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Tarta de chocolate ligera (o 'light'): los seis pasos para hacer una receta más saludable

Para un consumo ocasional y más responsable, apostar por estos consejos puede ser una buena solución para un placer menos culpable

Tarta de chocolate ligera (o ‘light’): los seis pasos para hacer una receta más saludable

Una tarta de chocolate | Freepik

La tarta de chocolate ligera, casi por definición, suena a contrasentido, pero la realidad es que podemos intentar lograr una repostería casera más saludable si tenemos cierto cuidado con los ingredientes que utilizamos. Como es lógico, el inflado de calorías viene por ciertos enemigos comunes que pueden ser grasas o hidratos de carbono. En este caso no hablamos de proteínas, evidentemente, pues el contenido de éstas en una tarta es residual a excepción del uso de huevos o de algunos lácteos como podrían ser la leche, la nata o los yogures.

En cualquier caso, los tres frentes están abiertos para que al menos una tarta de chocolate ligera no nos engorde tanto. La clave, como podéis imaginar, está en reducir las calorías que proviene de los hidratos de carbono de la harina; de minimizar el impacto de las grasas, sean animales o vegetales, como mantequilla o aceite, y de echar el freno al contenido proteico que representan los ingredientes que citamos en el párrafo inicial.

No solo se trata de una cuestión de cantidades, evidentemente, sino también de procurar buscar ingredientes que de por sí sean menos calóricos o que, cuanto menos, sean calóricos pero nutritivos. Esta es la batalla del sin azúcares añadidos y una prueba de fuego para que incluyamos otros edulcorantes que nos permitan restar calorías, igual que sucede con esta opción de torrijas light o de los trucos para conseguir una tarta de queso más ligera.

Lo que no significa que con estos pasos que os vamos a recomendar podáis abrir la veda a la tarta de chocolate, pues sigue siendo un postre (o merienda, o desayuno) de consumo ocasional, y no por haber aligerado cierta carga calórica convertirlo en el pan nuestro de cada día.

Cómo hacer una tarta de chocolate ligera

Seguramente hayáis visto posibilidades de tartas de chocolate frías que penséis que por sí solas, al no necesitar horno, son más saludables o más sanas. No tiene por qué, pues no todo va a ser culpa de la cocción de ciertos ingredientes como huevos, leche o harina. Esto significa que en una tarta de chocolate ligera quizá estemos añadiendo otros ingredientes a la base como galletas de chocolate y otros productos de bollería industrial que supongan multiplicar grasas y calorías.

La ‘harina’

Independientemente del tipo de tarta de chocolate ligera que queramos, hemos de reconocer que todas, más rápidas o más lentas, necesitan una base que suele necesitar algún derivado de la harina. Si son tartas rápidas que se elaboran sin frío demandarán algún tipo de galleta. Si este es vuestro caso, apostad por galletas que de por sí sean lo menos calóricas posibles, prestando atención al contenido en azúcar y en grasas saturadas.

En el caso de que vaya a ser una tarta de chocolate que vayas a hornear y que no se cuaje en la nevera o a través de la gelatina, la solución pasa por cambiar el tipo de harina o por reducir el contenido de harina refinada por otras harinas. En este caso una de las mejores opciones y más sencillas es apostar directamente por cambiar parte de ésta por harina integral, que será más nutritiva, aunque también debemos tener cuidado con los porcentajes.

Otra opción, además aquí apostando por alternativas sin gluten, es hacer la tarta de chocolate recurriendo a la almendra molida en vez de la harina refinada. Tengamos cuidado, pues reduciremos hidratos, pero aumentaremos grasas, aunque la mayor parte de ellas serán grasas insaturadas, que aportan ciertos beneficios dentro de la tarta de chocolate ligera, aunque eso no significa que las debamos consumir hasta la extenuación.

El azúcar

Mejor que hablar de azúcar deberíamos hablar de edulcorantes, pues no hace falta que siempre sea el azúcar el rey del postre. Tampoco nos dejemos cegar por ciertas alternativas que también provienen de la caña de azúcar o de la remolacha, como son el azúcar moreno o la panela, pues su aporta calórico es muy similar al del azúcar blanco tradicional.

Distinta película sucede con otros edulcorantes naturales como la miel, el sirope de ágave, la pasta de dátil o la miel de palma, pero siguen siendo productos que, no por ser vegetales, van a aportar un montón de calorías y sobre todo van a alterar el sabor del pastel. En este caso, la recomendación para una tarta de chocolate más ligera y saludable sería apostar por otros edulcorantes.

Es el caso del xilitol o del cada vez más de moda erititrol, que tiene casi el mismo poder endulzante del azúcar y su sabor no difiere tanto, al contrario que ocurre con el xilitol o el maltitol, además se digiere mejor, por lo que le vendría de perlas a nuestra tarta de chocolate ligera.

El chocolate

Virutas de cacao para una tarta de chocolate ligera
La clave del cacao en una tarta de chocolate ligera está en que tenga el menor porcentaje de azúcar posible. ©Freepik.

El clásico menos es más debe ser la clave de esta receta. Algunas tartas de chocolate solo necesitan que añadamos un poco de cacao en polvo. Si es el caso, busquemos cacaos de gran pureza y muy desgrasados, dejando siempre de lado la elección de chocolates que estén muy refinados o tengan una gran cantidad de leche o de otras grasas.

Esto es muy frecuente que suceda en ciertas tabletas de chocolate, pues son ricas en manteca de cacao y disparan el contenido de grasas saturadas, por eso una tarta de chocolate ligera no debería tener a éstos entre sus ingredientes principales.

Importa por tanto la cantidad como la calidad y el momento en que lo incorporemos. Por eso, si hacemos una tarta que necesite horno, la adición del chocolate debe hacerse al realizar la masa, momento en que se integrarán bien todos los ingredientes y nos permitirá no utilizar tanto cacao en polvo como si lo hiciéramos al final.

La grasa

Dos son los caminos para llegar a la grasa, necesaria para los amasados o los forrados del molde: vegetales y animales. En el primer barco está el aceite de oliva o el aceite de girasol, además de la margarina, mientras que en el segundo los cánones apuntan a la mantequilla, aunque también podríamos encontrar mantecas como la del cerdo, que damos por hecho que no se usarán en una tarta de chocolate por ser demasiado poderosa.

Lo que también es lógico es que prioricemos el consumo de los aceites vegetales, excluyendo así a la margarina y a la mantequilla. A la primera por no tener las mismas bondades nutricionales que sí tiene, por ejemplo, el aceite de oliva; a la segunda, por la obvia cantidad de grasas saturadas que supone. Si bien remarcamos que esta tarta de chocolate ligera debe ser de consumo esporádico y muy ocasional, darnos un pequeño capricho de vez en cuando tampoco va a significar arruinar nuestra figura.

Vista cenital de harina, mantequilla y leche para hacer repostería
Elegir una leche desnatada o prescindir de la mantequilla son buenos pasos para hacer una tarta de chocolate ligera. ©Freepik

La proteína

Salvo en tartas frías donde podemos cuajar el resultado simplemente con un poco de agua y gelatina, lo más habitual es que nuestra tarta de chocolate ligera lleve alguna proteína que amalgamará la masa. En este caso, prioricemos si hablamos de lácteos aquellos que tengan menos grasas, como leches desnatadas o, en su defecto, yogures y natas que sean bajos en grasa.

Otra opción es que utilicemos, siempre que nos fijemos bien en su aporta calórico y nutricional, las ventajas que nos puedan aportar ciertas bebidas vegetales como las que encontramos cada vez más a menudo. Nos referimos a almendras, avenas, soja o guisante, donde lo más relevante es que cada una de ellas no sea muy azucarada o, si es muy calórica, que al menos sus calorías provengan de la presencia de los frutos secos y no de azúcares añadidos.

También solemos utilizar huevos para este tipo de recetas, aunque no son siempre necesarios. En tal caso, tengamos claro que los huevos —y más en este tipo de recetas— no aportan demasiadas grasas ni demasiadas calorías por sí mismos, así que nos permiten hacer tartas más esponjosas y saludables.

Varios boles con distintos tipos de azúcar: en grano, en terrón, blanco y moreno
Aunque parezcan distintos, las calorías que añade el azúcar moreno o blanco a una tarta de chocolate ligera son las mismas. ©Freepik.

Los toppings

Como en casi cualquier receta, el toque final va a ser el que pueda arruinar el resultado. En este caso, si buscamos una tarta de chocolate ligera, la clave está en prescindir de azúcares añadidos como el azúcar glasé, pero sobre todo de confituras, siropes y otros elementos con los que se suelen rematar este tipo de recetas, incluido un poco de nata montada o una crema chantilly.

También es el caso de frutas confitadas o de trozos de chocolate que suelen coronar este tipo de tartas, creando simpáticos dibujos que también añaden calorías al resultado final. No muchas, dependiendo de su tamaño, pero si queremos prescindir de azúcares extra o de más grasas de la cuenta no nos vendrá mal ser un poco estoicos en su adición.

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