Israel retoma control en el sur del país y concentra tropas junto a la Franja de Gaza
Más de 700 israelíes y 436 palestinos han muerto desde el inicio de los ataques este fin de semana
El ejército israelí ha informado de que ha retomado el control de localidades del sur del país atacadas por Hamás cerca de la Franja de Gaza. El «asedio completo» de esta zona fue ordenado como respuesta a la ofensiva sin precedentes del grupo islamista palestino.
En el tercer día de este ataque inédito, comparado por Israel a los atentados en Estados Unidos del 11 de septiembre de 2001, el ejército israelí anunció que «controla» localidades del sur donde había infiltrados de Hamás, pero admitió que «podría haber aún terroristas en la zona», según un portavoz militar.
Más de 700 israelíes han perdido la vida en el ataque y 2.150 resultaron heridos, según un nuevo balance publicado por el ejército el lunes por la mañana. Los milicianos de Hamás podrían haber matado hasta 250 personas que participaban en una festival de música cerca del enclave palestino, según la ONG Zaka que ayudó en las operaciones de recuperación de los cadáveres.
Del lado palestino, 436 personas han muerto según las últimas cifras de las autoridades locales. Decenas de miles de soldados israelíes están siendo desplegados cerca de la Franja de Gaza, un empobrecido territorio con 2,3 millones de habitantes, controlado por Hamás desde 2007.
El ministro israelí de Defensa, Yoav Gallant, ordenó este lunes un «asedio completo» del enclave. «Estamos imponiendo un asedio total a Gaza (…) ni electricidad, ni comida, ni agua, ni gas, todo cerrado», dijo Gallant en un videos. «Estamos combatiendo contra animales», agregó Gallant. En el interior del pequeño territorio, más de 123.000 personas se han visto obligadas a dejar sus casas, indicó el lunes la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios de la ONU (OCHA).
Rehenes civiles y militares
El ejército israelí concentra también sus esfuerzos en salvar a los ciudadanos secuestrados por Hamás, más de un centenar según el gobierno, algo que nunca había sucedido en la historia del país. «Lo que pasó no tiene precedentes en Israel», reconoció el primer ministro, Benjamin Netanyahu.
Según el ejército israelí, participaron en «la invasión de Israel» un millar de combatientes de Hamás, afirmó un portavoz en X (antiguo Twitter). «Civiles y soldados están en manos del enemigo, son tiempos de guerra», afirmó el general en jefe del ejército israelí, Herzi Halevi.
Netanyahu pidió a los israelíes prepararse para una guerra «larga y difícil» y el ejército anunció la próxima evacuación de todos los habitantes de zonas cercanas a la Franja de Gaza. En Jerusalén, sirenas de alerta anticohetes resonaron el lunes cerca del mediodía (09.00 horas GMT), seguidas rápidamente por varias explosiones, señalaron periodistas de AFP en la ciudad.
Varios ciudadanos de otros países, algunos con la doble nacionalidad israelí, murieron en la ofensiva, entre ellos 12 tailandeses, 10 nepalíes y cuatro estadounidenses. También hay al menos tres brasileños desaparecidos y uno hospitalizado, según el Gobierno.
«Es de lejos el peor día de la historia de Israel», declaró un portavoz del ejército israelí, para quien el ataque podría ser «a la vez un 11 de septiembre y un Pearl Harbour». Jonathan Panikoff, director de la iniciativa Scowcroft para la seguridad de Oriente Medio, estima que «Israel fue tomado desprevenido en este ataque sin precedentes» y «muchos israelíes no entienden cómo pudo suceder».
«Todo los sistemas fracasaron»
Para Yaakov Shoshani, de 70 años, habitante de la ciudad israelí de Sederot, cerca de la Franja de Gaza, «todos los sistemas fracasaron, ya sea los servicios de información, de inteligencia militar, civil, los sistemas de detección, la valla fronteriza, todo fracasó».
El ataque de Hamás fue condenado por numerosos países occidentales y Estados Unidos empezó el domingo a enviar ayuda militar a Israel y a dirigir hacia el Mediterráneo a su portaaviones ‘USS Gerald Ford’. China ha condenado cualquier acción que atente contra los civiles y abogó por un alto el fuego. También Rusia y la Liga Árabe, que rechaza la violencia «de ambos lados», dijeron que trabajarán para «poner fin al derramamiento de sangre».
Y la Unión Europea (UE) convocó para el martes una reunión de cancilleres de emergencia. Irán, que mantiene relaciones estrechas con Hamás y fue uno de los primeros países en aplaudir la ofensiva del grupo islamista, rechazó las acusaciones sobre su papel en la operación y dijo que «se basan en motivos políticos».