Bernardo Arévalo, candidato izquierdista del Movimiento Semilla, gana las elecciones en Guatemala
El próximo presidente ha roto todos los pronósticos, ya que en algunas encuestas llegó a ser la octava opción
El candidato izquierdista Bernardo Arévalo, del Movimiento Semilla, ha ganado las elecciones a la Presidencia de Guatemala, con el 58% de los votos, por lo que asumirá el cargo el 14 de enero de 2024.
Arévalo ha recibido más de 2,4 millones de votos, mientras que su rival, Sandra Torres, de Unidad Nacional de la Esperanza (UNE), ha obtenido 1,5 millones de papeletas, lo que corresponde al 37,2% de las actas escrutadas.
El Tribunal Supremo Electoral (TSE) ha situado en un 44,1% la participación ciudadana, en unos comicios marcados por el abstencionismo ante la crisis que vive el país desde la primera vuelta, cuando la Fiscalía trató de suspender al Movimiento Semilla, y registró las sedes tanto de la formación política como del TSE.
Tras los resultados, Arévalo ha declarado que «esta victoria es del pueblo y unidos lucharemos contra la corrupción», sin embargo, Torres no ha reconocido su fracaso.
En un comunicado, el comité ejecutivo del UNE se ha declarado «en sesión permanente por los últimos acontecimientos registrados con el conteo de votos» y, aunque han mostrado su respeto por el Estado de derecho, han afirmado que fijarán «una postura definitiva cuando se esclarezcan los resultados con total transparencia».
Así, la formación de Torres ha denunciado la posición del Tribunal Supremo Electoral (TSE) que, alegan, «nunca aclaró por qué avaló el uso irregular de un sistema paralelo para la Junta Electoral Departamental del Distrito Central y Departamento de Guatemala, utilizado durante la primera vuelta electoral y que fracasó en otros países».
Con todo, han criticado a las misiones de observación internacionales, sosteniendo que lamentan «que los observadores internacionales nunca se hayan pronunciado para revisar las irregularidades que prevalecieron en el actual proceso electoral».
Estas elecciones han adquirido una relevancia mucho mayor después de que Arévalo rompiera con todos los pronósticos –en algunas encuestas le situaban octavo entre las predilecciones del electorado– al lograr pasar a la segunda vuelta. Su mensaje contra la corrupción, el retroceso democrático y la clase política que ha manejado durante décadas el país acabó calando en una muy descontenta sociedad.