Las 'startups' aún no pueden certificarse en Enisa para acceder a las ventajas de la ley
La acreditación en la web de Enisa es necesaria para aprovechar los beneficios fiscales, pero no está operativa a falta de una orden ministerial
Hoy se celebra el Día Mundial del Emprendimiento. Y es el primer día que se conmemora en España con dos normas clave para apoyar a los emprendedores: la ley crea y crece y la ley de startups. Esta última, que afecta a las ideas de negocio y empresas más innovadoras, tiene tareas pendientes. Según la ley, las nuevas empresas tecnológicas deben acreditarse en la web de ENISA para acceder a los beneficios fiscales. Pero las fuentes consultadas por THE OBJECTIVE confirman que este mecanismo aún no está habilitado y, por tanto, las ayudas aún son inaccesibles para las startups.
Han pasado más de tres meses y medio desde que la Ley 28/2022 de fomento del ecosistema de las empresas emergentes, más conocida como ley de startups, entrara en vigor con carácter general el pasado 23 de diciembre. Sin embargo, las ayudas y beneficios fiscales a las que pueden acceder estas empresas no son accesibles porque no se pueden acreditar ante la Empresa Nacional de Innovación, Enisa.
Este es un requisito fundamental para que las startups y proyectos empresariales de alto valor tecnológico puedan acogerse a los beneficios legales creados específicamente para este tipo de negocios. Sin embargo, el portal todavía está pendiente de desarrollo, tal como confirman varios especialistas en asesoramiento a emprendedores. Lo hemos podido comprobar en la propia web de Enisa.
Al acceder al portal, la misma entidad lo confirma e indica que «el proceso de certificación como startup, en el ámbito de la Ley de Startups, está pendiente de la aprobación de una orden ministerial». En el texto se asegura que cuando el procedimiento de acreditación esté operativo, desde la propia entidad se pondrán en contacto con las empresas que se hayan preinscrito.
Ventajas de la ley de startups bloqueadas
Algunos expertos en asesoramiento legal a emprendedores y empresas tecnológicas confirman a este periódico que tanto las medidas de la ley crea y crece como las que recoge la ley de startups se han recibido de manera positiva, aunque consideran que es pronto para valorar si están consiguiendo los objetivos que buscan ambas normas. Con todo, explican, hay asuntos importantes pendientes de ejecutar para que esto se concrete.
«Para poder acogerse a los beneficios fiscales y sociales establecidos en la ley de startups es necesario acreditarse frente a la Enisa como empresa emergente, algo que todavía está pendiente de desarrollo», confirma Paz Irazusta, socia de Fiscal de Cuatrecasas.
El objetivo del registro es realizar un control previo de que realmente se trata de una propuesta empresarial innovadora y que pueden acceder a las ventajas. Desde la editorial jurídica Lefebvre destacan entre los principales estímulos para este tipo de empresas las siguientes:
- Deducciones IRPF: la ley incrementa de 60.000 a 100.000 euros la cantidad máxima anual de deducción y el porcentaje de deducción se eleva del 30% al 50%, lo que beneficia tanto a los socios fundadores de las startups como a los inversores privados y a la apuesta por el capital extranjero. No obstante, para beneficiarse de esta reducción es requisito que los fondos de la empresa no superen los 400.000 euros en el inicio del periodo impositivo en el que el contribuyente adquiere las acciones o participaciones.
- Reducción del tipo impositivo en el Impuesto de Sociedades y en el Impuesto sobre la Renta de No Residentes: durante un máximo de cuatro años desde el primer período en el que la base imponible resulte positiva hasta los tres siguientes, se pasa del 25% actual al 15%.
- Aplazamiento del pago de las deudas tributarias: en la fase inicial, las startups pueden aplazar el pago de la deuda tributaria correspondiente a los dos primeros periodos impositivos en los que la base imponible del impuesto sea positiva.
La ley busca agilizar las gestiones pero va lenta
Resulta contradictorio que no se pise el acelerador en la puesta en marcha del registro de Enisa, ya que una de las claves de esta ley es agilizar las gestiones necesarias para crear una empresa innovadora, flexibilizando ciertos requisitos para fomentar el desarrollo de un ecosistema emprendedor en España. En definitiva, minimizar el proceso burocrático.
Pero todo va más lento de lo previsto. De hecho, hace solo unas semanas se habilitó la web de la Oficina Nacional de Emprendimiento (ONE). Se trata de una de las 50 medidas que se anunciaron en el marco de la Estrategia España Nación Emprendedora, en febrero de 2021, es decir, hace dos años. En este portal, se enlaza con la web para acreditar startups que aún no funciona.
La ley de startups se ha pensado para poner remedio a esa lentitud. «Una de las principales críticas al ecosistema español es que es lento. La ley trata de luchar contra ello y otorga facilidades como la solicitud de licencias temporales en caso de que se opere en sectores regulares, sin necesidad de esperar todo el proceso administrativo», indica Jaime Aneiros, profesor titular de Derecho Financiero y Tributario de la Universidad de Vigo, autor de la Guía Rápida Aspectos clave de la nueva regulación de las startups o empresas emergentes de Lefebvre.
Sin embargo, cuando se ponga en marcha por completo, la norma supondrá varias ventajas desde el punto de vista legal. La socia de Fiscal de Cuatrecasas destaca la flexibilidad que aporta en el régimen general de autocartera previsto en la Ley de Sociedades de Capital, que facilita la ejecución de un plan de opciones sobre participaciones (las llamadas stock options) con el fin de favorecer la captación y fidelización del talento, algo que hasta ahora debía realizarse acudiendo a otros instrumentos.
Asimismo, incluye medidas de apoyo a la consolidación del negocio: las empresas emergentes no incurrirán en la causa de disolución por pérdidas cualificadas, es decir, cuando las pérdidas dejen reducido el patrimonio neto por debajo de la mitad del capital social, durante los tres años desde su constitución
También destaca los beneficios fiscales en la tributación de las stock options, la deducción por inversión o en la tributación de la propia empresa emergente. Y a ello se suma que bonifica el 100% de la cuota para los autónomos societarios que continúen siendo trabajadores por cuenta ajena. Adicionalmente, las empresas emergentes que operen en sectores regulados podrán solicitar licencias de prueba temporales durante un año, destaca Paz Irazusta.
Una vez esté en marcha el registro, los proyectos más maduros serán los primeros en beneficiarse de esta certificación. «Diferenciar en el ecosistema emprendedor a las startups mediante la acreditación pública emitida por ENISA es positivo en cuanto que fija un estándar empresarial que puede entenderse como válido desde el punto de vista técnico y valioso desde el punto de vista del negocio». En cierto modo, el mercado y los inversores lo pueden considerar un «sello de calidad», aclara Juan Rubén de la Cruz, abogado de Legálitas.
El impacto de la ley crea y crece
Otra de las leyes que busca dinamizar el ecosistema emprendedor en España es la como la Ley 18/2022, de creación y crecimiento de empresas: la conocida ley crea y crece. Está en vigor con carácter general desde el 19 de octubre del año pasado, con lo cual tiene algo más de recorrido y trae importantes novedades para incentivar el emprendimiento.
Irazusta destaca las medidas que agilizan la creación de empresas, como la posibilidad de constituir sociedades de responsabilidad limitada con capital social de un euro, siempre que se cumplan ciertos requisitos y con un régimen específico hasta que se alcance la cifra de 3.000 euros de capital social. Además, promueve el uso de la factura electrónica con efectos en la lucha contra la morosidad en las operaciones comerciales.
De la Cruz recuerda que la ley crea y crece profundiza el sistema que implantó la ley de apoyo a los emprendedores en el año 2013, que mejoraba la libertad de establecimiento, entre otras medidas. Un punto positivo es que facilita el establecimiento del segmento de emprendedores que no dependen en exceso de los recursos externos procedentes de fondos de capital o entidades públicas de financiación. Eso sí, recuerda también que se esta agilidad se asienta sobre la base de una sociedad tipo.
En la práctica, asegura, las startups o emprendedores con una determinada madurez de sus proyectos no encajarán en este modelo. De hecho, si quieren encontrar socios y partners que apuesten por sus proyectos empresariales, deberán contar con una estructura jurídica más compleja. En caso de prosperar una negociación de este tipo, las empresas podrán modificar los estatutos sociales según los acuerdos que alcancen con sus socios externos, asumiendo costes adicionales, habitualmente más elevados.
En cuanto al control de la morosidad, «es positivo seguir la línea de facilitar el flujo de información acerca de los periodos de pago a proveedores, pero es preciso tener en consideración la realidad de la estructura empresarial en España y los supuestos regulados en la norma, estos se adaptan a un determinado tipo de empresas, de cierta magnitud y con determinados recursos», explica de la Cruz.
Febrero, más empresas con menos capital suscrito
La actividad emprendedora se redujo el pasado ejercicio. Según datos del Instituto Nacional de Estadísticas (INE), en 2022 la creación de empresas volvió a tasas negativas, con una caída interanual del 2,1% en la creación de nuevas sociedades. El pasado año se crearon 99.067 empresas frente a las 101.000 creadas en 2021. Para la constitución de dichas empresas se suscribieron más de 5.188 millones de euros, un 2,9% más que en 2021. Y el capital medio suscrito se situó en 52.369 euros, un 5,1% superior al del año anterior.
¿Qué ha ocurrido en 2023? Los datos de lo que va de año se dieron a conocer justo esta semana y, de momento, son mejores que los de hace un año. En febrero se crearon 10.154 sociedades mercantiles, un 9,9% más que el mismo mes del año anterior. Sin embargo, el capital suscrito se redujo sensiblemente, un 51,4%, hasta los 344 millones de euros. Y el capital medio también bajóun 55,8%, con una media de 33.949 euros.
Estos datos reflejen los efectos de la ley crea y crece, que permite la creación de sociedades con un capital social desde 1 euro, aunque bajo determinadas condiciones, como han señalado los expertos.
Dificultades para el emprendimiento
Algunas de las principales dificultades que afrontan los nuevos empresarios es definir la estructura jurídica de su modelo de negocio, no solo respecto del tipo de empresa, sino en las relaciones jurídicas con clientes y proveedores. Muchas apuestan por aligerar el clausulado de los contratos, algo que puede mermar las garantías de la operación comercial.
Hay algunas demandas a las que se ha dado respuesta con estas normas y hay otras que siguen pendientes. Una de las reclamaciones históricas, según los expertos consultados, ha sido el abaratamiento de costes de establecimiento, como las cuotas de la Seguridad Social. Aunque el sistema se ha reformado recientemente, no se adaptan realmente a la facturación real y es una carga importante para los emprendedores.
Otra de las cuestiones a tener en cuenta, es la necesidad de facilitar el mentoring o tutela en el inicio y progreso de los proyectos de los emprendedores. No es sencillo para estos acceder a profesionales con la capacidad de tutelar y contribuir al inicio, mejora y progreso de un proyecto empresarial, que es la vía esencial por la que accederán a los canales que se están implementando institucionalmente.
Habrá que esperar a que todos los mecanismos de la ley crea y crece y de la ley de startups estén al 100% habilitados para saber si cumplen con los objetivos planteados desde el Ejecutivo: agilizar y facilitar el desarrollo de un ecosistema emprendedor, con un fuerte componente tecnológico. Sin embargo hoy, cuando se celebra el Día Mundial del Emprendimiento, sigue pendiente agilizar los mecanismos para fomentar el emprendimiento innovador y tecnológico.