La Unión Europea y el Reino Unido han acordado este domingo continuar las negociaciones en Bruselas sobre su futura relación tras el brexit, en una decisión que mantiene viva la interminable saga para evitar un divorcio brutal el 31 de diciembre.
Lo más importante: en una escueta declaración conjunta, el primer ministro británico, Boris Johnson, y la presidenta de la Comisión Europa, Ursula von der Leyen, han anunciado que han dado instrucciones a sus equipos, reunidos en Bruselas, para que continúen las conversaciones. «A pesar del agotamiento después de casi un año de negociaciones, y a pesar de que los plazos límites se rompieron una y otra vez, pensamos que es responsable en este punto ir un poco más lejos», han señalado. «Por eso, hemos dado mandato a nuestros negociadores para que continúen las conversaciones y ver si es posible un acuerdo, aún a pesar de estar ya en una fase tan tardía», han añadido.
Poco antes, Johnson y Von der Leyen habían mantenido una conversación telefónica, que en la declaración han calificado como «útil». Tanto fuentes de la UE como del Gobierno británico habían expresado claro pesimismo sobre la suerte de las conversaciones, antes de la sorprendente decisión de este domingo.
«Todavía hay un largo camino por delante», ha reiterado esta mañana el ministro británico de Relaciones Exteriores, Dominic Raab, al canal Sky News. «Algunas de las propuestas, algunas de las sugerencias que nos han hecho, son bastante extravagantes, francamente, y no se vuelven más razonables con la repetición», ha dicho.
Reino Unido abandonó oficialmente la UE[contexto id=»381725″] el 31 de enero y a partir de marzo Londres y Bruselas comenzaron a negociar un acuerdo comercial que debía entrar en vigor el 1 de enero de 2021. Sin embargo, las negociaciones quedaron trabadas en tres temas: acceso de los barcos pesqueros europeos a aguas británicas, normas de competencia para el acceso de empresas británicas al mercado europeo y el futuro mecanismo de solución de controversias. De los tres, el referido a las normas de competencia es el que presenta mayores desafíos.
En las últimas semanas, los contactos se habían intensificado y las partes dieron tímidas señales de un cierto acercamiento antes de señalar obstáculos de último minuto. Londres acusó a Bruselas de endurecer repentinamente su posición, tal vez empujada por el temor de países como Francia, que amenazó con un veto, a hacer demasiadas concesiones para lograr «un acuerdo a cualquier precio». La UE negó todo cambio de actitud.
Durante la semana, la UE ya ha previsto medidas de emergencia por si no se llegara a ningún acuerdo, con el objetivo de mantener el buen funcionamiento del transporte terrestre y aéreo durante seis meses, siempre y cuando Londres haga lo mismo, y garantizar que los barcos pesqueros puedan acceder a las aguas de ambas partes en 2021. Este plan será objeto de un análisis el miércoles en el Parlamento Europeo.