Los combates se intensifican en Sudán mientras el ejército anuncia otra tregua
Los combates, que se iniciaron el 15 de abril, han causado más de 500 muertos, principalmente en Jartum y en Darfur
Los encarnizados combates siguen en Sudán, afectado por una «catástrofe»humanitaria, pero el vecino Sudán del Sur ha asegurado este martes que logró un «principio de acuerdo» de los dos generales en guerra para otra tregua de una semana, que sin embargo muchos diplomáticos y habitantes dudan que se vaya a respetar. «Se escuchan tiroteos, aviones militares y disparos antiaéreos», informa a AFP un habitante de Jartum, cuando una anterior tregua, oficialmente en vigor pero violada desde el inicio, termina el miércoles a medianoche.
Los dirigentes del ejército y las fuerzas paramilitares en guerra en Sudán acordaron una tregua de siete días del 4 al 11 de mayo, en entrevista telefónica con el presidente sursudanés Salva Kiir, anunció el martes el ministerio sursudanés de Relaciones Exteriores. «El general Abdel Fattah al-Burhan (…) y el general Mohamed Hamdane Daglo (…) convinieron en principio una tregua de siete días del 4 al 11 de mayo», anunció el ministerio en un comunicado. Ambos «dieron su acuerdo (…) al nombramiento de representantes para realizar negociaciones de paz que deben realizarse en el lugar que escojan», afirma el comunicado. Ninguna de las anteriores treguas fue respetada por los beligerantes.
Los combates, que se iniciaron el 15 de abril, han causado más de 500 muertos, principalmente en Jartum y en Darfur (oeste), y miles de heridos, según un balance ampliamente subevaluado. El conflicto hundió al país, uno de los más pobres en el mundo, en una «verdadera catástrofe», según la ONU. Más de 330.000 personas resultaron desplazadas y otras 100.000 se fueron hacia países vecinos, según la ONU, que calcula habrá una cantidad ocho veces mayor de refugiados.
Los que se quedan sufren carencia de agua, electricidad y alimentos en Jartum, una de las ciudades más cálidas del mundo. Sudán está sumido en un conflicto desde el 15 de abril cuando estalló una guerra por el poder entre jefe del ejército, el general Abdel Fatah al Burhan, y los paramilitares Fuerzas de Apoyo Rápido (FAR), liderados por el general Mohamed Hamdan Daglo.
Un alto funcionario de la ONU en Sudán, Abdou Dieng, advirtió el lunes de que la situación se encamina a una «catástrofe en toda regla». El presidente de Kenia, William Ruto, dijo que el conflicto alcanzó «niveles catastróficos» y que los generales enfrentados se niegan a «hacer caso a los llamados de la Autoridad Intergubernamental sobre el Desarrollo (IGAD), la Unión Africana y la comunidad internacional para un cese el fuego». En una reunión virtual con altos funcionarios de la ONU, Ruto afirmó que es imperativo encontrar formas de enviar ayuda humanitaria «con o sin un cese el fuego».
Burhan y Daglo, que ahora son rivales, se aliaron en un golpe de Estado en 2021 para marginar a los civiles del gobierno tras el derrocamiento del dictador Omar al Bashir, lo que segó la transición en el país. Ambos bandos han incumplido varias treguas, el último un cese el fuego de 72 horas acordado a última hora del domingo.
Sin ayuda humanitaria en Sudán
La Oficina de la ONU para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA) advirtió que el programa de ayuda para Sudán para 2023 está financiado solamente en un 14% y que faltan 1.500 millones de dólares para hacer frente a la crisis humanitaria, agravada por los combates.
El encargado de asuntos humanitarios de la ONU, Martin Griffiths, llegó el lunes a la capital de Kenia, Nairobi, en una misión con el objetivo de encontrar formas de enviar ayuda a los millones de civiles atrapados en Sudán. El caos del conflicto incluyó el bombardeo de hospitales y el saqueo de instalaciones humanitarias, y obligó a organizaciones extranjeras a suspender la mayoría de sus operaciones.
La ACNUR teme que «más de 800.000 personas» huyan de los combates hacia los países vecinos. La Organización Mundial de la Salud (OMS) advirtió que los combates lastraron el sistema de salud del país, que ya era extremadamente frágil, empujándolo hacia una «catástrofe» y que en la capital sólo un 16% de los hospitales opera a plena capacidad.
El caos también azotó a la capital del estado de Darfur del Oeste, Geneina, donde al menos 96 personas han sido reportadas como muertas desde el inicio de los combates, según la ONU. La región de Darfur todavía está muy marcada por la guerra que comenzó en 2003 cuando el dictador Al Bashir reclutó a las milicias de «Janjaweed» contra los rebeldes de minorías étnicas. Esta guerra que incluyó una campaña de tierra quemada dejó cerca de 300.000 muertos y cerca de 2,5 millones de desplazados, según cifras de la ONU.