Cómo elegir el cacao en polvo más saludable (y cómo leer su etiqueta)
Rey de los desayunos de niños y mayores, el cacao en polvo a veces depara sorpresas si no leemos su información nutricional
Todos hemos crecido, con nuestros más y nuestros menos, con los clásicos cacaos solubles para el desayuno. Dos bandos de españoles que con cierto enfrentamiento hemos sido más de unos o de otros, demostrando que las dos Españas existen hasta a primera hora de la mañana.
Ahora, cuando nos toca a nosotros elegir y hacer la compra, seguimos viendo en los estantes nombres que nos suena familiares, pero también con decenas de alternativas. Algunas más sanas, otras menos, algunas de marcas de distribuidor y otras de primeras marcas, pero todos ellos compitiendo por ser el cacao de nuestro desayuno.
La realidad es que, sin dejarnos llevar por filias y fobias, deberíamos mirar antes a la contraetiqueta y a la información nutricional que a la etiqueta que miramos de frente. Es habitual, según explica un informe de la OCU, que estos productos superen el 65% de azúcares libres, una cantidad inusualmente alta para un producto que no suele quedar bien parado en ciertos parámetros.
Es el caso del cacareado Nutriscore, donde es relativamente frecuente, según la fuente de la OCU, que este tipo de cacaos no pasen de la calificación D, lo cual les deja en una posición bastante mala y lejana de la A, la supuesta mejor referencia, aunque este sistema de puntuación tiene ciertos defectos.
Lo que no tiene defectos es fijarse de la información nutricional de cada uno de estos cacaos. Para ello, acudamos a una dato clave: información nutricional por 100 gramos de producto. Por desgracia, hay bastantes cacaos comerciales que indican otros datos como por taza o la información nutricional media del producto preparado. Un resquicio legal que impide valorar directamente la cantidad de azúcares reales que lleva, lo cual no es un buen indicador.
Los tipos de cacao analizados por la OCU
Dicho esto, también debemos tener claro que no todos los cacaos son iguales. Desde la OCU analizan así cerca de setenta cacaos distintos, divididos en varias categorías:
- Cacaos en polvo puros: suelen presentar un 100% de cacao, no llevan azúcares añadidos y son fuente natural de fibra.
- Cacaos en polvo solubles: rondan el 33% de presencia de cacao y, según este estudio de la OCU, oscilan en Nutriscore entre la A y la D. Igualmente, suelen ser ricos en azúcares añadidos.
- Cacaos en polvo instantáneos: realmente no es una categoría que difiera del soluble, pero se aprecian contenidos medios de cacao del 24% y más azúcar que en los dos anteriores.
- Cacaos en polvo en taza: aunque no tienen una gran cantidad de cacao (alrededor del 29%), tienen más fibra y edulcorantes sustituyendo al azúcar. En cualquier caso, algunos llevan harinas y almidones para tener más consistencia, por lo que puede que no todos sean aptos para celíacos.
- Cacaos en polvo infantiles: no superan de media el 23% de cacao y son altamente calóricos, con un porcentaje medial de 375 kcal por cada 100 gramos de producto.
Cómo elegir el cacao en polvo más saludable
A todas luces podemos aplicar la máxima del menos es más para fiarnos de la calidad, en términos generales, de un cacao en polvo. Para ello, de nuevo la etiqueta nutricional será nuestra mejor aliada. Cuantos más ingredientes tenga un producto, más procesado estará. En la teoría, un cacao polvo no debería ser otra cosa más que cacao.
Para hacerlo más palatable, duradero o apetecible se suelen añadir diversas sustancias, razón por la que la mayoría están etiquetados como preparado alimenticio. Encontramos así, aparte de cacao, azúcares, edulcorantes, grasas y numerosos aditivos legales. Es el caso de los emulgentes —como las lecitinas—, los antiaglomerantes, los espesantes o reguladores de acidez.
En cualquier caso, siempre será la mejor opción la del cacao que solo lleve cacao o, en su defecto, el que menos porcentaje de otros ingredientes lleve. Para ello, no olvides que la etiqueta nutricional va in descendo, es decir, el primer ingrediente que figura es el más abundante en su composición.
Los reclamos comerciales
Aunque hay ciertos alimentos en los que se ha legislado para aportar más luz al cliente, hay otros que permanecen en cierta opacidad. Algo que también apunta este informe de la OCU, donde mencionan ciertos ejemplos de marketing que no tienen por qué significar que un cacao sea de más o menos calidad.
Apuntan así al concepto puro, muy presente en los productos con 100% de cacao, donde no hay realmente una norma que vincule al chocolate puro con este porcentaje. También explican los usos de ‘negro’ y ‘noir’, que nuestro raciocinio podría identificar con una mayor calidad o pureza, pero que es solo una estrategia comercial.
Otros conceptos son natural o sin alcalinizar, que tienen más bien una función pedagógica aunque de nuevo no hablan de una mayor calidad. Cuando se menciona el ‘sin alcalinizar’ significa que son productos más amargos y algo más claros, por lo que suelen ir más orientados a un público adulto.
¿Necesitamos cacao en polvo?
El informe de la OCU no solo analiza cantidades y nombres, sino también que ha buscado las posibles ventajas del cacao. Es cierto que es un producto rico en flavonoides, un tipo de polifenol que podría tener efectos antioxidantes. Insistimos, podría, como condicional.
Además de eso, el cacao contiene proteínas vegetales (20 gramos por cada 100 gramos), grasas (14 gramos por cada 100 gramos, de las cuales ocho gramos corresponden a las saturadas) y es una fuente natural de fibra (alrededor del 33% de su peso total). Por tanto, si hablamos de un cacao en polvo 100% hablaremos de un producto saludable, solo que ciertas ventajas no están probadas.
Sí, por ejemplo, la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA por sus siglas en inglés) ha constatado que un consumo moderado de cacao podría tener beneficios en la salud cardiovascular, según un informe de 2012. En cualquier caso, se trata de valores que podríamos obtener de otros antioxidantes como las frutas, las verduras o el aceite de oliva, por lo que no necesariamente hemos de ingerir cacao para disfrutar de los flavonoides.