Michael Moore asegura que los «cristianos blancos» son los verdaderos enemigos de los judíos
El cineasta señala a la inquisición española como una de las acciones más antisemitas de la historia
El director de cine y activista Michael Moore ha asegurado en el programa ‘Ayman‘ de la televisión MSNBC que Israel debería preocuparse menos por sus vecinos palestinos y, en cambio, ver a los «cristianos blancos» como su verdadero enemigo: «Cuando la gente entra en prisión es porque ha cometido un delito. ¿Puede alguien decirme ahora mismo cuál es el delito que ha cometido el pueblo palestino?», ha defendido el cineasta como crítica a las acciones de Israel en Gaza.
«Según mi conocimiento histórico, los enemigos de Israel que les han perseguido durante los últimos 2.000 años han sido blancos cristianos ubicados en Europa», ha comentado citando varios ejemplos de supuesta opresión europea desde la Inquisición española hasta el Holocausto.
«Ningún palestino ayudó a construir Auschwitz. Ningún palestino permaneció en los muelles de la ciudad de Nueva York cuando barcos llenos de refugiados judíos intentaron escapar del Holocausto y vinieron aquí. Ningún palestino hizo eso, y ningún palestino dirigió la Inquisición española», ha concluido acordándose del Imperio español.
¿Qué fue la inquisición española?
La inquisición española fue un organismo creado por los Reyes Católicos con el fin de mantener el catolicismo «más puro» en todos sus territorios. Fue creada para actuar como tribunal con el fin de descubrir y someter a juicio a los herejes. Según escritores e historiadores, el número de ejecutados estuvo en torno a los 5.000-10.000 muertos durante los 350 años de existencia del tribunal.
Uno de los símbolos que representó a esta acción de Gobierno fue el de la tortura. Sin embargo, según el historiador americano Rodney Stark, en otros países europeos existió una violencia desproporcionada mayor: «todos los tribunales de Europa utilizaron la tortura, pero la Inquisición lo hizo en una medida mucho menor que otros tribunales. En primer lugar, porque la legislación eclesiástica limitaba la tortura a una sesión que no durase más de quince minutos, y no podía ponerse en peligro ni la vida del reo, ni siquiera alguno de sus miembros. Tampoco podía derramarse sangre», explicó.
Sin embargo, Moore ha continuado con su alegato de defensa al pueblo palestino y su señalamiento a la civilización occidental: «Su enemigo no es el pueblo palestino, es el pueblo europeo blanco y cristiano, que ha estado masacrando judíos durante los últimos 2.000 años. Y llamémoslo por lo que es, hay dos millones de personas en una prisión al aire libre».