Bruselas llama la atención a Polonia por su viraje autoritario
Entre las reformas del Ejecutivo polaco, Bruselas se inquieta en particular sobre la cruzada emprendida por el Ejecutivo polaco para dejar sin poder al Tribunal Constitucional y controlar los medios de comunicación política. El Gobierno de Kaczynski lleva meses haciendo caso omiso a los avisos de la UE, que considera que las reformas no respetan los valores democráticos europeos. En base a esta opinión, las autoridades comunitarias estarían dispuestas a activar el procedimiento del artículo 7, que permite sanciones como una suspensión de voto de Polonia en el seno de la UE. Antes de llegar a esta decisión drástica y de consecuencias contraproducentes para ambas partes, Polonia tiene dos semanas para presentar sus observaciones, luego, la Comisión podrá «formular una recomendación» si sus preocupaciones persisten. <br><br> De momento, la respuesta del Gobierno polaco no aventura una victoria de la diplomacia y ha reaccionado diciendo que el dictamen de la UE no tiene ningún valor.
A la Comisión Europea se le está acabando la paciencia con Polonia. La controvertida reforma del Tribunal Constitucional polaco ha sido la gota que ha colmado el vaso de la permisividad de la Unión Europea, que ha enviado una «advertencia» formal al Gobierno ultraconservador de Jaroslaw Kaczynski.
Entre las reformas del Ejecutivo polaco, Bruselas se inquieta en particular sobre la cruzada emprendida por el Ejecutivo polaco para dejar sin poder al Tribunal Constitucional y controlar los medios de comunicación política. El Gobierno de Kaczynski lleva meses haciendo caso omiso a los avisos de la UE, que considera que las reformas no respetan los valores democráticos europeos. En base a esta opinión, las autoridades comunitarias estarían dispuestas a activar el procedimiento del artículo 7, que permite sanciones como una suspensión de voto de Polonia en el seno de la UE. Antes de llegar a esta decisión drástica y de consecuencias contraproducentes para ambas partes, Polonia tiene dos semanas para presentar sus observaciones, luego, la Comisión podrá «formular una recomendación» si sus preocupaciones persisten.
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De momento, la respuesta del Gobierno polaco no aventura una victoria de la diplomacia y ha reaccionado diciendo que el dictamen de la UE no tiene ningún valor.