La OTAN saca pecho frente a Rusia con sus mayores maniobras militares aéreas
El ‘Air Defender 23’, que comienza este lunes, se extenderá hasta el 23 de junio e incluye a 250 aviones militares de 25 países de la OTAN y aliados como Suecia
La OTAN está dispuesta a mostrar todo su poderío y dejar claro a Rusia que los socios de la Alianza Atlántica están fuertemente unidos frente a las amenazas potenciales. Para ello, inicia este lunes las mayores maniobras militares aéreas de su historia, coordinadas por Alemania. El objetivo de este ejercicio es mejorar y ampliar la cooperación entre las fuerzas armadas de las naciones que componen la Alianza, pero también es una clara demostración de fuerza de cara al Kremlin.
En estas maniobras se va a entrenar la protección de ciudades, aeropuertos y puertos marítimos de ataques enemigos con drones o misiles de crucero. También se instruirá el apoyo de tropas terrestres por parte de las Fuerzas Aéreas Aliadas, y se practicarán evacuaciones desde el aire.
Esta demostración de poderío aéreo es no es vano importante ante las frecuentes violaciones del espacio aéreo por militares rusos en los países del Báltico y tras la invasión de Ucrania. La misión de policía aérea de la OTAN en el Báltico (Baltic Air Policing) comenzó en 2004 tras el ingreso en la organización de Estonia, Letonia y Lituania. Desde entonces cuatro aviones de combate de un país aliado permanecen desplegados en la base de Siauliai (Lituania) por periodos de cuatro meses.
Tras el estallido de la crisis de Ucrania a principios de 2014 y el aumento de las incursiones de los aviones rusos en el espacio aéreo báltico, la misión se ha reforzado con otros 12 cazas de tres países y otras dos bases de despliegue: Amari, en Estonia y Malbork, en Polonia.
El ejercicio ‘Air Defender 23’, que comienza este lunes, se extenderá hasta el 23 de junio e incluye a 250 aviones militares de 25 países de la OTAN y aliados como Japón y Suecia, éste último candidato a integrar la alianza. Unas 10.000 personas participan en las maniobras que apuntan a fortalecer la interoperabilidad y la preparación para protegerse contra drones y misiles de crucero en caso de un ataque a ciudades, aeropuertos o puertos marítimos dentro del territorio de la OTAN.
«Con el ejercicio Air Defender 23, estamos abriendo un nuevo capítulo en la historia transatlántica», dijo el teniente general Ingo Gerhartz, jefe de la Fuerza Aérea Alemana en una conferencia de prensa para periodistas alemanes y estadounidenses en los Estados Unidos a principios de abril.
El ejercicio incluirá entrenamientos a nivel operacional y táctico, principalmente en Alemania, así como en República Checa, Estonia y Letonia. El canciller alemán, Olaf Scholz, visitará a los pilotos el viernes en el campo aéreo de Schleswig-Jagel, en el norte de Alemania.
Un mensaje de unidad dirigido a Putin
Los críticos habían acusado a la OTAN de querer provocar a Rusia con este ejercicio a gran escala en el centro de Europa. Sin embargo, el teniente general Günter Katz del Comando de la Fuerza Aérea de las Fuerzas Armadas alemanas (Bundeswehr), asegura que los planes para llevar a cabo el AirDefender 23 comenzaron hace unos cinco años. «La decisión se tomó en 2018 y en realidad no tiene nada que ver con la guerra entre Rusia y Ucrania».
En verdad, estas maniobras fueron concebidas en 2018 como parte de la respuesta a la anexión rusa de Crimea en 2014. El ejercicio no «enviará vuelos, por ejemplo, en dirección a Kaliningrado», el enclave ruso fronterizo con Polonia y Lituania, ambos países miembros. «Somos una alianza defensiva y así es como se planeó este ejercicio», ha destacado el teniente general Ingo Gerhartz, de la Luftwaffe alemana.
Por su parte, la embajadora estadounidense en Alemania, Amy Gutmann, ha señalado que el simulacro demostrará «sin sombra de duda, la agilidad y rapidez de nuestra fuerza aliada», y que debe enviar un mensaje a otros países, como Rusia. «Me sorprendería si un líder mundial no toma nota de lo que esto demuestra en términos del espíritu de esta alianza, la fuerza de esta alianza, y eso incluye al señor Putin».
La guerra rusa en Ucrania galvanizó la alianza militar occidental creada hace casi 75 años como un frente contra la Unión Soviética. Finlandia y Suecia, tradicionalmente neutrales para evitar conflictos con Moscú, pidieron el ingreso a la OTAN tras la invasión rusa de febrero de 2022. El artículo 5 de la OTAN estipula que un ataque contra un miembro de la alianza es considerado un ataque contra todos sus integrantes.