Hamburguesas vegetales: cómo elegir la mejor para la salud y la más sabrosa
Prestar atención al porcentaje de sal, de proteínas o al total de ingredientes son buenos aliados para ver cuándo estamos ante un buen producto
Convertidas en uno de los pilares del veganismo, las hamburguesas vegetales han abierto la veda a una opción cruelty free que gana cada vez más adeptos. Las grandes cadenas de fast food no son ajenas a ello, como tampoco lo son los supermercados, cuya oferta de hamburguesas vegetales ya empieza a ser abundante.
Tanto refrigeradas como congeladas, las opciones han llegado al gran consumo, saliendo del ostracismo de herbolario y tiendas especializadas en las que empezaron. Además, convertido en pilar de una corriente que aboga por acabar con el sufrimiento animal, estas opciones de hamburguesas vegetales empiezan a calar en la sociedad.
Gustativamente, aunque no sean lo mismo, pueden servir como apaño para intentar facilitar esa transición o, en la medida de lo posible, ser un placer menos culpable. No siempre, pues es evidente que aún estamos en las primeras fases de este despertar, pero sí se dan los pasos correctos.
De esta manera, las hamburguesas vegetales —que incluso han sufrido una evolución propia— empiezan a ser de mejor calidad y más ‘reales’ de lo que eran. Han cambiado así el origen de sus proteínas y también han ido perdiendo aditivos, un caballo de batalla que las puso mucho tiempo en el disparadero.
Aparecen así las hamburguesas vegetales de segunda generación, con ingredientes distintos y con un procesado más ligero que sus antecesoras. Además, no son las únicas protagonistas de esta revolución verde, ya que empezamos a ver otros productos como nuggets, chorizo, atún en lata o queso, demostrando que el abanico es inmenso.
Hamburguesas vegetales: ¿cuál es la segunda generación?
Hemos pasado de las hamburguesas de herbolario a las de supermercado y eso se nota en presentación, en marketing y en pretensiones. Las primeras hamburguesas vegetales no renunciaban a su componente vegetal y no tenían tanta intención de ser sustitutivos, dejando claramente indicado su carácter.
Las de la segunda generación han cambiado en forma de procesar, en gusto e incluso en el tipo de ingredientes, dando salida a otro tipo de proteínas. No es un cambio demasiado radical, pero sí merece la pena hacer la distinción. Veamos así qué en qué se diferencian las generaciones de las hamburguesas vegetales.
- Hamburguesas vegetales de primera generación: la proteína principal era la soja, que luego se acompañaba de otros vegetales como zanahoria, algas o berenjenas, los cuales quedaban bastante patentes en gusto y textura. Eran hamburguesas menos jugosas, más sólidas y más pesadas.
- Hamburguesas vegetales de segunda generación: la tendencia va hacia una menor utilización de soja, apostando por alternativas menos alergénicas. Encontramos al guisante y al arroz de forma más clara, además del trigo y otras legumbres como lenteja o garbanzo. También se cuida más la apariencia ‘cárnica’ tanto en color como textura y jugosidad.
Cómo elegir las mejores hamburguesas vegetales
No es fácil, pues sabemos que nos enfrentamos a muchas diferencias de sabor y también en la composición. Con una cantidad parecida de arroz o de guisantes, una hamburguesa nos puede resultar más sabrosa que otra. Además, es necesario explicar que también hay que prestar atención a la composición nutricional de estos productos.
No olvidemos que una hamburguesa vegetal tiene una parte de proteína, pero se trata de proteínas de bajo valor biológico. Por este motivo, es fundamental que si queremos maximizar este aporte es necesario que acompañemos de algunos ingredientes —pan o verduras— nuestras hamburguesas.
Sal y contenido en sodio
Aditivo y añadido por excelencia y uno de los caballos de batalla que nos llevan a la hipertensión. Buena parte de las críticas hacia las hamburguesas vegetales se fundamentan en convertirse en ultraprocesados. No falta razón a quien así lo considera, pues se repiten prácticas industriales pero en un producto que, en esencia, no tendría que ser como tal.
Por esta razón, echar un vistazo al porcentaje total de sal nos ayudará a comprobar la salubridad del producto en cuestión. Si supera el gramo de sal por cada 100 gramos de producto es conveniente dejarlo de lado. Sobre todo cuando comprobamos las recomendaciones de sal diaria de la OMS: tan solo cinco gramos.
Proteína
Las proteínas, independientemente de la procedencia, deben ser el primer ingrediente de nuestras hamburguesas vegetales. Lo habitual es que la mayoría de estos productos tengan como primer ingrediente el agua. No es necesariamente una mala señal, pero al menos que el segundo sea la proteína vegetal en cuestión.
Como gusto personal, cuanto más proteína tenga una hamburguesa vegetal, mejor será o, al menos, más potencial nutricional tiene. Por este motivo también hay que prestar atención al precio, pues es posible que estemos comprando mucho agua a un precio elevado.
Aditivos y otros ingredientes
Fibras de todo tipo, distintos tipos de grasa —colza, girasol y coco, generalmente— y extractos vegetales para dar color suelen ser protagonistas de las hamburguesas vegetales. En este caso, la recomendación iría por el menos es más, que será la garantía de que el producto no está procesado en demasía.
Es complicado conseguirlo, pues emular a una carne es difícil. Sobre todo porque estamos recurriendo a fibras vegetales y otros compuestos, pero es una forma más fiable de saber lo que estamos consumiendo. La misma lógica que aplicaríamos a cualquier otro procesado en torno a ingredientes que no nos parezcan necesarios sigámosla aquí.