La investigación de la trama rusa golpea de lleno a tres exasesores de Trump
Mueller busca determinar si Trump ha incurrido en obstrucción de la justicia cuando despidió en mayo al entonces director del FBI, James Comey, quien lideraba la investigación de la trama rusa.
La investigación del fiscal especial, Robert Mueller, sobre si hubo injerencia rusa en las elecciones de Estados Unidos ha golpeado este lunes de lleno a dos exasesores de la campaña del ahora presidente Donald Trump, acusados de «conspiración», y a un tercero que ha mentido sobre sus contactos con individuos conectados con Moscú, informa EFE.
La presentación de cargos contra Paul Manafort, exjefe de campaña de Trump, y su exsocio Rick Gates, y el acuerdo de culpabilidad alcanzado con el FBI por el exasesor George Papadopoulos por mentir sobre sus contactos con personas con vínculos con el Gobierno ruso son una firme evidencia de los avances en la investigación de Mueller.
Los 12 cargos contra Manafort y Gates, aprobados por un gran jurado federal en Washington el pasado viernes, son los primeros dentro de la investigación que ha liderado Mueller desde mayo sobre la supuesta intromisión rusa en las elecciones del año pasado en Estados Unidos y si hubo coordinación entre Moscú y el equipo de Trump.
El escrito de acusación hecho público el lunes detalla que Manafort y Gates están acusados de «conspiración contra Estados Unidos» y para «lavar dinero», así como de realizar «declaraciones falsas y engañosas» y no presentar información financiera y de cuentas bancarias en el extranjero.
Los dos se han entregado al FBI y han comparecido después ante la jueza Deborah A. Robinson de la Corte del Distrito de Columbia, donde sus abogados han indicado que ambos se declaran no culpables de todos los cargos.
Paul Manafort abandona una Corte en Washington. | Foto: Alex Brandon / AP
Por su parte, los abogados del Gobierno creen que Manafort y Gates pueden fugarse ante la gravedad de los cargos y han pedido a la magistrada que les ponga bajo régimen de arresto domiciliario, además de pedirles el depósito de fianzas de 10 millones de dólares y cinco millones, respectivamente.
A la vez que se conocían los cargos contra Manafort y Gates, la oficina de Mueller ha publicado también el acuerdo de culpabilidad de Papadopoulos, cerrado el pasado 5 de octubre y pendiente de sentencia.
En su cuenta de Twitter, Trump ha asegurado que los cargos contra su exjefe de campaña se refieren «a años atrás», al rechazar de nuevo estar involucrado en «ninguna conspiración» con Rusia.
Lo cierto es que en el escrito de imputación de 31 páginas contra Manafort y Gates no ha habido ninguna mención a una supuesta «conspiración» entre el equipo del magnate y Rusia, sino que los cargos están relacionados con los amplios lazos financieros que ambos han mantenido con líderes prorusos en Ucrania.
Manafort se había unido a la campaña de Trump en marzo de 2016 y la hab+ia dirigido entre mayo y agosto, cuando ha tenido que dimitir tras descubrirse que había recibido 12,7 millones de dólares por asesorar al exprimer ministro proruso de Ucrania Viktor Yanukovych.
En el caso de Gates, considerado el protegido de Manafort, ha seguido vinculado a la campaña y, tras las elecciones de noviembre, ha estado involucrado en la organización de los actos del traspaso de la Presidencia a Trump junto con Tom Barrack, conocido amigo y asesor del magnate.
La declaración de culpabilidad de Papadopoulos sí está directamente relacionada con la supuesta injerencia rusa, ya que en ella el exasesor de política exterior de la campaña de Trump admite que ha mentido al FBI en enero pasado sobre una conversación que mantuvo en abril de 2016 con un profesor extranjero con conexiones con el Kremlin.
Mueller busca determinar si Trump ha incurrido en obstrucción de la justicia cuando ha despedido en mayo al entonces director del FBI, James Comey, quien lideraba la investigación de la trama rusa.
La inteligencia estadounidense ha concluido que Rusia ha tratado de interferir en las elecciones de Estados Unidos a favor de Trump, algo negado rotundamente por el Kremlin y cuestionado reiteradamente por el mandatario.