La dieta de la sopa, ideal para adelgazar en esta época del año
En estos meses fríos no hay plato que apetezca más que una sopa calentita, así que si además nos ayuda a perder peso, mejor que mejor
En los meses fríos que están por llegar nadie dice que no a una sopa calentita, sobre todo si ha pasado horas en la calle. Además de ser una opción bastante económica para los meses fríos, es ideal si queremos adelgazar o contrarrestar la subida de peso de las comilonas y cenas de Navidad.
Al respecto, algunos estudios han relacionado el bajo peso con tomar sopa con asiduidad. Otras investigaciones han demostrado que ingerir este plato puede reducir el hambre y reducir su aparición. Esto puede deberse a la fibra que contiene la propia sopa, que aumenta la sensación de saciedad al retrasar el vaciado gástrico, esto es, la velocidad a la que se vacía el estómago después de comer.
Además de todo ello, tomar sopa ayuda a mantener un buen nivel de hidratación, que es esencial tanto para la salud como para mantener un peso corporal adecuado. De hecho, determinados estudios han comprobado que beber agua ayuda a perder peso porque acelera el metabolismo entre un 24-30%.
La dieta de la sopa, ideal para adelgazar
La dieta de la sopa no es solo una dieta, sino más bien una compilación de planes de alimentación que tienen como protagonista a la sopa y que prometen una pérdida de peso significativa en un corto período de tiempo. Hay varias dietas de la sopa. En algunas, no se consume más que sopa. En otras, este caldo es la base del plan de alimentación, pero también incluye otros alimentos. En cuanto a la duración, todas duran entre cinco y diez días.
El primer régimen de este tipo que fue ampliamente seguido por la dieta de la sopa de repollo. Este plan, que adquirió gran fama en la década de 1980, duraba siete días y prometía una pérdida de peso de hasta cuatro kilos.
Qué sopas hay que evitar
Antes de pasar a nombrar qué diferentes tipos de dietas de la sopa hay, conviene aclarar que no sirven algunas de sobre ni algunas precocinadas, esto es, ya envasadas. Debes huir, sobre todo, de toda sopa que se parezca a esto:
- Sopas demasiado espesas: algunos de los ingredientes más populares que se usan para espesar sopas son la leche entera, crema de coco, maicena, pan, queso, yemas de huevo, mantequilla y harina, unos ingredientes no recomendables si queremos adelgazar.
- Algunas de sobre: hay que huir de aquellos caldos que tengan una cantidad muy elevada de sal, que además de ser malo para la figura lo es para la salud, ya su consumo está relacionado con numerosas enfermedades, como osteoporosis, asma, enfermedades renales y el cáncer de estómago. Además, causa retención de agua y edema.
- Las muy grasientas: no debemos elegir ninguna sopa que contenga manteca de cerdo ni grasa vegetal de palma, por razones obvias.
En qué consiste la dieta de la sopa (y qué tipos hay)
Una vez aclarados los términos principales, entremos en materia. Algunas dietas, como veremos a continuación, requieren consumir sopa en cada comida, incluido el desayuno. Otras, permiten saltarse el caldo en una comida y en otras sólo puede consumirse este plato. En ninguna hay horarios fijos, más allá de los habituales que tengamos cada uno de nosotros.
Para los que sigan estos planes durante menos de diez días, es más que probable que pierdan peso, ya que están reduciendo su consumo de calorías además de ‘engañando’ al hambre durante horas. Como cualquier régimen, no es recomendable seguirlo durante un largo periodo de tiempo, ya que no es equilibrado. Y, como siempre te decimos, consulta a tu médico o nutricionista antes de iniciar cualquier dieta.
Veamos, pues, cuáles son las más recomendadas:
Dieta de la sopa básica
En esta dieta, podemos elegir cualquier tipo de sopa, menos las indicadas anteriormente. Son más recomendables las hechas con proteína (carne o pescado) y las de verduras. El plan es, básicamente, consumir sopa durante un periodo que no puede superar las dos semanas. Obviamente, se adelgaza, a razón de cuatro a seis kilos.
Dieta de sopa cetogénica
Dura cinco días y proporciona una ingesta diaria de 1.200 a 1.400 calorías y hasta 20 gramos de hidratos de carbono, con el objetivo de entrar en cetosis, es decir, activar en nuestro organismo los cuerpos cetónicos para utilizarse como fuente de energía y así adelgazar muy rápido.
Se puede sustituir una ingesta de sopa por otros alimentos, siempre y cuando no sean nueces y lácteos, priorizando las verduras, las carnes y pescados y las legumbres.
Dieta de sopa de repollo
Este plan de alimentación dura siete días y requiere que se prepare una gran cantidad de caldo que incluya repollo como ingrediente principal, y como complementarios tomates pelados, cebollas, zanahorias y/o pollo. Al metabolizarla, el cuerpo quema más calorías que las aportadas por la sopa, lo que lleva a sus seguidores a adelgazar unos 4,5 kilos tras una semana.
Se pueden consumir otros alimentos, introduciéndolos poco a poco. El primer día se puede comer fruta y sopa; en el segundo, verduras (menos guisantes); y en el cuatro ya puedes incluir lácteos.
Como vemos, hay muchos tipos, y estos son sólo algunos. Si lo del régimen no te atrae, con que incluyas en tu dieta la sopa lo notarás en tu cintura y en tu salud, sin necesidad de hacer mucho más esfuerzo.