al marco regulador de otros países europeos.
El portavoz del Gobierno francés, Olivier Véran, ha informado este sábado de que la reforma que eleva dos años la edad de jubilación entrará en vigor el próximo 1 de septiembre.
«Es la fecha de septiembre que se eligió», ha apuntado Véran en declaraciones a la cadena TF1. Además ha subrayado que la edad de jubilación subirá «poco a poco» desde los 62 años actuales hasta los 64. «Al final del mandato de cinco años estará en los 63 años. Habrá que esperar hasta el próximo quinquenio presidencial para que se eleve a los 64 años», ha destacado el portavoz.
Al ser interrogado por el motivo de que la ley se haya promulgado en plena noche del viernes al sábado, Véran ha apuntado que el Gobierno «necesita avanzar de manera pacífica con los franceses y los interlocutores sociales». «No es contradictorio haber promulgado esta ley», ha subrayado.
Véran ha reconocido que «las últimas semanas han sido difíciles para muchos franceses», por lo que se ha dicho «convencido de que hay una voluntad, una necesidad de apaciguamiento en el país». En ese sentido, ha asegurado que el presidente, Emmanuel Macron, «se acercará de inmediato» a los sindicatos para dialogar.
El ministro delegado de Cuentas Públicas del Gobierno francés, Gabriel Attal, ha pedido por su parte «pasar a otra cosa», mientras la portavoz parlamentaria del partido Renacimiento de Macron, Aurore Bergé, ha defendido la rápida promulgación de la norma. «Es algo clásico. El presidente de la República nunca tarda mucho en promulgar. No hay polémica», ha subrayado.
Ataques entre partidos
Mientras, el secretario general del partido Renacimiento, Stéphane Séjourné, ha subrayado que la reforma de las pensiones es «impopular, pero necesaria» y ha cargado contra la oposición por sus críticas lideradas por el líder de izquierda Jean-Luc Mélenchon y la ultraderechista Marine Le Pen.
«Este bloque central, progresista y humanista que hemos logrado construir ha impedido en dos ocasiones que el odio triunfase», ha declarado Séjourné durante un acto con cargos electos del partido, según recoge la televisión BFMTV.
Así, ha criticado los «engaños» de un «clan» en el que «ni siquiera eligen a sus representantes» y que «quiere ganar con la violencia lo que se ha perdido en las urnas», en referencia a La Francia Insumisa.
Sin embargo, «el peligro electoral es la ultraderecha y yo tampoco quiero vivir en la Francia de Marine Le Pen». «Una Francia fuera de Europa y del euro, donde los franceses habrían servido de conejillos de indias para la vacuna Sputnik. Una Francia donde se hubiera suprimido el matrimonio para todos. ¡Una Francia donde los antiabortistas habrían llegado a cargos de responsabilidad! ¡No, no quiero vivir en un país donde el odio se transmite de padre a hijo y de abuelo a nieto!», ha argumentado.
Los sindicatos son principales convocantes de las movilizaciones de las últimas semanas contra la reforma de las pensiones y han advertido de que no se sentarán a negociar a menos que se retire la iniciativa, ahora convertida en ley tras su publicación en el Diario Oficial de la República Francesa, el boletín oficial del Estado francés.
Críticas de la oposición
El excandidato presidencial Jean-Luc Mélenchon, de La Francia Insumisa (LFI), lamentó el pasado viernes el dictamen del Consejo, al que consideró «más preocupado por las necesidades de la monarquía presidencial que por las del pueblo soberano». «La lucha continúa», proclamó.
Por su parte, la ultraderechista Marine Le Pen adviritó de que, aunque se haya podido dar carpetazo a la «secuencia institucional», consideró que «la suerte política» de la reforma aún no está cerrada, ya que «el pueblo tiene la última palabra». A él «le corresponde preparar la alternancia» que podrá revisar «esta reforma inútil e injusta».
Macron aún no había promulgado la ley, ya que desde un primer momento prometió que esperaría a la decisión del Consejo Constitucional, que se ha cumplido este sábado y, como ya habían apuntado desde el Elíseo, una vez conseguido el visto bueno en el terreno judicial, estamparía su firma «en los próximos días», según fuentes citadas por la cadena BFMTV.