¿Temes conducir? Se llama amaxofobia y es más difícil de detectar de lo que parece
Un accidente en el pasado, la falta de práctica, diferentes temores previos… Las causas para abandonar la conducción son muchas y tienen nombre
Para algunos, conducir supone un placer; para otros, una auténtica pesadilla. Sin embargo, la realidad es que tener miedo a conducir tiene nombre: amaxofobia [del griego amaxo (carro) y fobia], y es uno de los motivos principales por los que las personas (sin importar la edad o género) abandonan el volante de manera irremediable.
Todos conocemos a algún amigo o conocido que de una forma u otra siente cierto pánico a la hora de ponerse a conducir. Momentos de tensión en un atasco, temor a la hora de incorporarse a una autovía o a una autopista a gran velocidad, problemas a la hora de conducir en circunstancias atmosféricas complicadas como con niebla, lluvia o nieve… Todos estos patrones obedecen a una misma causa: la amaxofobia, ese miedo a conducir que pude tener un fundamento racional o cierta base irracional, pero que de cualquier manera supone que muchas personas ni siquiera se atrevan a coger el coche, incluso para personas que habían conducido toda su vida.
Ciertos parámetros además son recurrentes a la hora de enfrentarse a este miedo. Uno de ellos además también tiene que ver con los espacios muy cerrados, por lo cual la amaxofobia también tiene algo que ver con la claustrofobia, pues es habitual que las personas que sufren este miedo realmente se angustien cuando circulan en túneles, espacios cerrados donde es más complejo encontrar salidas.
En un sentido parecido, desde Autoescuela Lara también explican que es frecuente que las personas con amaxofobia lo pasen especialmente mal y la incorporación a vías rápidas (por la alta velocidad de los otros vehículos o por la presencia de varios carriles), por la circulación en puentes (debido a un riesgo real de caer al vacío) o las bajadas de puertos de montaña, ya que en estas puede aparecer cierto vértigo al ver la pendiente o estar presentes en carreteras muy estrechas.
Eso no quiere decir que la amaxofobia no pueda aparecer en circunstancias muy cotidianas, como también avalan desde esta cadena de autoescuelas, ya que incluso se puede desarrollar en movimientos tan triviales como el aparcamiento, ya que estas personas se sugestionan y les empieza a entrar una cierta ansiedad por intentar conseguir aparcar bien y rápido, aumentando la presión sobre sí mismos y con el temor a estar obstaculizando el tráfico, una situación que está dentro de las pautas de dejar de conducir: las seis señales que nos advierten de aparcar el volante que ya te explicamos en THE OBJECTIVE.
Amaxofobia: causas y consecuencias
Existe una cierta presión social que supone obligar a las personas que no disfrutan de la conducción al simple hecho de sacarse el carné de conducir. Además, hay muchas personas que tras sacarse el carnet de conducir (algo que ven como una obligación) no vuelven a conducir en mucho tiempo, razón por la que las clases que dieron en su día en la autoescuela acaban olvidadas y su práctica al volante se reduce apenas unas pocas clases y el examen.
Como es evidente, la amaxofobia puede tener causas más o menos racionales, incluso miedos previos, percances o sugestiones del subconsciente que realmente bloqueen a la persona que tiene que coger el coche. No en vano, un estudio de Fundación CEA alude a un 28% de conductores con miedo a conducir, donde no existe además una diferencia de género notable, pues casi están a la par hombres y mujeres, aunque como identifica la revista de la DGT «los hombres son más reacios a reconocerlo».
De hecho, tal y como explica la propia fundación del Comisario Europeo del Automóvil, la amaxofobia es muy frecuente que se dé en personas que han sido víctimas de accidentes de tráfico, tanto de manera indirecta o directa. Además, apuntan también a ciertos síntomas relacionados con el miedo a conducir que posibilitan haber desarrollado una fobia en diferentes grados de negación. Además, desde Autoescuela Lara también apuntan a vivir con estrés, atropellar a alguien o la inexperiencia al volante están detrás de las causas habituales de la amaxofobia.
Cuando esto sucede, hay una cierta sintomatología que es habitual en el conductor y que puede llegar a suponer la necesidad de parar el coche para calmar los síntomas, entre los que se encuentran:
- Exceso de sudoración
- Taquicardia
- Temblores
- Ataques de ansiedad
- Irritabilidad
- Dolor de cabeza
En esos casos, para tratar la amaxofobia, lo primero que se suele hacer es establecer una toma de conciencia del problema y ver en qué nivel se encuentra. Después de ello, lo habitual es buscar métodos de control y relajación que permitan reducir la ansiedad y el pensamiento catastrofista antes de pasar a terapia de realidad virtual y, por último, una adaptación progresiva a la conducción real. Además, conviene tener claro que dependerá del tipo de perfil de conductor, pues también es distinta la forma de afrontar los miedos en función del tipo de vía.
En cualquier caso, se apunta a que conducir en autovía o autopista son los momentos que más tensión generan a un 35% de los conductores, frente al 14% de conducir por ciudad y a otro 14% de hacerlo por carreteras o vías desconocidas. Además, la climatología también influye, ya que un 50% de los encuestados por la Fundación CEA apuntan a un mayor temor en situaciones de lluvia o nieve.