Una oleada de saqueos sacude Argentina y el Gobierno culpa a Javier Milei
Los robos generalizados en todo el país ponen en alerta a los políticos, que llaman a la calma a un mes de las generales
La incertidumbre se apodera de Argentina. Desde hace varios días la inestabilidad política y económica después de la celebración de las elecciones primarias en el país ha devuelto las imágenes que siguieron al corralito bancario hace 22 años, los saqueos. Grabaciones difundidas en redes sociales muestran cómo en distintas ciudades de todo el país ladrones roban de manera organizada y cómo incluso algunos ciudadanos comienzan a defender sus negocios a punta de pistola. Mientras tanto, una parte Gobierno de Alberto Fernández ya ha encontrado un culpable: Javier Milei.
Desde el domingo se comenzaron a compartir vídeos en redes sociales de saqueos de tiendas en provincias del interior del país austral como Neuquén o Córdoba, en las que se podía observar cómo los ladrones vandalizaban y destrozaban tiendas de pequeños comerciantes y supermercados. En un primer momento, el Gobierno informó que estas grabaciones no eran más que «fakes» probablemente sacados de anteriores pillajes producidos en el país.
Hoy, el Gobierno reconoce que los saqueos se están produciendo en varias ciudades del país y una parte del mismo ha acusado a Javier Milei, el ganador de las elecciones primarias, que destaca por su mensaje liberal, de instigar estos robos para provocar un clima de confrontación que le lleve a la Casa Rosada.
«Esto es una operación armada por Javier Milei», denunció la portavoz del Gobierno de Alberto Fernández este martes. «Desde el viernes están haciendo correr en las redes de manera organizada cuentas ligadas a La Libertad Avanza -el partido de Milei-, diciendo que hay saqueos, que hay rumores… eso lo que hace es que la gente se asuste y entonces los comerciantes cierran. Es una operación armada por la gente de Javier Milei que buscan desestabilizar y crear incertidumbre para ir contra la democracia. Esta película ya la vimos un millón de veces», sentenció Gabriela Cerruti, vocera del Ejecutivo.
El líder de La Libertad Avanza, fiel a su estilo, no se quedó callado y contestó a la portavoz del Gobierno culpando al kirchnerismo de «proyectar» sus actitudes en la oposición. «Es una cuestión de proyección. Parece que ellos tienen alguna experiencia de armar operaciones de este tipo para voltear gobiernos», le respondió el liberal en una radio nacional, vinculando los saqueos de 2001 a las huestes de los Kirchner, acciones que acabaron provocando la renuncia como presidente de Fernando de la Rúa tras el corralito bancario.
Lo cierto es que viendo que los saqueos comienzan a extenderse a la mayoría de provincias del país y que parecen empezar en el conurbano -área metropolina- bonaerense , una parte del Ejecutivo se desmarca de las primera críticas vertidas a Javier Milei señalando que «no tenemos datos de quién está detrás», tal y como ha afirmado Aníbal Fernández, ministro de Seguridad, después de que este miércoles se haya detenido a 94 personas en la provincia de Buenos Aires por participar en los pillajes.
Argentina atraviesa uno de sus peores momentos en materia económica y social desde 2001. Con una inflación galopante y el tipo de cambio ilegal con el dólar por la nubes, nada bueno parece esperarle al país austral en los próximos meses, donde ya vaticinan un invierno caliente una vez pasen las elecciones generales, el próximo 22 de octubre.
A todo ello, hay que sumarle la grave crisis en la que está sumido el Gobierno argentino en el que su presidente, Alberto Fernández, y vicepresidenta, Cristina Fernández de Kirchner, llevan desaparecidos desde antes de las elecciones, compañeros de ejecutivo que según diversos medios durante meses ni se han dirigido la palabra. Por ello, todo el peso del Ejecutivo ha recalado en el candidato del peronismo a las próximas elecciones y ministro de Economía, Sergio Massa, al que acusan de estar completamente sobrepasado por los acontecimientos.
Los candidatos de las próximas elecciones hacen llamamientos a la calma, temiendo que la situación pueda volverse incontrolable. La más contundente en la lucha contra estos hechos ha sido Patricia Bullrich, aspirante de Juntos por el Cambio -centroderecha- que ha afirmado que «si se pierde el control y tiene que hacerlo, el Gobierno tiene que pedir el estado de sitio».