El total look que rejuvenece tu estilo

Si te digo que el traje de sastre es de las piezas de la moda que más ha sufrido transformaciones desde su aparición, ¿me creerías?. Hago la pregunta porque cuando pensamos en él, sea de hombre o de mujer, pensamos en un look muy clásico e indiscutiblemente como un fondo de armario atemporal, ¿verdad? Y no es que no lo sea, sino que ha evolucionado tanto a lo largo de la historia de la moda, que podríamos decir que es un «clásico que se adapta a sus tiempos».

Suena contradictorio, lo sé, pero piénsalo: ¿en cuántos cortes, estilos, larguras y tejidos los has visto a lo largo de los años? Y por otra parte, ¿alguna vez ha pasado de moda? No. 

Y es que grandes visionarios de la industria, desde los años 50 (aprox.) han apoyado la lucha de las mujeres con diseños transgresores que se desligaban del atuendo clásico femenino de la mujer. 

Aquí, de la mano de Christian Dior, se comienza a introducir el traje de falda y chaqueta ajustada al cuerpo, que luego años más tarde Chanel le dio fuerza con su traje de tweed. En los años 80, con la imagen de la mujer súper-poderosa que hace negocios (o política), el traje se consolidó con un twist: hombros abullonados. 

Y esa power woman que se consolidó en los ochenta no podía sino power dress acorde. Entra la figura de Margaret Thatcher, a nuestra memoria: la Prime Minister británica más conocida de todos los tiempos. ¿Y cómo se vestía? Con traje de falda y chaqueta que imponía determinación y estilo.

Y así, década tras década, el traje de falda ha sido una constante en el street style, en los escaparates de las grandes firmas y del high street, y claro que sí, en las oficinas de medio planeta. 

Y cómo no hacer especial mención a los icónicos looks de traje y chaqueta de la Reina Isabel II, en todo un arcoíris de colores. Ella fue una gran precursora del look. 

El traje siempre ha sido sinónimo de elegancia, y es uno de los looks más socorridos. No hay quien vaya mal vestida si lleva este look, y además no requiere de ningún esfuerzo ya que el propio traje nos lo da todo. 

Es un look ganador para cualquier edad y tipo de cuerpo, para llevar con botas altas o con esos mocasines tan de moda que les he contado anteriormente. 

Este total look está triunfando entre las influencers entre otras cosas porque combina tendencias de los 90s y 2000s, y como les vengo diciendo: el comeback de esa época viene con fuerza. Ahora vemos la mini falda plisada, muy en tendencia, a juego con la chaqueta. O faldas midi, también típicas de aquella época, para combinar con chaqueta a juego.

Les he conseguido tres versiones (muy diferentes entre sí) en el high street para que adopten esta tendencia timeless en su armario, o actualices el modelo que ya tienes. Les aseguro que cualquiera de estos tres les durarán muchos años:

Esta tendencia es favorita de muchas y es un camino «seguro» que arropa y no excluye. Y una opción perfecta e intermedia para la que le gusta el look clásico y elegante del traje pero con el toque femenino y coqueto de la falda. Y lo mejor hay opciones de largo de falda para todos los gustos (larga, midi, mini). Ahora mismo conseguirás  de todos los precios, colores y  texturas… vamos, ¡un traje muy democrático!