Comprobado. Si necesitas dinero ‘fácil’, plantéate convertirte en meme, pues 15 años después quizá puedas venderlo por la friolera cifra de 500.000 dólares. Eso es lo que le ha ocurrido a Zoë Roth, también conocida como «Disaster Girl» («La Chica del Desastre»). Así, ya con 21 años de edad, la joven estadounidense ha vendido la copia original que ha sido objeto de múltiples ediciones en redes sociales a través de NFT (non fungible tokens), en el que aparece ella con tan solo cuatro años de edad, sonriente frente a una casa en llamas.
En contexto: Zoë Roth fue fotografiada por su padre en 2005 frente a una casa ardiendo en una pequeña localidad de Carolina del Norte. La imagen logró el primer puesto en un concurso y, a día de hoy, es uno de los memes más compartidos en redes sociales y uno de los primeros de la historia en venderse como NFT, exactamente por 180 unidades de la criptomoneda Ether el día 17 de abril.
El meme en cuestión ha sido comprado por 3F Music, un estudio musical con sede en Dubái. Se ha convertido en uno más de los objetos virtuales que se han vendido a través de los famosos NFT, un método que se ha utilizado también para subastar el primer tuit de la historia o la obra Everydays: The First 5000 Days del artista Beeple. En este sentido, este nuevo mercado asocia los objetos en cuestión a un certificado de autenticidad basado en tecnología Blockchain, evitando que se produzcan duplicados y permitiendo que puedan ser vendidos como si fueran piezas de arte individuales.
La imagen protagonizada por Roth ha sido editada para situarla en diversos catástrofes, siempre bajo la broma de su sonrisa traviesa frente al caos. La joven finalmente ha podido sacar beneficio de la particular burla de Internet, obteniendo 500.000 dólares (415.000 euros) por la venta de la misma, pese a la que su familia todavía conservará los derechos de autor y obtendrá el 10% de los futuros beneficios que retribuya.
Tal como ha asegurado al diario nacional The New York Times, la venta del meme ha permitido a Zoë tomar el control de algo sobre lo que se sentía impotente y, ahora que cursa su último año de carrera en la Universidad de Carolina del Norte, espera que dentro de un tiempo pueda lograr algo de suficiente relevancia como para que «La Chica del Desastre» no sea el primer dato que aparezca a quienes introduzcan su nombre en el buscador.